Samuel Hernández Apodaca*
Al concluir la Segunda Guerra Mundial y tras los desastres que las secuelas de la misma habían dejado, las naciones fundadoras de la ONU decidieron, detener por diversas formas que la historia que acababa de concluir se repitiera; en 1948 con la presentación de la Declaración Universal de los Derechos del Humanos, se da un paso importante; pero fue quizá dos años después, en 1950, con la resolución 423(V), que establece:
“La Asamblea General.
Considerando que el 10 de diciembre de 1948
la Asamblea General proclamó la Declaración Universal de Derechos del Hombre
como ideal común por el cual todos los pueblos y naciones deben
esforzarse,
Considerando que la Declaración significa un notable
adelante en la vía del proceso de la humanidad,
Considerando que todos los
países deberán celebrar en forma adecuada el aniversario de este suceso,
participando así en un esfuerzo común por señalar esta Declaración a la atención
de los pueblos del mundo.
Expresando su agradecimiento a todos los
países Miembros y no miembros de la Naciones Unidas que han celebrado ya este
aniversario.
1. Invita a todos los Estados y organizaciones
interesados a que adopten el 10 de diciembre de cada año como Día de los
Derechos del Hombre, a que observen este día para celebrar la proclamación de la
Declaración Universal de Derechos del Hombre por la Asamblea General el 10 de
diciembre de 1948 y a que redoblen sus esfuerzos para lograr que la humanidad
realice nuevos procesos en este campo;
2. Invita a todos los Estados a que
informen anualmente, por conducto del Secretario General, acerca de la
observancia del Día de los Derechos del Hombre.
317ª, sesión
plenaria
4 de diciembre de 1950
Este año, la Asamblea General determino que, el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos tendrá como tema central la no discriminación.
Dice Ban Ki-moon Secretario General de la ONU: “La discriminación va dirigida contra personas o grupos vulnerables a los ataques: los discapacitados, las mujeres y las niñas, los pobres, los migrantes, las minorías, y todos aquellos que son considerados diferentes”.
Sin embargo en nuestro país, como podemos observar, el gobierno en turno no podrá entregar buenos resultados de la situación que guardan los derechos humanos.
Por desgracia nuestro país vive una situación que hasta hace muy poco tiempo hubiéramos imaginado; una guerra de baja intensidad entre grupos de narcotráfico el cual el gobierno federal no ha podido detener; alza de impuestos que vulneran la vida de quienes menos tienen; recorte presupuestal a las universidades públicas del país; exención de impuestos a grandes grupos económicos; nombramiento de procurador general a quien fue acusado de vulnerar los derechos humanos en Chihuahua; más pobres y consolidación de la miseria; legislación ad hoc en materia de aborto en diversos estados de la republica que vulneran derechos de la mujer, y así en una lista interminable de derechos que actualizan la hipótesis de la discriminación.
¿Qué puede informar el gobierno de Calderón que reconoce que en 3 millones se han incrementado los pobres durante su gobierno? ¿Qué puede decir si no tiene la capacidad de dar seguridad pública a los habitantes del país que dice gobernar? ¿Qué podemos esperar del futuro gobernador del Banco de México Agustín Carstens, que siendo secretario de Hacienda fue incapaz de dar la certeza económica a los mexicanos? Por desgracia creo que nada.
Tenemos, este y todos los días la responsabilidad de promover la defensa de los derechos humanos y en lo que resta de 2009 la no discriminación; y sensibilizar a quienes nos rodean de la necesidad de acabar con este tipo de prácticas, la omisión no es recomendable, por el contrario, la acción siempre será necesaria.
* Académico de ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara.