iusfilosofando

miércoles, 29 de junio de 2011

SUEÑOS ROTOS

“Estar gordo no puede estarlo siquiera el señor rico
 porque denota en su obesidad alguna ignominia,
un gansterismo ominoso o un abuso despiadado de la explotación”.
Vicente Verdú



Ayer, para no cambiar la costumbre, se rompieron los sueños de otro mexicano, pero no los de cualquier mexicano, uno que representa a otros que piensan igual que él, que actual como él, que trabajan para el mismo empleador y que eventualmente comen igual que él.
El mexicano al que me refiero es Agustín Guillermo Carstens Carstens; economista pesado del sexenio calderonista; formado  por neoliberales en el Banco de México, perfilado en el Fondo Monetario Internacional, acabado en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y retornado a donde fue formado, al Banco de México.
El mexicano de mexicano que acaba de cumplir 53 años el 9 de junio, es chico ITAM y egresado de la Universidad de Chicago de donde se doctoró. Carstens Carstens acostumbrado a comer bien, cuando los recursos públicos alimentan su apetito pues como Secretario de hacienda contaba con tres mil pesos diarios para comidas. Fracaso en su su intento por dirigir al FMI, pero no tendrá que preocuparse por la pírrica derrota de no dirigir al FMI, pues los mexicanos en recompensa a su inmenso dolor seguiremos abonando a sus finanzas personales pagándole al año 3 millones 594 mil pesos lo que representa un ingreso de 9 mil 846 pesos diarios; estos casi 10 mil pesos diarios constituyen el salario mínimo diario de 170 personas.
Carstens Carstens aferrado a lo que sabía era una lucha perdida, compitió sin posibilidad, pues a pesar de su campaña mediática orquestada a su favor, omitió que los medios extranjeros no son susceptibles a sus credenciales, pues hay quien se atrevió a decir cosas que en las redacciones de muchos medios se comentaba.
Cita el periodista Jaime Hernández el caso de Douglas A. McIntyre quien sobre Carstens opinó: “Esto no tiene que ver con su capacidad intelectual o su larga trayectoria como diseñador de políticas económicas… El problema de Carstens es que, a sus 54 años, es obeso mórbido. Mucha gente podría decir que su obesidad no tendría que influir o descartarle como posible director del FMI y el tema se ha convertido en un tabú. Pero la obesidad tiene un efecto reconocido en la salud y en la energía y se sabe que aumenta el riesgo de muchas enfermedades de gravedad en un hombre de mediana edad”.
Y es que queramos o no, la imagen de este personaje es una grosería ambulante, es una falta de respeto a los mexicanos, una mentada de madre a los que habitan las sierras de Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Guerrero; y a los que deambulan por las calles del DF, Monterrey y Guadalajara. Su presencia en el exterior es si acaso un insulto, para los cinco millones 775 mil mexicanos que reciben solamente un salario mínimo al día.
Salario que según Ernesto Cordero, debe alcanzar para la canasta básica que en México, debe contener los bienes y servicios indispensables entre otros los productos siguientes: maíz, fríjol, arroz, azúcar, harina, aceite, detergente, sardina, leche en polvo, papel higiénico, café soluble, sal, jabón de lavandería y de tocador, pasta para sopa, harina, galletas (marías o de animalitos), manteca, chocolate en polvo, chiles enlatados y atún.
Carstens Carstens vive hoy sueños rotos, y porque no celebrarlo si este personaje rompió los sueños de millones de mexicanos, sueños rotos de un mejor empleo, de un mejor salario, de una casa propia, de un medio de transporte, de acceso a la educación.
Sueños rotos los de Carstens Carstens, como recompensa a su insaciable apetito de protagonismo; a querer recetar lo que en México no funciono; a la obstinación de su presencia en el FMI a costa de lo que sea. A sus sueños de grandeza que hoy terminaron en sueños rotos.
Sueños rotos los de Carstens Carstens, porque se merece vivir la realidad que otros mexicanos ya vivieron. Sueños rotos los de Carstens Carstens, por su miseria, indecencia e ineptitud.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

7 comentarios:

  1. Maestro, fina ironía a la realidad del personaje derrotado llamado Agustín Carstens.

    Excelente Columna.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Maestro:

    Excelente recordatorio el que nos hace acerca de este singular personaje del cual no debemos perder memoria. Lo felicito por este ejercicio de recuperar lo que podía comer con cargo a nuestros bolsillos.

    Saludos

    Luis

    ResponderEliminar
  3. excelente análisis como siempre lo son sus artículos, y es debido a ese $ que tiene el y su ahora sucesor que dicen q México tiene una economía fuerte es un insulto a la inteligencia y dignidad de los mexicanos ya quisieran algunos la mitad de lo que el señor tenía para comer UN DÍA ya que eso es lo que con penas gana un obrero al mes que burla

    @chispita0422

    ResponderEliminar
  4. Cartens Tû puedes. No te preocupes conciudadano. Europeos no te apoyaron. No quieren gastar Media vaca viâticos alimentos.
    Justino D. Mijangos

    ResponderEliminar
  5. me cae q si eeehhhh Carstens es la personificación de ese neo liberalismo más rapaz, criminal....

    Lorena Aguilar

    ResponderEliminar
  6. Desde muy lejos hago un comentario,
    en respuesta al tweet que me manda, sugiriéndome lo haga.

    Me recordó el Sr.Carstens a los glotones Emperadores Romanos algunos de los cuales cometían todo tipo de excesos.

    ¿Qué vis atractiva tiene el FMI?
    Mis palabras vienen a colación, debido a que el malogrado D. Strauss Kahn tenía fuertes apetitos, aunque fueran de otro género.
    Pero sí, seguramente, basados en unas disfunciones psico-fisiológicas, con semejanzas.

    Lo que es más llamativo y dramático es lo que dibuja usted acerca de esas personas que viven en las diferentes regiones de México, condenadas por la pobreza y seguramente por políticas sociales inexistentes o ineficaces y para las cuales, éste personaje es, como dice, una "grosería ambulante" por no decir, un sopapo permanente en su dignidad.

    Las política neoliberales, que tradicionalmente estipula esa institución,el FMI, sin ánimo de ser demagógico, traza un paralelo con la conducta de estos señores.

    Si la persona de DHK se ha caricaturizado los últimos meses, me temo que la persona de Carstens
    es una caricatura en sí mismo.
    Decir esto no es cruel en absoluto.

    Un hombre en ésta época, con sus responsabilidades en el Sistema Financiero, con ese aspecto, es un tanto degradante, más cuando México
    es un país donde hay tanta pobreza y tanta injusticia social.
    Más cuando su sueldo es estratosférico. Más, cuando las políticas que dictan son, las de apretarse el cinturón sobre todo a las clases medias, bajas y más bajas.
    Y sobre todo, porque la gordura es una enfermedad voluntaria que para más Inri, va a suponer un problema de Orden Sanitario mayúsculo en las próximas décadas.

    ¿Es este comentario una frivolidad? Creo que no, porque hago hincapié en que el aspecto de este hombre es una caricatura fiel a él mismo.
    A la infuencia de su labor en miles y miles de personas.

    Sin más, dejo aquí.
    Este comentario, es algo así como un RT a su valioso post, una forma de repetir y hacer eco a las palabras de su artículo.

    Gracis y un saludo.
    @alvareld

    ResponderEliminar
  7. ¿Habrá de verdad creído que tenía posibilidades cuando desde su creación después de la II Guerra Mundial el FMI ha estado en manos de un europeo? Y comparto la penosa opinión de que alguien con semejante sobrepeso ofende. Nadie que se alimente de esa manera, con semejante exceso de grasa e hidratos de carbono que aletargan las funciones mentales, puede pensar correctamente.
    Excelente columna, mi estimado Samuel.

    ResponderEliminar