Pueblos libres, recordad esta máxima: Podemos
adquirir la libertad, pero nunca se recupera una vez que se pierde.
Rousseau
En estos días, por los
pasillos de este país y de sus instituciones, se han estado debatiendo asuntos públicos
que poco a poco van abonando al país que tendremos para los próximos años.
El tema de declarar
inconstitucionales o no las reformas realizadas en las leyes locales de Baja
California y San Luis Potosí que protegen la vida desde el momento de la
concepción. Son un tema que puede no llamar la atención de muchos, no solo
lectores, ciudadanos, sino también de los profesionales del derecho.
Pero lo que debe tenerse
presente en este tema, es que hay más que un debate legal que la Corte deberá resolver.
Para nadie es un secreto la integración de conservadores y cuasi liberal de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, por ello es pertinente y necesario
seguir el debate en torno a dicha controversia.
El debate que hoy se está
dando en la SCJN, tiene en esencia las posturas históricas que han construido
este país desde su confirmación independiente.
Por ello en el tema de
legislar sobre el aborto –para algunos-, o legislar para proteger la vida- para
otros- es producto de la influencia y presión
que los grupos conservadores están ejerciendo en el ámbito local contra legisladores
principalmente del PAN, pero también de PRI y eventualmente del PRD; en la práctica
lo que se pretende es llevar al marco legal su concepción personal y convicción
religiosa.
Las modificaciones constitucionales
que en 18 estados se han dado y que penalizan la interrupción del embarazo son una
respuesta ideológica, política y legal a
los avances que en esta materia que se presentaron en el Distrito Federal.
Fue en 1981, cuando México
se adhirió al Pacto de San José, y en esa misma fecha, se formuló una
“declaración interpretativa” para aclarar que la obligación establecida por la
Convención Americana sobre Derechos Humanos de proteger el derecho a la vida a
partir del momento de la concepción, “no constituye obligación de legislar para
proteger la vida desde la concepción, dejando claro que los Estados conservan
el derecho de prever excepciones en su legislación, como es el caso de
excluyentes de responsabilidad en casos de aborto”.
Formula inteligente sin duda
alguna, pero que hoy pretende ser cambiada por el señor Calderón para dar, de
facto, paso a las demandas conservadoras
de los grupos que financiaron su campaña. De ahí su argumento de “No tiene
sentido mantener la declaración interpretativa”.
Calderón sostiene que: “El
retiro de la declaración interpretativa es, por lo tanto, consistente con el
mandato constitucional al asumir a plenitud el respeto a los derechos humanos
reconocidos por la Convención Americana. Es importante destacar que la decisión
del Ejecutivo federal debe ser aprobada por la Cámara de Senadores para
proceder al retiro formal de la declaración interpretativa”.
El argumento calderonista
resulta -en extremo- divertido, pues cuando se trata de beneficiar su posición conservadora
se invocan los tratados internacionales, pero cuando de garantizar libertades
ciudadanas hablamos, se priorizar la lucha anticrimen.
Calderón omite referir el
informe del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, que
exhorta a todas las naciones a aceptar que debe otorgarse a mujeres y niñas el
acceso al aborto legal para que ellas puedan disfrutar plenamente sus derechos
humanos. En dicho informe -redactado por el relator especial de la ONU, Anand
Grover- se vincula el aborto a petición con el derecho fundamental al más alto
nivel de salud física y mental.
Pero estos argumentos
racionales, poco importan al fanatismo religioso expresado en estos días, por
los grupos que financiaron el actual establishment
mexicano.
Por lo pronto la decisión está
en manos de la Suprema Corte y por tratarse de una acción de
inconstitucionalidad, se requiere de al menos ocho votos en favor del proyecto
para echar abajo las leyes locales que penalizan el aborto. Por lo pronto la Corte
con su resolución – a favor o en contra- dará un gran paso ¿Hacia dónde pisaran
los ministros?
Por hoy es todo, nos leemos
la próxima. Carpe diem.
Maestro:
ResponderEliminarDe acuerdo, este tipo de asuntos son los que delinearán el México que tendremos para los próximos años.
Veremos como resuelve el máximo tribunal de justicia del país.
Un placer leer su Columna Iusfilosofando.
Excelente texto.
Maestro, su texto me ha aclarado el tema en cuestión, veo que hay muchos más intereses personales o de sectores específicos de la sociedad de lo que imaginaba; que están influyendo mucho en la decisión que tomen los Magistrados. Espero tomen su decisión con profesionalismo y sin dejarse llevar por factores externos.
ResponderEliminarUna excelente publicación, pone en la mesa datos muy importantes, y sobre todo desde una perspectiva neutral, para crear criterio.
Un abrazo y hasta la próxima.
A pesar de que en lo personal yo estoy contra el aborto, no me parece que la cuestión esté politizada y que las decisiones se tomen por intereses personales y no por convicciones. Saber enriquece la perspectiva
ResponderEliminarMaestro:
ResponderEliminarExcelente texto el que nos presenta, lamentable lo que sucede en este país con una SCJN duele ver la forma en como algunos ministros anteponen convicciones personales a su deber profesional.
Cobran demasiado para querer imponernos sus convicciones
Saludos
Maestro
Luis
Un texto ilustrativo y muy bien redactado del fondo que existe en éste asunto.
ResponderEliminarYo me declaro a favor de la educación, información y la responsabilidad de los que llevamos una vida sexual activa.
Pero también estoy a favor del aborto, toda vez que traer pequeños no deseados a éste Mundo, lo único que genera es ciudadanos con pocas posibilidades de progresar, que terminan siendo un cáncer social. (Mi opinión de manera sui generis.
Esperemos que la resolución que dicte la SCJN sea la más idónea y no se base en intereses personales, ni pagos a patrocinadores de la campaña calderonista.
Como siempre un gusto leerlo.
Un abrazo y lo mejor.
@DonJasso