iusfilosofando

lunes, 28 de mayo de 2012

MÉXICO IP




El capital no es un mal en si mismo. El mal radia en su mal uso.
Gandhi
La semana pasada conocimos  la noticia de que México al igual que Brasil ocupan el segundo lugar -de 20 países- de América Latina y el Caribe los que otorgan más facilidades financieras al sector privado para los proyectos públicos-privados.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPALl) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México tienen calificación de 72 puntos, sólo superado por Chile que tiene 79.
La Cepal con estadísticas del BID, sostiene que en el apartado normativo México consiguió sólo 56 puntos frente a 84 de Chile y 71 de Brasil.  Respecto a la calificación institucional calificó con 58. En el ámbito de la madurez operativa consiguió 54 puntos, Brasil 87 y Chile 72. Respecto del clima de inversión tuvo 56 puntos frente a 85 de Chile, 72 de Colombia y 58 de Brasil.
Detengámonos ahí. ¿Qué representa que la CEPAL considere con datos en mano que nuestro país da facilidades a la IP para invertir? Quizá una muestra de ello sea el sorpresivo crecimiento de ciertas empresas internacionales y otras nacionales con el apoyo y facilidades del gobierno.
El dato parece alagador, pero contrastándolo con la realidad social y económica de nuestro país, no sirve de nada. Y no sirve de nada porque a pesar de las facilidades que se dan desde el gobierno las fuentes de empleo siguen siendo el punto flaco de este sexenio que ya se encuentra moribundo.
No es para presumir tampoco, que mientras se facilita la inversión para las grandes trasnacionales – o ellas incentivan a ciertos funcionarios con dadivas- se complica, burocratiza y desalienta el apoyo para los pequeños iniciadores.
Que este sexenio facilite la inversión, no sirve de nada si la inseguridad, la pobreza y la pobreza alimentario están peor que al inicio del sexenio. Con estas facilidades, el sexenio calderonista no esta haciendo otra cosa más que facilitar un paraíso obrero a las grandes cadenas que explotan a los mexicanos.
Contratados por outsourcing, sin derechos laborales, sin garantías de empleo duradero, chantajeados y acosados por sus contratantes los mexicanos que finalmente consiguen un empleo de bajo salario viven el día a día la zozobra del que pasará mañana.
México se encamina a un México IP (iniciativa Privada) donde el gobierno financia a través de Nafin ciertos proyectos cercaos a él. Lo mismo que hizo Calderón con los vástagos de Marta Sahagún.  
¿Que le espera a México si el modelo neoliberal continua con su política? ¿Qué decir de un gobierno que apoya a la IP a cambio de nada? ¿Cómo definir a un gobierno que da facilidades a la IP pero no piensa en la educación? ¿Cambio verdadero o continuismo? Ese es el dilema del 1 de julio. Yo prefiero lo primero.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

2 comentarios:

  1. Maestro:

    Un tema imprescindible en la agenda pública. Tenemos que tener más conciencia de estos tópicos que inciden en el progreso o no de una nación.

    Como bien dice y lo suscribo: prefiero un cambio verdadero, el continuismo nos llevaría a una debacle.

    Un placer leerlo.

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  2. Dicen que la inversión privada es la solución, pero también es una fuente de corrupción. En el país del "Diezmo" creo que no es la solución más adecuada.

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