LAS MUJERES DEL PAN

La simulación es una actividad parecida a la de los actores

 y puede expresarse de tantas formas

 como personajes fingidos.

Octavio Paz

En estos últimos días la señora cuchi cuchi -mejor conocida como Josefina Vázquez Mota- candidata presidencial del partido en el gobierno, ha utilizado su condición de mujer, para promover entre sus simpatizantes, que condicionen el voto a su favor, a cambio de cuchi cuchi, como ella denomina.

Josefina, en su papel de mujigata, omite decir que en realidad lo que esta promoviendo es sexo a cambio de votar por ella. En su banalidad y con su discurso de doble moral, no lo repitió una, ni dos veces, sino que fue su recurso más socorrido en sus últimos eventos.

Alertada por la mofa de la cual fue objeto, por utilizar ese término, ha corregido recientemente que su idea de cuchi cuchi y ha dicho que son “cariñitos”.

Pero Josefina no es la única mujer panista que disputa el poder y que recurre a su doble moral. ¿Se acuerdan de la mujer que soñó con ser “presidenta”? Sí, me refiero a Marta Sahagún Jiménez, la mujer a quien el Estado Mayor Presidencial llamaba “La transformer”, porque, “nunca se sabe como amanece y en qué estado llegará a Los Pinos” (Wornat: Crónicas Manditas)

Ahora que en estos días Vicente Fox, - el esposo de la mujer que quiso ser presidenta –- ha salido a contribuir al divertimento declarativo para dar la espalda a Josefina y apoyar al Pena Nieto, vale la pena recordar algunas confesiones de “Martita”:

Un dato que considero fundamental es que Manuel y yo tuvimos relaciones sexuales antes de casarnos y, con la huella moral y religiosa en la cual yo había sido educada, el haberme entregado sexualmente para mi era un peso moral enorme, ya que era una niña bien y me sentía, por el hecho de las relaciones sexuales, obligada a casarme…” (Wornat: Crónicas Manditas)

Pero el grado de hipocresía de esta “dama” del PAN, no tiene límites, en otro momento de la obra referida, sostiene:

Recuerdo que se consumó el matrimonio, pero no tengo clara memoria de esa noche, tampoco recuerdo la luna de miel como buena y debo decir que no hubo buena relación sexual, ya que para Manuel todo se redujo al sexo; lo anterior lo recuerdo con mucho repudio.

Las confesiones anteriores sin comentarios, sus palabras lo dicen todo.

Otro gran personaje que ahora busca llegar a la Jefatura del DF, es doña Chabela Miranda Torres, la  normalista de 61 años. Miranda Torres se casó a los 16 años con Enrique Wallace Díaz - su jefe y 15 años mayor que ella- Chabelita es claro ejemplo de como las películas aspiracionales del México de aquella época funcionaron; no importaba ser pobre, bastaba con ser “bonita”, joven y tener un perfume caro –comprado con mucho sacrificio- para que contador se fijara en ella.

Doña Miranda Torres ha usado una desgracia familiar – el asesinato de su hijo- para medrar social y políticamente, es el prototipo de “justicia por propia mano”; ¿Que tipo de mujer utiliza el apellido de un muerto para hacerse fama pública? Sólo doña Chabela Miranda Torres (no de Wallace).

Esas son las mujeres del PAN, pero debo advertir también que no todas –por fortuna- son como ellas, ahí esta Mariana Gómez del Campo, “filósofa del PAN”; futura senadora y prima de Felipe Calderón, quien describe mejor que nadie la doble moral de algunas panistas: “Al final del día, la caca flota. Y eso es lo que está ocurriendo hoy: recordar que al final del día, tal cual, la caca flota y es lo que podemos estar viendo en los últimos días”, eso dijo el pasado 29 de mayo, cuanto ataco a una excompañera de partido ida al PRI.

Como ven el futuro no es halagador, ellas no son opción para el primero de julio. No con ese nivel de moral y de cultura.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.