Mientras Felipe Calderón – desgastado, ojeroso
y añorante- asegura retorico que en un “esfuerzo singular”, se alcanzará 33 % en
la cobertura en educación superior, la realidad de ese sector –estudiantes que
aspiran a la universidad- es incierta después de seis años violentos.
Cuando él sostiene que con la creación de 140
nuevos centros de educación superior en el país -sin contar los privados- se logro avanzar en
la cobertura educativa, el rector de la UNAM le recuerda que en México hay 5.4
millones de personas analfabetas, y de éstas más de medio millón son jóvenes de
entre 15 y 29 años, una cifra alarmante y dolorosa.
Duro en la numeralia de la realidad educativa
en México, Narro Céspedes sostiene – en el DF- que en educación superior 7 de
cada 10 jóvenes en edad de estar en este nivel educativo no puedan hacerlo por
falta de oportunidades y opciones. No obstante, paralelamente en Michoacán Calderón
se pavonea con sus números.
Necesitado de reencontrarse con sus recuerdos,
Felipe Calderón va a la Universidad Marista Valladolid –donde estudió de
primaria a preparatoria– a sostener Calderón que la infraestructura educativa—construida
en este sexenio- ha permitido que ahora cada año se gradúen unos 120 mil
ingenieros, lo que no aclara es que con ello sólo se benefician los sectores
industrial y de manufacturero, pues las jornadas son largas y los pagos de
miseria.
Mientras pocos recuerdan el oscuro origen del Centro
Nacional de Evaluación (Ceneval) que segrega, diseca y clasifica a los jóvenes
aspirantes, otro número aterrador nos recuerda que 10 millones de mexicanos no
tienen completa la primaria, y 16 millones y medio no concluyeron la
secundaria.
Ante este terrible escenario de la educación
superior, se avizora otro; por mandato constitucional en diez años, la educación
media superior deberá alcanzar la universalización; el problema es que no
estamos preparados para ello. El problema es que este sexenio no quiso hacerlo;
el problema es que se encerró en una batalla torpe y sangrienta donde los
jóvenes fueron carne de cañón.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
Maestro:
ResponderEliminar¡Magnifico texto! contundente, certero y necesario abordar en Iusfilosofando.
Uno de los grandes pendientes para comenzar a construir un mejor país.
Un placer leerle.