Finalmente ocurrió lo que solo en los
pasillos del Vaticano se sabía, lo que no se sabía es cuando conoceríamos
o se comunicaría la noticia. Fue así que iniciamos la semana con la nota
de que Benedicto XVI anunciaba su renuncia al papado a partir del 28 de febrero
"por falta de fuerza" decisión que sorprendió a algunos círculos y al
resto del mundo.
"Después de haber examinado ante
Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad
avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio
petrino". Sostuvo en su intervención.
Es raro saber que un Papa renuncia,
pero existe al menos un caso, el Celestino V en el siglo XIII quien según
antecedentes antes de ser designado pontífice había vivido como ermitaño y no
se sentía preparado para asumir la máxima responsabilidad de la Iglesia.
Benedicto XVI, -el alemán de 85 años-
a quien en los últimos meses se ha visto más delgado, cansado y sin ilusiones,
había adelantado en 2010 en una entrevista que renunciaría en caso de
incapacidad física o mental. Y es que como sostiene Arendt: “los
hombres son seres condicionados, ya que todas las cosas que entran en contacto
se convierten de inmediato, en una condición de su existencia” (La
Condición Humana: 2002).
Y hablando de
condición, Benedicto XVI se va dejando una estela de pendientes que no
tuvo la entereza de enfrentar, el papel de la mujer dentro de la iglesia,
métodos anticonceptivos, relaciones de pareja entre el mismo sexo y el más
grave, el de pederastia, cuyas víctimas demandaron que fuera investigado por la
Corte Penal Internacional, pero el Vaticano dijo que el líder católico no podía
ser considerado responsable por los crímenes de otros.
El escándalo más reciente fue el de
una fuente, cuando el mayordomo papal fue encontrado culpable por filtrar
documentos que denunciaban actos de corrupción en los asuntos del Vaticano, lo
que generó irritación a nivel global, escándalo que se conoció como Vatileaks.
Benedicto XVI se va pero, como
olvidar que en 2009 levantó la excomunión a cuatro obispos tradicionalistas,
incluyendo a un religioso que negaba abiertamente la existencia del Holocausto.
O cuando afirmó -en marzo del mismo año- ante periodistas en un avión rumbo a
África que el uso de preservativos en la lucha contra el SIDA sólo había
logrado empeorar la epidemia.
Benedicto XVI se va, siendo el hombre
conservador que siempre fue, quizá el acto más moderno que realizó durante su
mandato fue abrir su cuenta de Twitter que se supone manejaba él.
Así las cosas, veamos que nos
presentan los hombres de rojo y a quien eligen para sustituir al hombre que,
cansado, anuncia que se va. Lo importante como en todo, es no caer en la
desmemoria y olvidar las acciones y omisiones de estos hombres. Ciao
Benedicto!!!
Por hoy es todo, nos leemos la
próxima. Carpe diem.
Maestro, un tema coyuntural el que hoy nos presenta el Iusfilosofando.
ResponderEliminarEl poderío de la iglesia católica es evidente, la grilla en el vaticano seguro está en todo su apogeo.
Interesantes datos para no caer en la desmemoria.
Y sí, lo único moderno de Ratzinger fue su @Pontifex con todas sus derivaciones.
Un placer leerlo.
¡Excelente columna!
Pues se va Benedicto XVI, pero la iglesia católica se queda con su carga de conservadurismo rancio y su autoritarismo secular. Lejana, pero persiste la amenaza de que asuma el cargo el cardenal Norberto RIvera. ¿Se imaginan semejante desatino? El riesgo existe.
ResponderEliminarSaludos, maestro Samuel.