Generalmente suelo
solidarizarme con los movimientos sociales que en justa lucha llevan sus causas
a la calle, para fijar su posición pública sobre algunos temas o causas en
particular, pero en estos días por redes sociales, prensa y radio, fuimos
testigos de una protesta muy particular. Se trata de un movimiento de médicos
-que no Doctores- a la que se sumaron enfermer@s, camiller@s, familiares y todo
lo que se pueda acumular.
Un movimiento que
salió a la calle, para pedir algo que solo vimos en Sinaloa hace algunos meses
tras la captura del Chapo Guzmán: impunidad. Y no se trata de cualquier tipo de
impunidad, sino de pedirla para 16 médicos que están bajo investigación
ministerial por el delito de homicidio culposo derivado de negligencia médica.
Entendida ésta como “un acto mal realizado por parte de un proveedor de
asistencia sanitaria que se desvía de los estándares aceptados en la comunidad
médica y que causa alguna lesión al paciente. Es decir, no haber cumplido con
los parámetros mínimos y estándares de conducta para enfrentar el caso, y no
haber cumplido con la normas técnicas de la profesión médica” (Cfr.http://bit.ly/1wsoMrW).
El tema es
complejo, en noviembre de 2009, ingresó un menor de edad al Hospital de
Pediatría del IMSS en Jalisco por un diagnóstico de crisis asmática. Como ese
año fue de epidemia, se sospechó y descartó influenza A-H1N1. No obstante,
según el padre del menor, en los procesos exploratorios al menor de edad le
perforaron ambos pulmones y posteriormente en un lapso de apenas 16 días se le
sometió a siete cirugías abdominales (laparatomías exploratorias) en las que
los médicos tratantes concluyeron que había perforación intestinal y falta de
circulación sanguínea intestinal. Pasaron 55 días y el niño Roberto falleció.
El certificado de defunción que expedido por el IMSS determinó como causa de la
muerte "sepsis intestinal" (infección) pero omitió decir el origen de
ésta.
Cuatro
años después el juez tercero del Distrito de Procesos Penales Federales, emitió el pasado 20 de mayo, 16 órdenes de
aprehensión por homicidio culposo derivado de negligencia médica y auto de
formal prisión, en contra del equipo de médicos y los responsables de la Unidad
de Terapia Intensiva del IMSS Centro Médico Nacional de Occidente de
Guadalajara, Jalisco.
Para
nadie es una sorpresa reconocer que el de los médicos es el gremio profesional
mejor organizado -después del de los profesores- y ello se vio de manifiesto, pero
tampoco para nadie es una sorpresa la actitud de un buen número de médicos del
sector público que dan un trato denigrante a sus pacientes, desde recibirlos
con el clásico “mijo” o “mija” hasta regañarlos delante de los demás, olvidando
que existe una relación empleado patrón en esa consulta médica. Como en todas
las profesiones hay honrosas excepciones pero la mayoría hace costumbre
lamentablemente.
Lo que vimos el
domingo pasado no tienen un origen espontáneo en la búsqueda de mejores
condiciones laborales, esa fue una exigencia secundaria, paralela.
El #YoSoy17 tiene
como su prioridad buscar que no se continúe con la investigación contra los 16
médicos sujetos a proceso penal por homicidio culposo: y esa es una defensa
complicada. Los que salieron a la calle el domingo con su cartel “Somos
médicos, no dioses, ni criminales” y los otros pocos que pedían mejores
condiciones laborales, son los mismos que votaron por mantener el mismo modelo
económico, los que permitieron el regreso del viejo régimen. A ellos no los
vimos en la defensa de la soberanía energética o petrolera -no como gremio-
tampoco pidiendo justa reforma electoral, solo responden cuando uno de los
suyos es tocado y sujeto a investigación.
Más allá de
manifestar la inocencia o culpabilidad de los 16 involucrados –cosa que toca a
la autoridad judicial- el tema debe servirnos para reflexionar sobre la
negligencia médica en México, pues muchos de los que asistieron en solidaridad
este domingo son los mismos que manifestaron su inconformidad cuando médicos de
Oaxaca y Puebla se negaron a recibir a mujeres embarazadas.
Y es que, en lo que
va de este año, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha documentado
diez casos de inadecuada atención médica por parte de servicios públicos de
salud, que con su mal desempeño han provocado la muerte de siete personas de
cinco estados: Oaxaca, Estado de México, Guanajuato, Yucatán y DF. Entre ellos
una niña de 1 año y medio, y dos gemelos no nacidos, quienes fallecieron junto
con su madre.
En estos diez casos
la CNDH no sólo demandó la reparación del daño causado a las víctimas o sus
deudos, sino que también inicio acciones penales contra los médicos
involucrados, en su carácter de servidores públicos. El ombudsman nacional
también solicitó a la PGR iniciar acciones penales en contra médicos del
hospital general Carlos McGregor Sánchez del IMSS, en el Distrito Federal por
la “inadecuada atención médica” que produjo la muerte a una niña de 1 año y
medio que presentaba cáncer.
Finalmente sobre este
tema hay otros caso relevante, que data de 2002 en el que una recién nacida,
sufrió un daño neurológico, el caso fue revisado en marzo de 2008 por la
Conamed que concluyó que sí hubo una negligencia médica; para julio de
2011, ya con 9 años, se certificó que la menor sufre un retraso en su
desarrollo psicomotor, deficiencia mental, convulsiones y dificultad para
comunicarse.
Los padres de la
menor presentaron una demanda por daño moral en contra los médicos, pero un
juez absolvió a los demandados, bajo el argumento de que había vencido el plazo
para que los padres solicitaran una indemnización. Los padres presentaron
recurso; y ya la Suprema Corte se ha manifestado al respecto, y a propuesta del
ministro Jorge Pardo Rebolledo, la Primera Sala amparó a los padres de la menor
para que puedan ejercen su derecho a ser indemnizados por la negligencia
médica. De esta forma, por primera vez, los ministros precisaron que, en
casos de negligencia médica, el plazo para solicitar una indemnización se
debe contar a partir de que se conoce a profundidad el daño que ocasiona la
negligencia médica. Este, sin duda, es un gran paso para la justicia contra las
víctimas de la negligencia médica en el país. Pues quien que asiste a los
servicios públicos de salud y es víctima de negligencia tiene dinero para
aguantar una lucha legal por varios años. Un gran paso de la SCJN hay que
reconocerlo.
Por hoy es todo, nos
leemos la próxima. Carpe diem.