iusfilosofando

lunes, 7 de julio de 2014

LEGISLATIVO DILUIDO




Estas semanas de fútbol han sido complicadas para el bienestar del país, no solo porque los ciudadanos se han quedado inmovilizados frente a la televisión, sino porque pareciera que buscan cualquier pretexto para no hacer frente a la realidad que el país vive. Ya la selección está fuera del mundial; no obstante estimados lectores, ustedes son testigos de que estos ciudadanos buscan cualquier otro partido para escaparse y rehuir de su entorno desfavorecedor o terrible en otros casos.
Las cosas sucedidas en lo que va de la justa mundialista no es menor:inseguridad, crecimiento del desempleo; deterioro ambiental; gasolinazos; detención del médico Mireles –autodefensa disidente del Virrey Castillo- bajo el pretexto de vulnerar la Ley federal de armas de fuego y explosivos; partidos de oposición mediocres; elecciones estatales de “carro completo” en Nayarit y Coahuila.
Pero ahí no termina la hazaña, pues para terminar la escena, el sábado 5 de julio a las 05:30 de la mañana,- y después de 18 horas de sesión- la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, y la Ley del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano fue aprobada en el Senado en lo general por 80 votos a favor y 37 en contra; y en lo particular por 71 votos a favor y 26 en contra. Sin mayor debate que el que se dio en las fracciones parlamentarias.
De esta manera, el dictamen fue turnado para su discusión y aprobación en la Cámara de Diputados (http://gaceta.diputados.gob.mx/PDF/62/2014/jul/20140705-I.pdf) quienes tendrán que discutir y aprobar este dictamen al que se le presentaron 380 reservas para hacer modificaciones, pero 355 no se aceptaron a discusión, pues la mayoría de los senadores votó en contra de los cambios que se enfocaron principalmente en el tema de preponderancia, a la colaboración con la justicia (que permite la geolocalización y la retención de datos de los usuarios), la interconexión y las facultades del Instituto Federal de Telecomunicaciones.
            Quizá ahora que se discutirá en la Cámara de Diputados, valga la pena traer a la memoria una idea brillante de Rousseau quien sostiene:
La soberanía no puede ser representada por la misma razón de ser inalienable; consiste esencialmente en la voluntad general y la voluntad no se representa: es una o es otra. Los diputados del pueblo, pues, no son ni pueden ser sus representantes, son únicamente sus comisarios y no pueden resolver nada definitivamente. Toda ley que el pueblo en persona no ratifica, es nula. (ROUSSEAU: El contrato social)
Si el Poder Legislativo no tiene presente este principio al que hizo alusión Rousseau, los ciudadanos activos estarán en el derecho de cumplir y hacer cumplir la Constitución, pues parece que tenemos un Legislativo diluido, que no representa en nada los intereses de sus electores. La pregunta es ¿Habrá ciudadanos para ello? ¿Ustedes que opinan?

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

3 comentarios:

  1. Magnífico texto Doctor el que nos comparte el día de hoy en esta #Iusfilosofando.
    Desafortunadamente estamos ante un Legislativo desprestigiado y a las órdenes de un Ejecutivo que se ha erigido en el paters familia que todo lo quiere imponer.
    Coincido con lo escrito y dicho.
    Un placer leerlo.

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  2. Totalmente de acuerdo. Está totalmente diluído. CIUDADANOS, eso hace falta. Abrazo. C Chalico.

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  3. Dr. Grax, me quedo con lo que menciona Rousseua “Toda ley que el pueblo en persona no ratifica, es nula“

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