iusfilosofando

martes, 30 de junio de 2015

TLATLAYA NO SE OLVIDA





Ocurrió justamente hace un año, el 30 de junio de 2014, cuando supuestamente producto de un enfrentamiento entre presuntos delincuentes y elementos del Ejército mexicano, en San Pedro El Limón, municipio de Tlatlaya, Estado de México, cayeron abatidas 22 personas. En la versión oficial, la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena), sostuvo que los “presuntos delincuentes” atacaron primero a los militares que patrullaban la zona, y que hubo un enfrentamiento entre ambos bandos; derivado de ello, los miembros del ejército mataron a todos. Un día después el 1 de julio Eruviel Ávila afirmó: “el ejército en legítima defensa abatió a los delincuentes”.
Según la Procuraduría General de la República (PGR) elementos del Ejército ejecutaron a 8 de los 22 fallecidos esa madrugada. No obstante, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) asegura que fueron 15. Más contradicciones se sumaron, de acuerdo con la PGR, fueron tres militares los que entraron a la bodega para ejecutar a algunos de los heridos después del enfrentamiento; pero de acuerdo con la CNDH fueron ocho soldados.
Aún con esas contradicciones, se empezaba a creer la versión oficial y parecía un caso cerrado; no obstante, casi dos meses y medio después, la revista Esquire México y la agencia The Associated Press publicaron el testimonio de una mujer que presenció los hechos. En la nota publicada por Pablo Ferri Tórtola para Esquire, Julia, la testigo aseguró: “Ellos (los soldados) decían que se rindieran y los muchachos decían que les perdonaran la vida. Entonces (los soldados) dijeron ‘¿no que muy machitos, hijos de su puta madre? ¿No que muy machitos?’. Así les decían los militares cuando ellos salieron (de la bodega). Todos salieron. Se rindieron, definitivamente se rindieron. (…) Entonces les preguntaban cómo se llamaban y los herían, no los mataban. Yo decía que no lo hicieran, que no lo hicieran, y ellos decían que ‘esos perros no merecen vivir’. (…) Luego los paraban así en hilera y los mataban. (…) Estaba un lamento muy grande en la bodega, se escuchaban los quejidos”.
Una semana después, el 8 de julio de 2014, un reportaje de la agencia estadounidense The Associated Press planteó dudas sobre la versión de que todos los presuntos delincuentes hubieran muerto. En respuesta el 15 de julio del años pasado, la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) emitió un comunicado en el que afirmaba: “No existieron disparos a corta distancia; el intercambio de disparos fue proporcional; de acuerdo a la trayectoria de los proyectiles y la posición en que fueron hallados los cuerpos, [no existe] indicio alguno sobre una posible ejecución”. 
¿Complicidad, abuso de autoridad, ejecución? El punto es que un año después, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo un llamado a las autoridades mexicanas para que “incluyan a las autoridades civiles y militares que podrían tener responsabilidad en las alegadas ejecuciones extrajudiciales y violaciones de derechos humanos” cometidas en el supuesto enfrentamiento.” Desde Ginebra, Cécile Pouilly, Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, advirtió: “A pesar de que un oficial y seis soldados están esperando juicio, hacemos un llamado a las autoridades mexicanas para que amplíen sus investigaciones e incluyan a las autoridades civiles y militares que podrían tener responsabilidad en las alegadas ejecuciones extrajudiciales y violaciones de derechos humanos.”
El caso Tlatlaya es sin duda otro grave golpe contra la confianza del ejército mexicano, uno más que se suma al de caso Ayotzinapa, y es más grave aún, porque el Estado, representado por los soldados vulneraron los principios de legalidad, se excedieron en su papel y abusaron de la fuerza. Un ejército así, poco confiable, no tiene sentido de pertenencia con el pueblo al que dice proteger y del que se supone se integran sus filas.
Pero más allá de ello, de los brazos ejecutores, existen también civiles que deben ser investigados, servidores públicos y funcionarios del gobierno de Eruviel Ávila en el Estado de México, terruño del señor de Los Pinos. ¿Hasta dónde debe llegar la investigación del lado de los no militares? Probablemente a gente muy cercana de Eruviel. Lo cierto es que Tlatlaya no se olvida, ni se debe olvidar.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.


martes, 23 de junio de 2015

MÁS ALLÁ DEL VOTO



Las semanas transcurren después de aquél 7 de junio y el mexicano promedio desconoce muchas cosas de la elección federal en la que participó. Entre ellas ¿cuándo tomaran posesión los nuevos diputados? ¿Qué número de Legislatura Federal es la que se integrara en la Cámara de Diputados? ¿Cuántos diputados integran dicha Cámara? ¿Cuántos Diputados ganó cada partido?
Los ciudadanos debemos entender que el concepto de responsabilidad ciudadana, ese en el que votar es un derecho-obligación al participar en la constitución de los poderes públicos, ya fue desplazado. El sistema de construcción democrática en que participamos en la pasada jornada electoral no está limitado ya, al solo acto de salir a votar.
El nuevo papel que debemos jugar los ciudadanos en la construcción del sistema político, implica, involucrarnos en la cosa pública, lo que significa no solo elegir a sus representantes sino dar marcaje personal a quien eligieron como su voz en el Congreso, observar sus propuestas, seguir su desempeño.
En mi columna ESCENARIO COMPLICADO (http://bit.ly/1KT9CSY) advertía que “según los resultados preliminares, la LXIII legislatura se integrará con la participación del 47% de los ciudadanos.” Ahora con más información y con esa participación la Cámara de Diputados –integrada por 500 representantes- estará conformada por 203 legisladores del PRI, 108 del PAN, 56 del PRD, 47 del PVEM, 35 de Morena, 26 de Movimiento Ciudadano, 8 de Encuentro Social, 10 de Nueva Alianza y 6 del Partido del Trabajo (que perderá su registro) y un Diputado independiente, Manuel Clouthier Carrillo.
En este nuevo rol que los ciudadanos debemos jugar debemos tener presente que aún falta una segunda etapa de reformas que el señor Peña quiere impulsar y concretar, no obstante, no debemos olvidar que “Las reformas a las que se comprometió con los poderes fácticos nacionales y trasnacionales se dieron, algunas tardaron un poco más pero finalmente se materializaron. Lo que no se ha cristalizado es el bienestar que el señor Peña prometió a la mayoría de sus electores: seguridad, empleo, salud, educación de calidad, reducción a los precios de la canasta básica, bajar la gasolina, libre prensa, respeto de los Derechos Humanos, entre otros.” (http://bit.ly/1S6MyVW).
Por eso, quizá por ello, no debemos bajar la guardia, porque aún existen temas pendientes en la agenda sexenal del señor de Los Pinos, esos que tienen que ver el complemento de las reformas estructurales que ya se aprobaron en la legislatura que  concluye en agosto. Por ello nuestra responsabilidad debe ir más allá del voto, debe acompañarse de la información, la organización y la participación ciudadana en los asuntos fundamentales que a la nación hieren.
Algunos temas pendientes que debe revisar la oposición legislativa en esta Cámara, son fundamentales para avanzar en la justicia para todos, en la rendición de cuentas y en el combate a la desigualdad social, por eso debemos ir más allá del voto. Yo me comprometo con eso ¿Y ustedes?
Por hoy es todo, nos leemos la próxima y nos encontramos en Twitter como @iusfilosofo. Carpe diem.

                               

martes, 16 de junio de 2015

FRACASO CIUDADANO E HISTORIAS DE INDEPENDIENTES





Tras la jornada del 7 de junio pasado donde los resultados son contrastantes por muchas razones, pudimos observar el triunfo de 3 candidatos independientes, que tienen en su biografía inmediata, al menos dos de ellos -Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón y Manuel Jesús Clouthier Carrillo-  un antecedente de militancia política de largos años, es precisamente de quienes pienso ocuparme en esta entrega de Iusfilosofando.
El caso de Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón  "El Bronco" -de 57 años- quien ganó la gubernatura de Nuevo León, su antecedente inmediato es el de militancia priísta de más de 30 años. Hasta 2012 fue presidente municipal de García, Nuevo León por ese partido, y tras vislumbrar que no sería candidato de su "partido", en septiembre del año pasado renunció a su militancia del PRI para ser candidato independiente. 
El triunfo de "El bronco" se fraguó en pocos meses, en septiembre renunció, en diciembre anunció su intención de buscar la gubernatura como candidato independiente y en marzo de este año había logrado su aceptación para contender; solo dos meses después -el ingeniero agrónomo por la Universidad Autónoma de Nuevo León- ganaría  la gubernatura con más del 48% de los votos, rompiendo así con el bipartidismo en ese Estado. 
El otro caso es el de Manuel Jesús Clouthier Carrillo -sinaloense de 53 años- quien estudió ingeniería industrial y de sistemas en el Tec de Monterrey. El hijo del ícono panista, Manuel de Jesús Clouthier del Rincón “Maquío”, quien en diciembre de 2011, busco ser candidato de ese partido al Senado, solicitud que fue rechazada por la dirigencia nacional; semanas después el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó al PAN registrar la precandidatura de Clouthier.
Renunció a la bancada panista en febrero de 2012 justo el último día del periodo ordinario de sesiones de la LXI Legislatura, tras lo cual afirmó el PAN es el “nuevo PRI”, debido a sus prácticas antidemocráticas y corruptas. Es importante aportar dos datos: 1) en 1990 renuncio a su militancia panista; 2) Fue Diputado Federal por la vía de la representación proporcional.
En abril de este año, el Consejo del V Distrito Electoral Federal del INE en el Estado de Sinaloa le otorgó el registro y tras una campaña en la que PRI y PAN se enfrentaron en descalificaciones, en la elección del 07 de junio pasado ganó su curul con 43,730 frente a los 27,714 del candidato del PRI-PVEM.
Como observamos, en los dos casos anteriores, existen antecedentes de militancia política, lo que sin duda permitió la consolidación de un equipo de trabajo, así como el establecimiento de redes de apoyo económico y político que los hicieron competitivos frente a las estructuras de los partidos políticos nacionales.
Vale la pena hacer la distinción, porque en ambos casos los “candidatos sin partido” casi duplicaron la votación de su contrincante más cercano. ¿Cuáles son las razones que motivan estos resultados? Sin duda prima facie, podemos decir que los ciudadanos están hartos de los partidos políticos “tradicionales”. Y eso es una derrota no solo de los partidos mismos, sino de los ciudadanos en general.

Derrota de los ciudadanos que han permitido que los partidos se vuelvan un club de burocracia política que vive de los recursos públicos que los mexicanos otorgamos vía impuestos. Derrota de los mecanismos de participación político-electoral que los ciudadanos nos dimos y que el Constituyente estableció en la carta Magna en su artículo 41 fracción I: “Los partidos políticos son entidades de interés público; la ley determinará las normas y requisitos para su registro legal, las formas específicas de su intervención en el proceso electoral y los derechos, obligaciones y prerrogativas que les corresponden”.

La norma y la aspiración del Constituyente es clara: “Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público (…)” (41 fracción I)

¿Qué ha pasado entonces? ¿Cuál es el nivel de responsabilidad de los ciudadanos? ¿Por qué hemos permitido que los partidos políticos se vuelvan un club donde se entra con membresía? Vale la pena plantearse esas interrogantes ahora que vivimos los tiempos poselectorales.

Por hoy es todo, nos leemos hasta la próxima. Carpe diem.




martes, 9 de junio de 2015

ESCENARIO COMPLICADO


Un escenario aún más complicado es el que enfrentaremos los mexicanos los próximos tres años, pues tras avanzar los resultados de la jornada electoral del pasado 7 de junio, nos encontramos que aunque el PRI fue desplazado en algunas ciudades, Estados y distritos, la alianza perversa con el PVEM –partido a quienes algunos llaman que es el PRI pero más barato- le permitirá seguir manteniendo el control en la Cámara de Diputados.
Según los resultados preliminares, la LXIII legislatura se integrará con la participación del 47% de los ciudadanos. Lo que logró que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) obtenga el 29.19% y mantenga el control en la Cámara. Quienes no mantienen sus preferencias, son las dos oposiciones más cercanas al PRI. El Partido Acción Nacional (PAN) logró 20.89% a diferencia del 2012 cuando obtuvo el 25%. En el caso del Partido de la Revolución Democrática (PRD), obtiene el 10.83% en contraste con 2012 cuando había obtenido 18.4%.
Los triunfadores de esta elección son, sin duda, MORENA partido que se la jugó con la imagen de AMLO, obtuvo 8.37%; y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), quien tras sus prácticas ilegales que vulneraron una y otra vez la competencia electoral y dejaron mal parado al INE, logró el 7.06%. En el caso de Movimiento Ciudadano, el efecto Alfaro en Jalisco le permite conseguir el 5.99% por ciento de la votación; Nueva Alianza queda con 3.74% y Encuentro Social, 3.30 por ciento.
Si sumamos el 29.19 del PRI, el 7.06 del PVEM, el 3.74 de Nueva Alianza y el 3.30 de Encuentro Social, observamos que habrá un 43.29% que estará a las órdenes del Ejecutivo, se mantendrá una Cámara de Diputados dispuesta a decir “A sus órdenes señor Presidente”.
Los anulistas quedaron en 4.88%, es decir, un millón 787 mil 976 sufragios. Porcentaje mayor al Partido del Trabajo (PT) que obtiene hasta el momento 2.87% y el Partido Humanista con 2.14%, estos dos últimos en riesgo de perder su registro.
Los promotores del anulismo no deberían estar muy contentos, pues aunque suman 10 millones 657 mil 389 de votos, el origen del voto nulo es muy diverso, y no precisamente responde a su llamado. Los anulistas se suman como actores derrotados al PAN, PRD, PT y PH, pero están peor porque son un grupo no organizado, sin identidad, liderazgo y capacidad de movilización.
Al PRI-PVEM, PAN y PRD, no les preocupa en lo más mínimo que los anulistas se hayan manifestado contra ellos en una elección organizada por ellos. Los partidos del Pacto por México, volverán a recetarnos sus reformas, pero ahora recargadas. Este es el escenario que viviremos, y aunque parezca irónico, la esperanza parece quedar en MORENA y Movimiento Ciudadano que juntos suman 14.36% de las preferencias, pero que solos serán pulverizados por una mayoría sorda, absurda y prepotente.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

jueves, 4 de junio de 2015

#QuítaleElCongresoAPeña


A pocos días de la elección, la propuesta que impulsé desde noviembre del año pasado para Quitarle el Congreso a Peña ha ido ganando simpatías. El Hashtag #QuítaleElCongresoAPeña se está volviendo un importante referente en redes sociales y calles, para comunicarle al partido del señor de Los Pinos, que México sigue atento, vigilante e informado, y que es posible revertir la composición de una mayoría legislativa que impuso su perversa voluntad al interés ciudadano.
Este domingo 7 de junio, los mexicanos tenemos que salir a votar y tenemos que hacerlo con un objetivo muy claro “Quitarle el Congreso a Peña”; despojarlo de esa mayoría grotesca que le permitió hacer y deshacer a su antojo en temas legislativos; esa mayoría ramplona que impuso su voluntad neoliberal y pulverizó el bienestar general. Esa asociación legislativa que legisló para unos cuantos a cambio de prebendas.
El domingo, tenemos que salir a votar y “Quitarle el Congreso a Peña”, porque en tres años de mayoría legislativa, la inseguridad, el desempleo, la mala calidad educativa, la libertad de expresión, el deterioro del medio ambiente, la pobreza y la falta de oportunidades se incrementaron. No se combatió la corrupción, ni las desapariciones forzadas por razones políticas, ni se acabaron los asesinatos con el mismo fin, tampoco se mejoró el deficiente sistema de salud, ni se acabó con el corrompible sistema de justicia.
Salir a votar y “Quitarle el Congreso a Peña”, es una respuesta necesaria porque mintió al hablar de su compromiso de gobierno transparente, hoy poco a poco se van descubriendo las grandes mansiones del círculo Atlacomulco e Hidalgo. En estos tres años la degradación de las instituciones públicas fue la bandera que lo caracterizó; consolidó la impunidad de sus colaboradores y dejó sin castigo temas pendientes como el de la minera Pasta de Conchos o el de las guarderías ABC.
Hay que “Quitarle el Congreso a Peña”, porque ocultó su declaración patrimonial pensando en que no sería descubierta la casa blanca y que gozaría de impunidad como sus antecesores. El nombramiento de Virgilio Andrade Martínez como nuevo secretario de la Función Pública, es una muestra más de que su compromiso en contra el enriquecimiento inexplicable de funcionarios –empezando por el de él- es una pantomima.
Salir a votar y “Quitarle el Congreso a Peña”, nos permite la redistribución de los Poderes de la Unión, un Legislativo que no esté a las órdenes del Ejecutivo y un Judicial transparente y que no sentencia por consigna. “Quitarle el Congreso a Peña” permite revivir la máxima de Muñoz Ledo: “El presidente propone y el Congreso dispone”. Lo que México necesita es un Congreso que represente a sus electores y defienda el interés general, no un congreso arrodillado y parapeto del Ejecutivo.
Salir a votar y “Quitarle el Congreso a Peña”, es demostrar el valor cívica que vive vigilante de las actividades que realiza el mandatario; “Quitarle el Congreso a Peña”, es demostrarle a los poderes facticos de este país que un mar ciudadano puede imponer su voluntad en las urnas y que su campaña de que todos los partidos son iguales, no funcionó. 
Salir a votar y no anular, nos permitirá “Quitarle el Congreso a Peña” y exigir a la nueva Cámara de Diputados llame a cuenta a los funcionarios involucrados con los casos Tlatlaya, Ayotzinapa, Tanhuato y muchos más. Salir a votar y no anular, nos permitirá “Quitarle el Congreso a Peña” para detener la brutal privatización de este México que es de todos y no de unos cuantos.
Este domingo 7 de junio yo saldré a votar y no anularé mi voto  para “Quitarle el Congreso a Peña”. Seguiré promoviendo y usando el Hashtag #QuítaleElCongresoAPeña para contribuir a esta tarea cívica. Te invito a que tú lo uses y compartas para que juntos logremos Quitarle el Congreso a Peña. ¡México lo necesita!
Agradezco a @pacorodriguez que haya retomado mi propuesta y la haya hecho suya. Por hoy es todo, nos vemos en las urnas y nos leemos la próxima. Carpe diem.

martes, 2 de junio de 2015

ALFARO UNA AMENAZA



Desde el anuncio de que buscaría la candidatura a la presidencia municipal de Guadalajara, las reacciones no se dejaron esperar y las luces rojas se prendieron en el semáforo tricolor. Ya como candidato, los ataques fueron creciendo. Pocos recuerdan que el PRD en algún momento saco publicidad donde usaba su nombre y llamaba a votar no por él sino por el PRD, esto en la elección a gobernador de 2012.
Lo conocí en la histórica elección de 2006, bajo la coyuntura de la elección concurrente de presidente de la república y gobernador, era un personaje que rompía con el prototipo del clásico político jalisciense, más directo, analítico y pragmático cuando había que hacerlo. Enrique había roto con el PRI  un año antes y pronto se sumaron a él un conjunto de ciudadanos que buscaban acabar con el bipartidismo político de Jalisco.
Esa elección me permitió conocer a su equipo y a la gente que lo rodeaba, despeje algunas dudas y corroboré que una nueva historia para Jalisco iniciaba ahí. Por alguna razón mi memoria desempolvó la escena de Cuauhtémoc Cárdenas rompiendo con el PRI  en 1987 y trayendo con ello esperanza para muchos ciudadanos que no habían mostrado interés en asuntos político-electorales.
En 2007, Enrique ocupo la representación de diputado local en la LVIII legislatura, ahí tuvo un buen desempeño, algo que pocos exdiputados de esa legislatura pueden presumir. Y lo fue no solo por sus conocimientos técnicos, sino por la experiencia que había obtenido meses antes.
Con dos años como representante popular, en 2009 buscó ser candidato a presidente municipal de Tlajomulco y ganó contundentemente. Este municipio había sigo gobernado por el PRI y por el PAN quienes lo había transformado en el patio trasero de la zona metropolitana de Guadalajara. En poco tiempo Alfaro logro limpiar la imagen del municipio, detener la construcción irracional de zonas habitacionales y catapultar a un nuevo Tlajomulco.
Nos volvimos a encontrar en 2012, él como candidato a gobernador -yo ahora en mi papel de académico- bajo las siglas de PT, Movimiento Ciudadano y Alianza Ciudadana. Noté que había pulido su discurso, integrado más simpatizantes y perfeccionado sus objetivos, aquella esperanza de seis años atrás se convertía en oportunidad; el bipartidismo tenía sus horas contadas.
La historia de esa batalla por la gubernatura terminó con la llegada del PRI  a casa Jalisco y pero también con el fin del bipartidismo que se había mantenido desde siempre. Alfaro ocupo el segundo lugar y el PAN un triste tercer puesto. En seis años Enrique había demostrado que era posible la existencia de una tercera opción.
A punto de cumplir 42 años,- el próximo 20 de junio- estoy convencido que Enrique Alfaro Ramírez es amenaza, no sólo porque no estudio en la Universidad de Guadalajara (UdeG) -como la mayoría de la clase política de Jalisco- sino porque tiene un perfil diferente al de ese clase política que ha ostentado el poder en las tres últimas décadas. Alfaro es Ingeniero Civil por el ITESO y maestro en Estudios Urbanos por El Colegio de México.
Alfaro es una amenaza, porque tuvo el valor de desafiar al “Licenciado”, -el mismo que reparte candidaturas en el PRD, el PRI y hasta en el PAN- y eso en este Estado no esté bien visto. Lo común, lo ideal es practicar el reptilismo político con ese personaje siniestro para recibir el visto bueno.
Enrique es una amenaza, porque su formación en las filas de la universidad jesuita le permite una concepción diferente de la realidad, sumado a la experiencia política y a la formación técnica que adquirió. Alfaro es una amenaza porque aún sin tener el respaldo de AMLO –como en 2012- encabeza las preferencias electorales por Guadalajara.
Alfaro Ramírez es una amenaza para la mass media, porque ha dicho públicamente que de llegar a la presidencia municipal de Guadalajara rediseñara la relación publicitaria con los medios. Y eso a pocos les ha gustado. Un claro ejemplo de ello es Milenio y La Jornada Jalisco. Dos impresos que sumados a La Crónica, han puesto sus páginas –burdamente-al servicio del PRI, convirtiéndose en texto servidores.
Para los poderes fácticos de Jalisco, Enrique es una amenaza, porque es un ejemplo de desobediencia ciudadana, al “clásico político de Jalisco”; y estos poderes no pueden permitir que los ciudadanos descubran que otra Guadalajara es posible y que no necesitan pedirles permiso para hacer política.
Para el “clásico político de Jalisco” Enrique es una amenaza a la que hay que detener, y no se escatiman recursos para ello. El ejemplo más claro de ello es el PRD, franquicia que ante el fracaso de su candidata, ha dedicado sus espectaculares para atacarlo, vinculándolo con Emilio González. El PAN tiene un candidato que nunca levantó y ante lo gris de ese azul, ya desempolvó la vieja campaña que ha usado en otros Entidades y años, acusarlo de abortista.
Para el habitante de “Casa Jalisco” y papá Leonel, Alfaro es una amenaza, pues aunque han recurrido a todo tipo de artilugios conocidos y por conocer para denostarlo, no lo han podido detener y las preferencias electorales lo siguen colocando a la cabeza. Ese desde luego no es un buen resultado para el PRI y mucho menos para el señor Peña, que en 2012 jugó su imagen al lado de Aristóteles, al que ahora exigirá resultados.
El PRI, no solo de Jalisco sino nacional, no puede permitir que Alfaro gane Guadalajara y conquiste así la simpatía de un gran padrón electoral de cara a la elección presidencial de 2018. Por ello, han recurrido a todo lo que está en sus manos, para llevar vía tribunales al otro payaso -lagrimita-  a las boletas electorales para munícipes de Guadalajara, el Tribunal electoral ya ordenó la reimpresión de las mismas.

No doblegarse, mantenerse, continuar, es un mal ejemplo, por ello, para los poderes fácticos en Jalisco, Alfaro es una amenaza, pues representa la esperanza ciudadana, simboliza el levantar la mano y el despertar ciudadano.

El 7 de junio nos vemos en las urnas, por cierto, #QuítaleElCongresoAPeña.


Por hoy es todo, nos leemos en la próxima. Carpe diem.