Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo
El
proceso de búsqueda, detención y extradición de Javier Duarte, es apenas un
ejemplo de lo mucho que se ha corrompido el ejercicio del poder público en
México. Nombres y nombres se agregan cada día a la lista de complicidades del
cordobés que ocupó la gubernatura de Veracruz para suceder a otro nefasto
gobernante: Fidel Herrera Beltrán, el hombre de Nopaltepec, de 68 años y quien
durante su mandato se autodenomino “Tío Fidel”.
Si bien
es cierto que Veracruz no es el único Estado saqueado -durante el sexenio de
Peña Nieto- cierto es que el cinismo, la violencia verbal contra ciudadanos y
medios de comunicación, la inseguridad pública, el incremento de la
delincuencia, no tienen punto de comparación. La desaparición y asesinato de
periodistas en ese Estado encendió los focos rojos de organismos
internacionales; desde Los Pinos dicho
escenario no fue trascendente, porque le permitieron continuar con su política
de saqueo.
La
famosa fotografía que ha dado vuelta al ciberespacio y particularmente en la Twittósfera , esa en la
que aparecen los gobernadores y Peña Nieto, muestran de manera clara como los
hombres del Señor de Los Pinos, a muchos de los cuales el mismo Peña designó
como la nueva cara del PRI, no solo son la peor versión del viejo PRI, sino que
son una versión grotesca y recargada de los perores males que vive el país.
Duarte o como ahora le llama la PGR “JDDO” no es el único
saqueador, le acompañan en esta fábula grotesca, Tomás Yarrington, gobernador
de Tamaulipas durante el periodo 1999
a 2005; Eugenio Hernández, ex gobernador de Tamaulipas,
sucesor de Yarrington; Mario Villanueva alias el chueco, ex gobernador priista
de Quintana Roo; José de Jesús Reyna, gobernador interino de Michoacán; Andrés
Granier, ex gobernador priista de Tabasco, detenido en 2013; Guillermo Padrés,
ex gobernador panista de Sonora; Rodrigo Medina, ex gobernador priista de Nuevo
León, quien estuvo unas horas en la cárcel; César Duarte, ex gobernador
priista de Chihuahua, quien se encuentra prófugo; Roberto Borge, ex gobernador
priista de Quintana Roo; Mario Anguiano Moreno, ex
gobernador priista de Colima, acusado por irregularidades presupuestales; Jorge
Herrera Caldera, ex gobernador priista de Durango. Y más recientemente el
gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval y seguramente el listado se irá
incrementando.
¿Que más nos espera a los mexicanos lo que resta del
sexenio? ¿Cuántos gobernadores más se convertirán en prófugos de la justicia al
acabar su mandato? ¿Qué nos queda a los ciudadanos para defendernos de este
pillaje gubernamental? Sin duda alguna, las
leyes que hasta el momento existen tiene límites, y esos límites se asocian
a la complicidad que desde el gobierno o
un parte del gobierno operan para proteger a quienes han delinquido usando su
cargo.
Una de las alternativas para enfrentar estas
complicidades, es sin duda la alternancia, esa forma en la que los ciudadanos
optan por otra propuesta política para echar del gobierno a los ineficaces,
corruptos y abusivos gobernantes. Pero la alternancia no basta y los ejemplos
sobran; la organización y la participación ciudadana son imprescindibles para
acompañar esta alternancia, trabajemos en ella, es por nuestro bien. Solo así
podemos ir acabando con estas fábulas grotescas.
Participemos. Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.