Uno de los signos de los tiempos es la indiferencia
por el mañana. Nadie sabe en qué consistirá mañana la vida. Esta incertidumbre
perpetua agota los nervios, al punto en que no encontramos nada que valga la
pena. Ante eso, (en tiempos modernos) Chaplin nos dice que no desesperemos, ya
que aunque haya que andar por esos caminos, vale la pena hacerlo si son dos los
que andan.
Carl Theodor Dreyer
1825 días se cumplirán mañana desde que el Sr. Felipe
Calderón Hinojosa no pudo entrar a la Cámara de Diputados erigida en Congreso de
la Unión, para recibir el informe sobre el estado que guarda la nación.
Mañana, a las 6 de la tarde, se cumplirán 43,800 horas
desde que el primer secretario de desgobernación, Francisco Ramírez Acuña
entrego por escrito- no con mucha facilidad por cierto- el informe de su entonces
jefe.
Mañana, con casi 50 mil muertos el señor Felipe
Calderón tampoco ira al Congreso de la Unión -una argucia legal promovida por
el PAN y respaldada por el PRI, le facilitaron no presentarse ni dirigir desde ahí
su discurso a la nación-. Mañana, al igual que en las ocasiones anteriores,
"el primer panista de México" (ardid que usaban los del PRI en sus
mejores tiempos) realizará su fiesta particular, aquella a la que sólo estarán incluidos
los invitados especiales.
Mañana disfrutará de los cercanos a él; con la
complicidad de los que callan ante sus errores, lucirá traje nuevo, zapatos
lustrados, corbata elegante; pero también portará un nuevo rostro, cansado por
soportar 5 años el cuestionamiento de casi el 40% de la población; con una
salud diezmada; con un matrimonio frágil; con menos cabello y con más fatiga, así
se presentará mañana.
Y será así, porque mañana, después de cuatro
secretarios de desgobernación; dos de educación; dos de economía; después de la
muerte de Mouriño; después de la desaparición de Luz y Fuerza del Centro; después
del no vuelo de mexicana; de miles de vidas caídas en esta guerra que no es
guerra, de abusos del ejército- que sin querer entro en esta batalla- volveremos
a escuchar la mantra calderonista: "desgraciados" "terroristas"
"enemigos de México" "Mi gobierno".
Mañana, dirá que durante su gobierno se han
construidos más viviendas que nunca, aunque estén deshabitadas por la que gente
que, ya sea por temor o migración, las abandono; presumirá que en 2012 ya no
habrá tenencia federal, olvidando que fue una promesa de campaña para los
primeros años. Asumirá que con el seguro popular hoy los mexicanos gozan de
acceso a la salud y omitirá que su gobierno ha sido incapaz de detener la obesidad
infantil que en México ha crecido sin control. Tampoco dirá que las clínicas de
salud construidas y presumidas por él, no cuentan con médicos, ni medicinas.
Mañana, en la coyuntura de Casino Royal, el señor
Calderón Hinojosa a sus 49 años de edad -cumplidos este 18 de agosto pasado-
tendrá la oportunidad de su vida para abonar en favor de la llamada Ley de Seguridad
Nacional; argumentará que es necesaria para que lo ocurrido en Monterrey no
vuelva a suceder, para que se mantenga el combate al crimen organizado; pero omitirá
decir que los detenidos son ayudantes generales a quienes se les han inventado “alias”
y construido un perfil de los delincuentes más atroces del país.
Mañana, arrogante, ensimismado, iracundo, presumirá
crecimiento económico y dejará de mencionar que el salario promedio de los
trabajadores en México no llega ni a 6,000 pesos mensuales, contrario a lo que
presume su precandidato a la presidencia de México, Ernesto Cordero. Asumiéndose
“el presidente del empleo” también omitirá decir que de los 44 millones 480,562
trabajadores que conformaban la Población Económicamente Activa, 56.71% gana de
1 hasta 3 salarios mínimos y más de la mitad no cuenta con acceso a una institución
de salud (de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo al tercer
trimestre de 2010, elaborada por el INEGI).
Mañana, desde temprano seremos bombardeados por los
spots televisivos que harán de Calderón el videoman. También mañana los
incondicionales y dogmáticos del caderonato saldrán a defenderlo y maldecir cualquier
crítica; llamaran traidores a la patria a quienes disientan del sexenio del
terror. Pedirán callar y expulsar las voces opositoras, tal y como ocurrió con el
mismo Manuel Espino.
Mañana, much@s de los afectad@s por la inseguridad, el
desempleo, la falta de acceso a la salud, del aumento mes a mes del combustible
–gasolina y gas- de un espacio en la universidad; ni siquiera sabrán que el
Señor Calderón dirigirá un mensaje con motivo de su quinto informe, pero no lo hará
desde el auditorio nacional como originalmente estaba planeado, lo hará desde
el museo nacional, como muestra de su solidaridad con los ludópatas caídos en
el atentado al casino de Monterrey; ratificando así que los “otros”, los
miserables de San Fernando, los niños de Durango, los infantes del hospital ABC,
por su condición económica, no existen. Son mexicanos sí, pero de otro nivel.
Mañana los editorialistas del Calderonato, replicaran
las bondades de este sexenio, desde los periódicos, radio, televisión Facebook, twitter u otros medios cumplirán su papel de vasallos; y mañana, después del
mañana, volveremos a olvidar lo que ha costado a México este sexenio.
Por hoy es todo. Nos leemos la próxima. Carpe diem.