Quienes creemos que otro México es posible,
hemos dado batalla más de tres meses de campaña; tiempo en que uno de los
candidatos sirvió de divertimento electoral y que en la práctica representa muchísimo
menos que los votos que obtendrá y que le darán –dicen algunos, yo tengo mis
dudas- el registro a un partido-sindicato.
Hemos luchado por un México distinto – yo y
quienes en esta semana charlamos sobre el futuro que viene - más que quien
sirvió al gobierno anterior y al actual y que en su último acto de campaña se
atrevió afirmar que de ganar –remota idea- invitará a quien hoy encabeza al
presente inepto, a su gabinete.
Por supuesto que no lo hemos hecho regalando
tarjetas de debito a cambio de votos, ni condicionando nada, como lo hace otro
candidato que, a pesar de ser rostro contemporáneo, representa un pasado
corrupto, represor y totalitario.
Lo hemos hecho sí, desde diversas trincheras,
tal vez como otro candidato que lleva más de tres décadas en los movimientos
sociales y políticos; y que representa la gran diversidad de visiones de todos
los “Méxicos” que otros no quieren ver. Ese otro candidato que en su ejercicio
de gobierno, desmitifica todo tipo de acusaciones que se le han hecho y que son
propias de la guerra fría.
El momento llego, el próximo domingo los
mexicanos con conciencia cívica, serán los responsables de construir el México de
la próxima década, porque aunque el gobierno será de 6 años, las políticas
públicas rebasarán ese sexenio.
Llego el día, pero quizá lo más importante
para millones de mexicanos no será la jornada electoral sino lo que le sucederá
después del cierre de casillas.
Los candidatos, los ciudadanos deben ser
protagonistas de las noticias, no quienes las presentan; algo esta mal cuando
eso ocurre. Por ello, es de risa la burda provocación que el sexagenario
columnista de los 160 caracteres generó el miércoles pasado frente a un grupo
de jóvenes, que no perdieron la oportunidad –con algunos métodos imprudentes-
para reclamarle su visión de una causa política con la que ellos simpatizan.
Es momento de elegir, vayamos
responsablemente, participemos votando por la visión de país que queremos, pero
cuando lo hagamos seamos consientes de que somos corresponsables de la construcción
del futuro inmediato.
Vayamos a elegir, y votemos por la opción
política que aparece en la boleta, ejerzamos nuestro derecho a elegir y no
reproduzcamos la tonta convocatoria a “anular el voto”, eso simplemente es
dejar correr el agua; los analistas en su iracunda actitud consideran que así
se rechaza a los políticos, nada más reduccionista y alejado de la realidad.
Anular no ayuda, no es útil, no sirve, no
tiene marco jurídico, pero aun si lo tuviera, esta clase política no se inmuta
ni lo hará, porque aunque 50 millones anulen y 50 personas lo elijan, tendrá
reconocimiento su elección.
Es momento de elegir, vayamos a votar y
seamos consientes que nuestra responsabilidad no termina depositando el voto en
la urna. Hay que vigilar y pedir que se respete la voluntad ciudadana y el
lunes nos saludamos con el dedito.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
Maestro:
ResponderEliminarAplaudo está columna que debe ser leída y comentada por todos.
Estamos a horas de dar rumbo a este país. Aspiremos a que nuestra lucha diaria para generar y provocar ese cambio vea sus frutos para consolidar ese cambio verdadero.
Lo que es claro es que después del 1 de julio ya nada será igual.
Un abrazo y gracias por su magnífico texto.
PD. Muy buena manera de referirse a Carlos Marín, el de los 160 caracteres.