Ni en la última etapa de su sexenio, Felipe Calderón
mantiene el orden en su gabinete. Y parece más bien que la orden fue agarren lo
que puedan y digan lo que quieran, “son libres”. Veamos algunos casos:
1. Alejandro Poiré en La Jornada se refiere a Fox y su equipo como “Ratas”.
2. A García Luna no le basto el reconocimiento que en
mayo de 2011, el gobierno de Colombia le hizo con la Medalla al Mérito,
categoría Excepcional, por su apoyo a la Policía Nacional de ese país
sudamericano. El ingeniero mecánico venido a más, recibió un reconocimiento en
un evento presidido por él mismo. "Por su labor, compromiso y trayectoria
durante 25 años de servicio público…” fueron las palabras del oficial mayor de
la SSP, Sergio Montaño Fernández un empleado de García Luna.
3. Marisela Morales Ibáñez cesó a José Cuitláhuac
Salinas Martínez, titular de la Subprocuraduría Especializada de Investigación
en Delincuencia Organizada (Seido, antes Siedo) oficialmente por “motivos personales”,
extraoficialmente por la infiltración a la Seido del grupo de los hermanos
Cabrera Sarabia, identificados como sicarios y operadores al servicio del
cártel de Sinaloa, que actuaban en la zona de Durango y Chihuahua. Cosas de la
vida a Marisela Morales le costó 19 meses descubrir que la PGR estaba
infiltrada por la delincuencia organizada.
4. Calderón con Marín en Milenio se autoelogia y se presenta como el mejor mandatario, el
que tuvo la “mano firme” para combatir a la delincuencia. Ahí mismo confiesa
que ya no vive en Los Pinos sino en
la casa de una cuñada, “de arrimado” le expone Marín. En una especie de
confesionario Felipe intenta referirse bien a “Margarita” –su aun esposa- pero
olvida las diferencias que tuvo con ella en el momento de apoyar a los precandidatos
a la presidencia, ella a Josefina Vázquez y él a Ernesto Cordero.
Felipe también olvida que como en los mejores tiempos
del PRI, en su sexenio la figura de la esposa del presidente -“la primera dama”-
fue menos que una acompañante. La Margarita del calderonismo no era la Margarita
“panista”, ni la Margarita diputada federal. La Margarita del calderonismo no fue la Margarita con presencia, discurso e
imagen propia; y no añoro a una Marta Sahagún, pero lo cierto es que la
relación Felipe-Margarita, no fue la mejor como bien comento hace algunos meses
el acertado Francisco Rodríguez en su Índice político que @Arcadeleer nos
compartió.
Y mientras Calderón inicia su último viaje a Europa, deja
endosado al Senado de la República dos nuevas ternas para sustituir a los
ministros de la Suprema Corte de Justica de la Nación que concluyen sus periodos
el próximo 30 de noviembre: Salvador Aguirre Anguiano y Guillermo Ortiz
Mayagoitia.¿Será cierto que más que de Felipe son propuestas de Enrique? Ya
veremos que dice el Senado.
Así es como se despiden algunos colaboradores del
señor Calderón entre el autoelogio y el arrebato.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
Maestro, no cabe duda que el Gabinete calderonista, así como llega se va: deslucido, reciclado y nefasto.
ResponderEliminarLos resultados son evidentes.
Mis felicitaciones y reconocimiento por esta magnífica columna de análisis que suscribo.
Un placer leerle.
Un sexenio al que hay que reconocerle congruencia: mediocre de principio a fin.
ResponderEliminarSaludos, Samuel.