El 15 de enero se conmemoró el Natalio de Martin Luther King, luchador
incansable por los derechos civiles y políticos de la población afroamericana
en los Estados Unidos de Norteamérica. Ya me he expresado sobre el perfil de
este desobediente civil y solo quedaría recuperar
que Luther King tenía 39 años en el momento de su muerte. Al promover la
no-violencia como la táctica principal del movimiento pro-derecho civil, se
convirtió en paradigma de la lucha por los derechos civiles y políticos.
Una de ellas es que ayer se cumplieron 45 años de que iniciaron los
festejos por el cumpleaños de Martin Luther King Jr., los mismos que lleva de
muerto. En todo este tiempo es la primera ocasión en que un latino pronuncia el
discurso de apertura.
El honor
quedo en las manos del reverendo Samuel
Rodríguez pastor evangélico y presidente de la Conferencia Nacional de
Liderazgo Hispano Cristiano (NHCLC). El discurso de Samuel, estuvo relacionado
con la fe y la justicia. Una expresión que motivo aplausos fue cuando
sostuvo: “(…) ellos son indocumentados, no ilegales. Porque un ser humano hecho
a imagen de Dios no puede ser ilegal”.
Pero su intervención fulminante fue al momento de sostener: "El
silencio no es una opción cuando 30 millones de nuestros hermanos y hermanas
viven en la pobreza". Y es que para Bernice A. King, del King Center CEO, Rodríguez
es “uno de los defensores más dinámicos
e interesantes del evangelio social en el espíritu de Martin Luther King”.
Retomo esta idea de Samuel Rodríguez "El silencio no es una opción”,
no lo es cuando de acuerdo a datos de la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (Cepal) el 36.3 por ciento de los mexicanos –hasta 2011- vivían en
pobreza, casi 7 puntos porcentuales más respecto de la población
latinoamericana. Sumado a esto los mexicanos en indigencia representaron 13.3 por
ciento de la población total.
El silencio no es una opción, cuando en números reales 40 millones 778
mil mexicanos sobreviven en la pobreza y 14 millones 940 mil en la indigencia. El
silencio no es una opción, cuando no existe una seria política pública para
combatir esta desigualdad. Y se pretender palearla con una cruzada contra el
hambre, con claros tintes clientelares.
El silencio no es una opción, cuando algunos llaman a practicar la
reptilia política como mecanismo de sobrevivencia burocrática, no lo es cuando vemos
que se pretende cambiar canonjías por dignidad, y se desecha la ética entre las
toallitas húmedas y botellas de agua de marca extranjera.
De ahí mi llamado a no callar, si queremos transformar este país y
heredar uno mejor, el silencio no es una opción.
Por hoy es
todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
Maestro:
ResponderEliminarGran texto reflexivo y contundente el que hoy nos trae en Iusfilosofando.
No callar es la opción que implica valentía y levantarse del sillón comodón del status quo en que muchos están.
¡Me uno a su llamado!
Un placer leerle.