iusfilosofando

martes, 30 de octubre de 2018

EL VALOR DE LAS CONSULTAS




Samuel Hernández Apodaca

@iusfilosofo


La democracia no es el silencio,
es la claridad con que se exponen los problemas
 y la existencia de medios para resolverlos.
Enrique Múgica Herzog

En estos días, todos opinan sobre el proceso de consulta al que convocó el gobierno electo que encabezará Andrés Manuel López Obrador a partir del primero de diciembre de este año, para saber el destino que correría el proyecto de Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Ahora bien, los opositores a una consulta abierta, de participación ciudadana de alcance nacional, y que no costo al erario público, pueden opinar, manifestar su abierto desacuerdo, minimizar el valioso ejercicio, menospreciar la voluntad popular o simplemente decidir no participar.

Los opositores a la consulta pueden dividirse en dos, los que sostienen que los ciudadanos no saben nada de aviación y consecuentemente no tendrían una opinión; y los que se oponen sistemáticamente por militancia, es decir, son aquellos que no votaron por Andrés Manuel y se opondrán a todo lo que el gobierno electo proponga, aunque ello represente dañar el bienestar del país.

Los opositores a la consulta, pero que apoyaban la opción de Texcoco, no cesaron en sus esfuerzos para desacreditarla, primero argumentaban que la consulta no tenía legitimidad pues no la organizaba ningún organismo oficial, después participaron votando más de una vez, mostrando así su falta de ética, más que las fallas de los organizadores de la consulta.

No debemos olvidar los históricos esfuerzos que la sociedad mexicana impulsó a través de las consultas, un caso que ilustra el valioso ejercicio de la consulta, fue el de 1993, el 21 de marzo, cuando un grupo pluripartidista de asambleístas del entonces Distrito Federal convocaron a realizar una consulta sobre el gobierno en esa ciudad. 1. ¿Está de acuerdo en que los gobernantes del D.F. sean elegidos mediante el voto directo y secreto de los ciudadanos?, 2. ¿Está de acuerdo en que el D.F. cuente con un poder legislativo propio? y, 3. ¿Está de acuerdo en que el Distrito Federal se convierta en un estado de la federación? fueron las preguntas, los participantes en aquella histórica consulta fueron 320 mil ciudadanos.

El segundo ejercicio, en esta ocasión de carácter nacional fue el realizado por Alianza Cívica en febrero de 1995. El contexto era la irrupción zapatista y la presencia del ejército mexicano en el territorio chiapaneco y la devaluación de diciembre de 1994. En ese ejercicio las preguntas fueron: 1. ¿Debe investigarse y en su caso sancionarse a Carlos Salinas de Gortari por su responsabilidad en la crisis económica? 2. ¿Debe rechazarse el crédito ofrecido por el gobierno de los Estados Unidos? 3. ¿Debe retomarse la vía del diálogo y la paz y desecharse la vía militar para resolver el conflicto de Chiapas? Los participantes sumaron más de 600 mil ciudadanos.

Meses después, en agosto de ese mismo año se realizó la Consulta por la Paz, convocada por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y organizada por Alianza Cívica, el objetivo de esa consulta era preguntar a los ciudadanos si estaban de acuerdo en que el EZLN dejara las armas y se convirtiera en una fuerza política, los participantes sumaron más de un millón de ciudadanos.

Años más tarde en Julio de 2008, el movimiento que encabezaba Andrés Manuel solicitó a Alianza Cívica y a Propuesta Cívica realizar una consulta nacional. El objetivo era enfrentar la reforma petrolera, en dicha consulta se rebasó el millón de participantes.

Tres años después, en marzo de 2011 ocurrió una consulta más, esta de carácter abierto a la ciudadanía, pero dirigida fundamentalmente a militantes de los partidos políticos del Estado de México (PAN y el PRD). El objetivo era consultarles si estaban de acuerdo en una alianza de ambos partidos en las elecciones de gobernador, los participantes de aquel ejercicio fueron más de 250 mil ciudadanos.

Como podemos ver, las consultas en este país son más comunes de lo que se piensa, desconocer esa parte del ejercicio cívico histórico debe llevarnos a una relectura de las páginas de participación ciudadana en México, pues se han utilizado para un sinfín de objetivos como ya se enumeró.

La participación ciudadana siempre ha sido el factor determinante en la toma de decisiones, por eso debemos darle el valor que en realidad tienen y no descalificarlas prima facie. Los opositores a las consulta deben entender que vivimos tiempos diferentes y quizá hacerse a la idea de que quienes votamos por Andrés Manuel queremos participar en la transformación que el país necesita. Los derrotados el pasado 1 de julio, los textos servidores, los voceros de los poderes fácticos, deben entender que “la democracia en los bueyes de mi compadre” no funciona ya. Vivimos tiempos diferentes y las nuevas prácticas legaron quizá para quedarse.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.




martes, 23 de octubre de 2018

PEÑA, EL VULGAR ENRIQUECIMIENTO




Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo

Mientras se acerca el final del fatídico sexenio peñista, los problemas que había escondido bajo la alfombra empiezan a surgir, desde los actos más inmorales de sus colaboradores más cercanos, hasta los aliados coyunturales que encontró durante su mandato. Esto sumado a los temas de interés nacional que van surgiendo poco a poco y que lastiman día a día la vida nacional del país; Ayotzinapa, la Casa blanca, el incremento de los desaparecidos, la fuga del Chapo.

Por si esto fuera poco, hay un tema fundamental que pocos mexicanos alcanzan a dimensionar, de acuerdo con un reporte de VICE.COM cuando Enrique Peña Nieto llegó a Los Pinos contaba con 14 millones de pesos en el banco, casi seis años después tiene ahorros por 22 millones, es decir un incremento de 60% a su fortuna en tan solo seis años, lo que representa un ahorro de 1.3 millones de pesos por año.

La forma en la cual el oriundo de Atlacomulco ha incrementado su fortuna no es menos que vulgar, sobre todo si se considera que durante los seis años que Enrique Peña ocupó la titularidad del Poder Ejecutivo, se añadieron dos millones de pobres en nuestro país, es decir, cada mes se sumaron 105 mil personas, esto de acuerdo con el índice laboral del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

No obstante los datos que el peñismo maneja son diferentes, pues de acuerdo con datos del Coneval los pobres disminuyeron de 55.3 millones a 53.4 millones en tan solo 2 años, de 2014-2016, el problema radica en que la información del Coneval tomo como base los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) y de acuerdo a Julio Boltvinik Kalinka, están manipulados.

Boltvinik no está muy lejos de la realidad, pues basta hacer memoria, para recordar que José Antonio Meade entonces Secretario de Hacienda, postuló a su incondicional y protegida Paloma Merodio, -joven tecnócrata egresada del ITAM y a quien conoció en la Sedesol- para que ocupara el cargo de vicepresidenta del Inegi, lo cual le permitiría al futuro candidato priista, administrar la cifra de pobres durante su campaña.

De acuerdo con VICE.com con el ingreso que tiene el 79 por ciento de la población mexicana económicamente activa (PEA) necesitaría dos mil años de trabajo y un ritmo de ahorro de siete por ciento de sus ingresos mensuales para sumar la cantidad que Peña Nieto tiene actualmente como ahorro. Lo más grotesco del guardadito de Peña, es que para lograrlo operó desde su oficina. Veamos: el fondo de inversión que se incrementó de 10 millones, en 2013, a 15 millones, en 2018. El seguro de separación individual aumentó de 41 mil pesos a 3 millones de pesos. Su cuenta de ahorros también tuvo un aumento de 150 mil a 500 mil pesos.

¿Sería posible que cualquier mexicano que votó por Peña pueda gestionar su propio retiro en cualquier empresa que trabaja? ¿Será posible que Peña Nieto cumpla su promesa de vivir en el Estado de México tras su retiro de los Pinos, como lo anunció en su mensaje de Sexto Informe? ¿Es viable que el titular del Ejecutivo con menos popularidad en la historia política del país pueda mantenerse en el territorio nacional sin los privilegios que gozó durante seis años? Muchas son las preguntas que podemos plantearnos en relación al vulgar enriquecimiento de Enrique Peña Nieto.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.


martes, 16 de octubre de 2018

DIFÍCIL TRANSICIÓN



Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo

Tras los resultados de la elección del pasado 1 de julio, la ridícula minoría que se ha beneficiado con negocios, espacios, protección y muchos más. No ha parado de atacar sistemáticamente al candidato ganador y a la coalición.

Esta ridícula minoría, olvida que fueron millones de mexicanos los que decidieron mandarlos al desagüe del olvido, no solo porque saquearon por años el patrimonio histórico, natural y cultural del país, sino porque se aprovecharon de la miseria que ellos mismos generaron al mantener en la marginación a millones de mexicanos, muchos de los cuales tuvieron que votar por el PRI, porque era condición para mantenerlos en los programas sociales que tiene el gobierno.

La resistencia y ataques que esta ridícula minoría emprendieron desde antes del triunfo de Andrés Manuel, se ha mantenido gracias a los medios de comunicación incondicionales al viejo sistema, así como de aliados coyunturales que sabedores del final sus canonjías en el próximo sexenio, no han dudado en otorgar un espacio para atacar al próximo gobierno; a estos hay que sumar sin duda a los opinadores de aluvión, que sin recibir nada a cambio replican a los agoreros de la desgracia.

Por si esto fuera poco, el próximo gobierno enfrentará al sindicalismo más atrasado desde el establecimiento del partido hegemónico; hay que agregar a esta contingencia las deudas históricas de los estados donde el PRI deja el poder; o aquellos donde el PRI fue desplazado, pero la historia del endeudamiento se repitió.

También están temas fundamentales para el país: la inseguridad pública, el desempleo, el acceso a la educación, el tráfico de drogas, la delincuencia organizada, los desaparecidos, los desplazados, la privatización del agua, temas de corrupción, migración, entre otros más.
Como se puede ver, la transición será difícil. Hay que ser conscientes de lo que ello representa, acabar con un modelo político que corrompió las instituciones del país, y abrir paso a un futuro diferente para las generaciones que vienen. Millones de jóvenes que votaron por la esperanza de un mejor país, y millones de niños que alcanzarán la mayoría de edad antes de que concluya el sexenio de Andrés Manuel.

Las transiciones son difíciles, pero no imposibles, el país necesitaba ya cambio fundamental, no solo del quehacer político, sino de políticas económicas y sociales. La transición va, debemos estar prestos a los cambios que se avecinan y estar atentos para saber como podemos contribuir.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

martes, 2 de octubre de 2018

50 años




Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo
Ha pasado medio siglo de los hechos sangrientos en la plaza de las tres culturas, aquel 2 de octubre la tarde se pintó de rojo. La sangre de los caídos ese día, representa todo lo que un gobierno no debe ser; las causas, las luchas, las razones por las cuales los jóvenes salieron a la calle aquellos meses son el antecedente de las libertades que hoy gozamos.
Alzar la voz, manifestarnos, tomar postura, ocupar los espacios públicos, desobedecer, no puede entenderse sin la lucha previa que nos antecede en los años sesenta y que culmina con las manifestaciones de 1968.
50 años después de aquellas jornadas históricas todo parece más sencillo, los medios diversos, la prensa plural, los micrófonos abiertos, la pluralidad de voces, las redes sociales, los blogs, los podcast, la radio por Internet, la televisión que tiene que ser incluyente por competencia.
Medio siglo después la historia es otra, los golpeados, los perseguidos, los encarcelados, los etiquetados como revoltosos hoy están en el gobierno, en el Poder Legislativo, o formarán parte del Poder Ejecutivo. Nadie en aquellos años hubiera creído que la historia cambiaría, que los presos políticos ocuparían una curul, que en el Congreso de la Unión se les reconocería, con letras de oro en el muro de honor de la cámara de diputados y con una placa en el senado de la República.
Los tiempos han cambiado, las placas que llevan el nombre de Díaz Ordaz en el metro de la cuidad de México se han retirado, voces piden cambiar el nombre a calles, avenidas, estadios.