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miércoles, 5 de junio de 2024

FRACASARON EL ODIO Y EL MIEDO

 



 

Samuel HERNÁNDEZ APODACA

 

Mantendremos la obligada división entre el poder económico y el poder político. Siempre defenderemos y trabajaremos por el interés supremo del pueblo de México y de la nación, y actuaremos apegados a las leyes y al derecho.

Claudia Sheinbaum, madrugada del 3 de junio de 2024,

Hotel Hilton del Centro Histórico de la CdMx.

 

El odio es un "sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia alguien que provoca el deseo de rechazarlo o eliminarlo". En el ámbito político, el odio se manifiesta a través de discursos que deshumanizan al oponente, destacando sus fallas y errores de manera desproporcionada para generar animadversión.

El miedo, por otro lado, es una "emoción desagradable provocada por la percepción de peligro, real o imaginario". Las campañas de miedo en política se diseñan para asustar a los votantes sobre las consecuencias de una victoria del oponente, exagerando o incluso fabricando amenazas.

Para las nuevas generaciones, quizá es más común convivir con ambos, pues las redes sociales han hecho que ambos –el sentimiento y la emoción– se vuelvan lamentablemente cotidianos, aunque efímeros.

Históricamente, las campañas basadas en el miedo y el odio han sido una herramienta común. En enero de 1994, en el sureste de nuestro país, se levantaba en armas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, un grupo encapuchado mayoritariamente integrado por indígenas chiapanecos que le declaraba la guerra al Estado Mexicano y que se proponía derrocarlo. En marzo de ese mismo año, el priista Luis Donaldo Colosio Murrieta –coordinador de campaña de Carlos Salinas en 1988 y operador de fraudes electorales en años anteriores– fue asesinado. Entonces, desde el poder se impulsó una campaña de miedo que impulsaba por cualquier vía impedir que la oposición volviera a cimbrar al sistema hegemónico como lo había hecho seis años antes con el triunfo no reconocido de Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del Frente Democrático Nacional.

La campaña de miedo se había fortalecido con el asesinato del Secretario General del PRI, José Francisco Ruiz Massieu –cuñado de quien en ese momento usurpaba la presidencia– en septiembre de ese mismo año. Un año antes, en mayo de 1993, había sido asesinado Juan Jesús Posadas Ocampo, cardenal de Guadalajara, en el aeropuerto internacional de esa ciudad; en ese momento, la versión oficial fue una confusión entre cárteles del narcotráfico.

Doce años después, en la campaña presidencial de 2006, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), candidato de la coalición Por el Bien de Todos, se enfrentó a Felipe Calderón del Partido Acción Nacional (PAN). Ese partido lanzó una serie de anuncios televisivos que retrataban a López Obrador como un peligro para México. Uno de los anuncios más emblemáticos afirmaba con una voz en off: "López Obrador es un peligro para México", campaña creada por Antonio Sola. En el spot se mostraban imágenes de crisis económicas y políticas en otros países, sugiriendo que algo similar ocurriría en México bajo la presidencia de AMLO. Aunque fue una campaña fuerte, la decisión final terminó en controversia, pues Calderón Hinojosa ganó con apenas el 0.56%. La respuesta ciudadana fue “Voto por voto, casilla por casilla”; no obstante, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó el triunfo del michoacano.

Seis años después, en 2012, López Obrador nuevamente se presentaba como candidato presidencial, esta vez bajo la coalición Movimiento Progresista. Su contrincante más cercano era Enrique Peña Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y heredero de la dinastía de Atlacomulco, donde “un político pobre es un pobre político”. En esta ocasión, la campaña contra Andrés Manuel mantuvo la narrativa de que “era un riesgo para la estabilidad del país”. Se utilizaron mensajes explícitos para sugerir que una presidencia de López Obrador llevaría a la inseguridad económica y social. Fue así que, aprovechando temores existentes en la población, los grupos económicos conservadores no dudaron en sumarse a la guerra sucia.

Paralelamente a ello, se recurrió a la manipulación de encuestas de opinión para crear la percepción de que Andrés Manuel no tenía posibilidades reales de ganar. La estrategia buscaba desmotivar a sus seguidores y votantes potenciales para impedir que llegara a la presidencia. Como parte de esa estrategia, también se utilizó la compra de votos a través de las tarjetas de débito prepagadas de Monex, que eran entregadas a operadores políticos y coordinadores de campaña, quienes a su vez las distribuían entre votantes.

En la campaña de 2018, se llevó a cabo la "Operación Berlín", una estrategia de guerra sucia organizada por un grupo de empresarios y operadores políticos que buscaban desprestigiar a López Obrador y así evitar su llegada a la presidencia. El objetivo principal era influir negativamente en la percepción pública contra el candidato de la alianza Juntos Haremos Historia, presentándolo como un candidato peligroso y populista, y así reducir sus posibilidades de ganar la elección. Para ello, se creó y difundió información falsa o distorsionada sobre López Obrador, su pasado político y sus propuestas de gobierno.

Así, a través de redes sociales y medios de comunicación, la campaña negra buscó desprestigiar al tabasqueño montando toda una estrategia de fake news. Al igual que en campañas anteriores, los medios de comunicación amplificaron los mensajes negativos y buscaron sembrar dudas sobre la viabilidad de un gobierno encabezado por Andrés Manuel, etiquetándolo como populista.

En su libro “Juntos Hicimos Historia”, Tatiana Clouthier narra: “El 20 de abril, el PRI lanzó la campaña ‘Tú no quieres vivir con miedo’. Los spots eran buenísimos y el mensaje muy fuerte. En uno de los promocionales, una esposa despierta a su marido porque no puede conciliar el sueño; le dice lo que pasará con la educación de su hija si gana López Obrador, y le confiesa: ‘Tengo miedo’. El esposo, que trata de consolarla, le asegura: ‘Tranquila. Va a ganar Meade’… A ese spot le cambiamos la conversación: se trata de una esposa nerviosa que le dice a su marido que tiene miedo porque su hijo no ha llegado y no sabe a qué hora lo hará por la inseguridad. ‘Le tengo miedo al PRI’, dice la mujer, por lo que el esposo afirma: ‘Tranquila. Ya se van’.

‘Se dieron una gran enojada en el PRI porque una vez más invertimos el sentido de su propaganda’” (Clouthier:2019).

No obstante, a pesar de las campañas de desprestigio, López Obrador ganó las elecciones presidenciales de 2018 con una amplia mayoría, 53.20% que representa 30, millones 11 mil ,327 votos, reflejando el apoyo popular y su capacidad para superar los ataques en su contra, frente al 22.27% de votos de Ricardo Anaya Cortés, actualmente prófugo en Estados Unidos. El propio López Obrador afirmaría en su discurso de triunfo que “esto no hubiera sido posible sin las benditas redes sociales”. Así, en la elección de 2018, el miedo había sido derrotado.

Seis años después, en las elecciones de 2024, Xóchitl Gálvez adoptó una estrategia que se centró en generar miedo en los mexicanos y odio hacia Claudia Sheinbaum. Los mensajes de su campaña subrayaban las supuestas amenazas que representaba Sheinbaum para la estabilidad y el progreso del país, apelando a temores sobre su gestión y su ideología política. Esta táctica incluía propaganda que buscaba resaltar fallos de la administración anterior de Sheinbaum como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, así como insinuaciones sobre la influencia negativa de figuras asociadas a ella.

La campaña de la ingeniera en computación –perfecto modelo de la educación neoliberal– se centró en los pilares del miedo y el odio. Veamos: se diseñó toda una estrategia para generar miedo entre los electores: “Si Sheinbaum gana, nos volveremos comunistas”, “los flojos no trabajarán y el gobierno los mantendrá con nuestros impuestos” –como si los pobres no pagaran impuestos–, “Claudia cerrará las iglesias”, el famoso artículo 139 de la Constitución –inexistente por cierto– que indicaba que “se expropiarían casas y que el gobierno se las daría a quien quisiera de forma discrecional”; pero quizá la campaña más fuerte y violenta fue la de “Narco candidata”, esa que una y otra vez Bertha Gálvez negó que su equipo fuera responsable, pero que en el debate terminó recuperando y encarando a la Dra. Claudia: “Pues yo te voy a decir Narcocandidata, ¿verdad?”.

El otro pilar de la campaña de la derecha mexicana fue el odio: “Morenacos” llamaban a los simpatizantes de Claudia Sheinbaum, “Váyanse a Cuba, a Venezuela”; “No queremos ser comunistas”, “Fuera Morena”, “Sheinbaum hace lo que el presidente le diga”, “Claudia es una judía”.

Sin embargo, esta estrategia no resonó como se esperaba. Varios factores contribuyeron a su fracaso: la credibilidad y confianza en Sheinbaum, pues contaba con una trayectoria sólida y un respaldo significativo de diversos sectores de la sociedad que confiaban en su capacidad para gobernar. Sus logros en la Ciudad de México, especialmente en áreas como la movilidad urbana y las políticas medioambientales, crearon una base de apoyo robusta que no se vio erosionada por la campaña negativa. Esa que sugería Jorge G. Castañeda: “go negative”.

Las movilizaciones convocadas por la marea rosa se convirtieron en marea de odio. Pancartas, volantes, mantas, discursos, gritos, todos denostando, insultando, humillando a los electores que no veían en Xóchitl una opción presidencial.

No obstante, la politización de los ciudadanos –en la cual el presidente López Obrador contribuyó gracias a su estrategia comunicativa de las conferencias matutinas conocidas como la mañanera– ha mostrado un creciente repudio hacia las campañas basadas en el miedo y el odio. Presentan un análisis más completo, se esfuerzan en confrontar la información y se informan en medios alternativos. Así, la campaña de Gálvez no logró conectar de manera efectiva con un electorado que buscaba propuestas concretas y una visión positiva para el futuro.

A diferencia de las campañas anteriores, las tácticas de miedo y odio pueden movilizar a los simpatizantes del candidato atacado, generando un efecto de solidaridad y respaldo. En la campaña de Sheinbaum, hubo una respuesta contundente de sus seguidores, que vieron en los ataques una señal de desesperación y falta de propuestas genuinas por parte de Gálvez.

El fracaso de la estrategia de odio y miedo no pudo imponerse a Claudia Sheinbaum, que basó su estrategia en la esperanza, las propuestas constructivas y la integridad. Continuidad en el proyecto de transformación del país. Sheinbaum presentaba soluciones claras, auténticas y coherentes, producto de consultas y foros. Su propuesta era detallada, pero también contundente en su mensaje, como cuando describió a sus adversarios como “Priandilla inmobiliaria”, idea que en pocos segundos sus seguidores volvieron tendencia en redes sociales.

La campaña de odio y miedo fracasó, no tuvo impacto en ciudadanos informados, en esa clase media que vio en Claudia Sheinbaum la mejor opción para continuar con el proyecto de transformación; en los jóvenes que se identificaron con el discurso y trayectoria de la premio Nobel, en las mujeres que asumieron el discurso de la candidata: “es tiempo de mujeres”.

Fracasaron el odio y el miedo, porque la victoria de Claudia Sheinbaum no solo representa un cambio político, sino también una reafirmación de que la esperanza, la integridad y las propuestas constructivas prevalecen sobre la desinformación y la mentira.

Fracasaron el odio y el miedo, porque Claudia Sheinbaum basó su campaña en propuestas detalladas y viables que abarcaban temas cruciales como la economía, la educación, la salud, el medio ambiente y el bienestar social. Su enfoque se centró en continuar y mejorar los programas exitosos de la actual administración.

Fracaso el odio y el miedo, porque la campaña de Claudia Sheinbaum se caracterizó por un mensaje de esperanza y unidad. Optó por una narrativa positiva que enfatizaba los logros alcanzados y los objetivos futuros.

Fracasaron el odio y el miedo, pues Claudia Sheinbaum logró conectar con una amplia gama de sectores de la sociedad mexicana, desde jóvenes hasta mujeres, pasando por las clases trabajadoras y profesionales. Su mensaje inclusivo y sus políticas progresistas resonaron con aquellos que buscaban un cambio genuino y una continuidad en la transformación iniciada por la administración actual.

Fracasaron el odio y el miedo, porque las respuestas de Sheinbaum ante los ataques y la desinformación fue firme pero digna. En lugar de caer en la provocación, se mantuvo enfocada en su agenda y en los temas que realmente importan a los ciudadanos. Este enfoque le permitió mantener la integridad de su campaña y ganar el respeto de muchos votantes que vieron en ella una líder capaz de enfrentar la adversidad con inteligencia y serenidad.

Por hoy es todo. Nos leemos la próxima. Carpe diem.

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miércoles, 29 de mayo de 2024

CLAUDIA SHEINBAUM. LA ESPERANZA CONTINUA

 


 

En marzo de 2023 frente a un grupo de académicos planteaba el escenario de que tendríamos a la primer mujer presidenta, la reacción de mis contrapartes me sorprendió, “no para nada”, “como crees”. “eso no puede ser”, “vivimos en un país machista, eso no pasará”. Después de replicarles algunos se quedaron con la duda de esa posibilidad.

Meses después y no después de un álgido debate en la izquierda electoral y particularmente en Morena, la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo ganaba la encuesta y se erigía como candidata Presidencial. Nacida el 24 de junio de 1962 en la Ciudad de México, es licenciada en Física por la UNAM, es Maestra en Ingeniería Energética y tiene también un doctorado en Ingeniería Energética.

La fundadora del Movimiento de las Adelitas, -tras el fraude electoral de 2006-, fue Secretaria del Medio Ambiente de la Ciudad de México durante el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, como jefe de gobierno. En 2018, fue electa Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar este cargo mediante una elección.

En el libro, Claudia Sheinbaum: Presidenta, de Arturo Cano, 2023, se destaca que “Desde niña, Claudia estuvo inmersa en el mundo de la izquierda. Creció entre mujeres fuertes y preparadas” recuerda también que “en muchos institutos se le minimizo por ser mujer, y más por tener un compromiso social, incluso por participar en movimiento sindicales”.

La Dra. Claudia Sheinbaum es una científica y política con una sólida formación académica y experiencia profesional. Su paso por las aulas le otorga un entendimiento profundo de temas técnicos y científicos que son cruciales para el desarrollo sostenible del país.

El enfoque de Sheinbaum en la ciencia y la tecnología se refleja en políticas implementadas en su gobierno, las cuales buscan no solo el crecimiento económico, sino también el desarrollo sostenible. En su gestión como jefa de gobierno priorizó la innovación y el uso de tecnologías avanzadas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y proteger el medio ambiente.

Sheinbaum Pardo, es la única mujer que ha recorrido el país de punta a punta, en al menos cinco ocasiones, su templanza frente a la adversidad y su formación le han permitido corregir rumbos y consolidar soluciones.

Claudia recuerda como conoció al Presidente López Obrador: una llamada de José Barberán:

-“Dice López Obrador que si quieres ser Secretaria del  Medio ambiente… ¿Cómo ves? Porque si dices que sí, ya te va hablar él”

-Y así fue

-Lo vi en el Sanborns de San Ángel” (Cano, 2023)

Es la única candidata con un proyecto sólido de nación,  “100 pasos para la transformación” (https://claudiasheinbaumpardo.mx/proyectodenacionarchivo)uno que permite construir un país para todas y para todos. En su discurso de inicio de campaña reconoce que “en seis años se ha hecho muchísimo, pero aún falta mucho por hacer”.

Su enfoque basado en la ciencia y el desarrollo sostenible, junto con su compromiso con políticas inclusivas y efectivas, la posicionan como una opción sólida de gobierno eficaz. No inventa historias, construye realidades de ahí que represente una continuidad con mejoras significativas, aprendiendo de los aciertos.

Destaco algunas características que simbolizan la opción correcta. Claudia es una mujer Intelectual: posee una sólida formación académica. Es doctora en Ingeniería Energética y ha sido profesora e investigadora, lo que refleja su profundo compromiso con el conocimiento y la ciencia.

Es una mujer Innovadora: Su enfoque en la ciencia y la tecnología para resolver problemas sociales y ambientales demuestra su capacidad para pensar de manera innovadora y aplicar soluciones creativas y efectivas.

Es una mujer comprometida: A lo largo de su carrera política y académica, Sheinbaum ha mostrado un fuerte compromiso con las causas sociales y medioambientales, trabajando incansablemente para mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía. Su capacidad para comprender y conectar con las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos muestra su empatía, lo cual es crucial para una gobernante que busca el bienestar de todos.

Es una mujer líder: Ha demostrado habilidades de liderazgo en su papel como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, dirigiendo importantes proyectos y políticas públicas con éxito.

Es una mujer fuerte: A pesar de enfrentar desafíos y críticas, ha mantenido su visión y propósito, adaptándose y superando obstáculos con determinación y perseverancia. A pesar de la guerra sucia, de las campañas de odio por su origen, a pesar de la misoginia de la derecha y sus intelectuales, siempre estuvo a la cabeza de las preferencias electorales de los mexicanos.

Es una mujer eficiente: Su gestión en la Ciudad de México ha sido marcada por la eficiencia en la implementación de políticas públicas, optimizando recursos y mejorando los servicios para los ciudadanos. Su enfoque en el desarrollo sustentable se manifiesta en sus políticas medioambientales, como la promoción de energías renovables y la protección de áreas verdes.

Es una mujer inclusiva: La Doctora Sheinbaum promueve la inclusión y la igualdad de género, reflejado en sus políticas y en su apoyo a movimientos sociales que buscan la equidad y la justicia.

Es una mujer transparente: Ha enfatizado la importancia de la transparencia en el gobierno, implementando mecanismos de rendición de cuentas y fomentando la participación ciudadana.

La Dra. Claudia Sheinbaum ofrece una combinación de experiencia, capacidad científica y compromiso social, es la única mujer capaz de continuar con la transformación del país. Como sostuvo en su discurso de inicio de campaña: “La cuarta Transformación es construir patria. Es garantizar el porvenir de las actuales y futuras generaciones”.

Hoy más de un año después de aquella charla académica, que les conté al inicio, reitero la afirmación de la Doctora Claudia: “es tiempo de mujeres” por eso Claudia Sheinbaum, Presidenta.

Por hoy es todo nos leemos la próxima. Carpe diem.

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XÓCHITL. NOSTALGIA POR EL FUTURO

 



 

“Amar es ir a ciegas

El corazón despega, mientras todo arde

Odiar es mucho más sencillo

El odio es el lazarillo

De los cobardes”

La Guerrilla de la Concordia

Jorge Drexler

 

La palabra "nostalgia" proviene del griego "nostos" (regreso a casa) y "algos" (dolor), refiriéndose al dolor causado por el deseo de regresar a un tiempo o lugar pasado. La nostalgia es, por definición, un anhelo por el pasado. Es un sentimiento de tristeza melancólica, a menudo idealizado y visto con afecto. Se trata pues de una emoción que conecta con momentos, lugares o personas que ya no están presentes en nuestra vida actual.

Sin embargo, cuando hablamos de “nostalgia por el futuro”, pensamos en una añoranza por un ideal que nunca se alcanzó o se alcanzará, una esperanza no consolidada, metas incumplidas, promesas hechas por aquellos en quienes se confió. Y justo es lo que ocurre con Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, nacida en febrero de 1963 en Tepatepec, Hidalgo.

Veamos, esto ocurre porque el panorama para la ingeniera en computación, -quien se tituló en 2010 con un informe de actividades profesionales, del cual plagio una parte considerable- es sombrío, y lo es porque a diferencia de lo que ocurría hace algunos meses, cuando le prometieron que habría dinero para hacerla candidata y luego presidenta, hoy la foxista de 61 años, va camino al abismo del olvido.

Esto es especialmente relevante porque Bertha Xóchitl Gálvez ha pasado de ser nota relevante, “carismática” “el pueblo mismo” mismo pues, para convertirse en burla de propios y extraños; quien emergió como un “personaje disruptivo” -palabra que le gusta mucho a la oposición- hoy solo es símbolo fallido del sector conservador. Un meme viviente que se esfuerza por quedar en la memoria de las generaciones como una pifia.

Gálvez Ruiz, se desapreció muy rápido, más que el candidato de la derecha de hace seis años; creyó en las promesas de Claudio Xicoténcatl González, -un junior empresario que se ostenta como activista social- y hoy no puede más que reproducir mentiras que ella misma construyó. Rumiar un discurso de odio contra la Doctora Claudia Sheinbaum por ser “perfecta” y atacar al gobierno del Presidente López Obrador, a quien por cierto le debe haber sido nominada por los señores del dinero.

Nostalgia por el futuro sí, porque cuando la ingeniera en computación, montó su espectáculo afuera de Palacio Nacional, para pedirle réplica al Presidente Andrés Manuel, sabía dos cosas: 1. No conseguiría ocupar un espacio que no es suyo; y 2. Que los ojos de la derecha estarían observantes de su comportamiento y verían en ella a una mujer estruendosa y sin límites verbales. A una posible candidata presidencial.

La de Bertha Gálvez, ha sido una carrera plagada de escándalos, acusaciones de corrupción, incongruencias políticas, discursos de odio y engaños. Lo mismo le da engañar para quedar bien con cada audiencia específica, que sacarse un chicle para pegarlo en donde pueda; para ella negar una campaña en redes contra su adversaria y el presidente no existen, como no existe el chicle ensalivado que puso en manos de su asistente segundos antes.

A Gálvez Ruiz, le daba lo mismo negar a los partidos que la respaldan, que ser descubierta en sus contradicciones; pero su nostalgia por el futuro la llevo a aceptar en el debate, que era la candidata de esos partidos; a la oriunda de Tepatepec lo mismo le da decir que es una candidata ciudadana que entregarse a los partidos más repudiados de México. Presume lo mismo su origen humilde e indígena, que su desprecio por las lecturas y el conocimiento de la realidad que vive el país. Le da lo mismo pescado que marrano. Le da lo mismo afirmar que después desmentirse a sí misma. Engañar es su segundo oficio, el primero es creer en sus mentiras.

Para Gálvez y sus patrocinadores es más sencillo odiar que proponer, basta ver sus discursos en sus eventos y sus intervenciones en los debates, los posicionamientos de sus representantes en el Consejo General del INE, en ellos aplica la letra de Drexler, “El odio es el lazarillo de los cobardes”.

La nostalgia por el futuro pega, y duro porque la Senadora con licencia, -quien seguro regresara a su escaño terminando su fallida campaña- carece de seriedad, de empatía, de visión de futuro, de proyecto. Primero Claudio Xicoténcatl González anuncio que sería el responsable de elaborar un plan alternativo llamado “Un México ganador para todos” y que debería estar listo en marzo de 2022.

Luego publicitaron que las secretarias generales de los partidos que las respaldan, serían las responsables de elaborar el proyecto de esa alianza; pocas semanas después los señores presidentes de esa alianza, salieron a decir que el responsable de elaborar el proyecto económico seria José Ángel Gurria -Tamaulipeco de 74 años, Secretario de Relaciones Exteriores de México (1994-1998) y Secretario de Hacienda y Crédito Público (1998–2000)- él es responsable de la crisis económica de más de una generación, pero tampoco presento nada.

La nostalgia por el futuro se refleja en el rostro de la señora X -como también se le conoce a la candidata conservadora de la oposición- desde hace meses fue abandonada por los dirigentes de los partidos que dicen respaldarla; desde hace meses sabe que ya perdió la elección. Desde el principio supo que sería difícil ganar la simpatía de las señoras que viven en las zonas más caras del país, pero no le importo porque tenía el respaldo de los tres partidos más viejos de México -y más despreciados también- y recursos ilimitados que le ofrecieron cuando la hicieron candidata.

Pero la nostalgia por el futuro, también le pega a sus promotores, Guadalupe Loaeza, Rubén Aguilar, Jorge Castañeda, Héctor Aguilar, Enrique Krauze y su jefe Claudio Xicoténcatl, se han cansado de hablar maravillas de ella, de inventar historias fascinantes, la primera incluso llegó a compararla con la virgen de Guadalupe, pero nada ha funcionado. Ni las mentiras del comunismo internacional, ni el cuento del falso artículo 139 de la Constitución que buscaría expropiar propiedades, ni que un gobierno diferente al de ella cerraría las iglesias, ni que vivimos una dictadura; nada, nada ha funcionado.

Pero también, la nostalgia por el futuro, encapsula la desilusión de quienes habiendo depositado su esperanza en la figura de Bertha Xóchitl, siguen enviando mensajes de odio contra quienes no respaldan a su candidata, esperando convencer a quienes ya están convencidos de que ella no es la alternativa. Se sienten traicionados por la realidad. No pueden entender como el recurso de brincar y reír inconteniblemente ante un cuestionamiento no funciono para levantar sus preferencias.

La nostalgia por el futuro es un recordatorio doloroso de que las promesas a menudo se desvanecen frente a la corrupción, la incongruencia, las mentiras, el odio, el mensaje de miedo y la manipulación política. Para México y sus ciudadanos, y para citar nuevamente a Drexler, la lección es clara: “armémonos de valor hasta los dientes, el miedo salió de su fosa y hoy, amar es cosa de valientes”.

Hay un mensaje claro que Bertha Xóchitl y sus patrocinadores no entendieron, hoy la nostalgia por un futuro se convierte en la amargura de un presente decepcionante, sus matemáticas no funcionaron, la silla presidencial se les escapa de las manos, no ganaran la elección. Y pasara a la historia como la peor candidata presidencial de los últimos 100 años.

Por hoy es todo nos leemos la próxima. Carpe diem.

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