iusfilosofando

martes, 16 de octubre de 2018

DIFÍCIL TRANSICIÓN



Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo

Tras los resultados de la elección del pasado 1 de julio, la ridícula minoría que se ha beneficiado con negocios, espacios, protección y muchos más. No ha parado de atacar sistemáticamente al candidato ganador y a la coalición.

Esta ridícula minoría, olvida que fueron millones de mexicanos los que decidieron mandarlos al desagüe del olvido, no solo porque saquearon por años el patrimonio histórico, natural y cultural del país, sino porque se aprovecharon de la miseria que ellos mismos generaron al mantener en la marginación a millones de mexicanos, muchos de los cuales tuvieron que votar por el PRI, porque era condición para mantenerlos en los programas sociales que tiene el gobierno.

La resistencia y ataques que esta ridícula minoría emprendieron desde antes del triunfo de Andrés Manuel, se ha mantenido gracias a los medios de comunicación incondicionales al viejo sistema, así como de aliados coyunturales que sabedores del final sus canonjías en el próximo sexenio, no han dudado en otorgar un espacio para atacar al próximo gobierno; a estos hay que sumar sin duda a los opinadores de aluvión, que sin recibir nada a cambio replican a los agoreros de la desgracia.

Por si esto fuera poco, el próximo gobierno enfrentará al sindicalismo más atrasado desde el establecimiento del partido hegemónico; hay que agregar a esta contingencia las deudas históricas de los estados donde el PRI deja el poder; o aquellos donde el PRI fue desplazado, pero la historia del endeudamiento se repitió.

También están temas fundamentales para el país: la inseguridad pública, el desempleo, el acceso a la educación, el tráfico de drogas, la delincuencia organizada, los desaparecidos, los desplazados, la privatización del agua, temas de corrupción, migración, entre otros más.
Como se puede ver, la transición será difícil. Hay que ser conscientes de lo que ello representa, acabar con un modelo político que corrompió las instituciones del país, y abrir paso a un futuro diferente para las generaciones que vienen. Millones de jóvenes que votaron por la esperanza de un mejor país, y millones de niños que alcanzarán la mayoría de edad antes de que concluya el sexenio de Andrés Manuel.

Las transiciones son difíciles, pero no imposibles, el país necesitaba ya cambio fundamental, no solo del quehacer político, sino de políticas económicas y sociales. La transición va, debemos estar prestos a los cambios que se avecinan y estar atentos para saber como podemos contribuir.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

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