El viernes 20 de julio, Javier Duarte envió al Congreso del Estado propuesta
de reforma en materia electoral previo a la elección de 2013. La propuesta incluye
de reformas a los artículos 21, 56 y 67 de la Constitución estatal y la
iniciativa de un nuevo Código Electoral.
Las reformas a los mencionados artículos versan sobre
lo qué
significaba “partido mayoritario”. Clarifica que el Congreso del Estado se
forma por 30 diputados uninominales y 20 plurinominales; la posibilidad de
sobrerrepresentación quedó acotada a los criterios del 16 por ciento.
Pero el tema central de la disputa que se da en Veracruz entre los
actores políticos, no es la reforma constitucional sino el engranaje operativo
que operara esta reforma, es decir las reglas. Y es que el flamante cordobés
que gobierna (desgobierna dicen algunos)
Veracruz tuvo la brillante idea de proponer un nuevo código electoral para la elección del próximo año, donde se elegirán
212 presidente municipales (cuyo mandato será de 4 años) y 50 diputados, 30 de
los cuales serían de mayoría relativa y 20 de representación proporcional.
En este espacio me voy a referir sólo a la exposición de motivos del polémico
Código
Electoral del Ciudadano Duarte, en el cual expone las grandes ventajas
de su propuesta.
La iniciativa prevé que únicamente se podrá monitorear la propaganda electoral en
medios electrónicos e impresos, pero no incluye las encuestas y otros
instrumentos estadísticos. Contempla que los partidos políticos no puedan
realizar coaliciones parciales, la razón según expone Duarte es para que:
“(….) no se genere confusión en el electorado ni se
mezclen arbitrariamente plataformas y programas de diversos partidos que pueden
resultar incompatibles. Por eso se impide que, por ejemplo un partido pueda
coaligarse con otro en la elección de un ayuntamiento y con uno distinto para otra
elección municipal”.
El absurdo argumento que expone el priísta de 39
años, es un intento legal que pretende detener una debacle electoral en la
próxima elección, impidiendo que los partidos políticos puedan unir fuerzas
para enfrentar a quien hoy detenta la mayoría parlamentaria en la legislatura veracruzana.
Recordar que en la elección para gobernador de 2010
fue extremadamente competitiva, 1 millón 277 mil 151 votos (40.99%) para el PAN-
Nueva Alianza y 1 millón 356 mil 623 votos (43.54%) PRI-PVEM y un partido local.
En la elección presidencial pasada la coalición PRI-PVEM obtuvo 1 millón180 mil
147 votos (33.65%); el PAN 1 millón 179 mil 327 votos (33.63%) y el PRD-PT-MC 1
millón 012 mil 818 votos (28.88%).
Si bien es cierto que la participación de los
electores es distinta entre una elección estatal y una federal, lo cierto es
también que en la elección federal, tiene mayores atractivos para el elector y
como se puede observar tanto el PRI como el PAN perdieron votos de una elección
a otra.
De ahí que Duarte, esgrima en su iniciativa:
(…) se trata de evitar que los
partidos entren en una coalición para gobernador o diputados y otra diferente
para ayuntamientos. Se mantiene la posibilidad de que los partidos se unan para
proponer a un candidato a gobernador pero en tal caso deberán efectuar una
coalición idéntica, por lo menos para participar parcialmente juntos en la
elección de diputados y de ayuntamientos.
Como se observa, el discípulo de Fidel Herrera (o
sus asesores) no tiene límites para argumentar por que el matrimonio electoral
(coalición) debe ser para todo y en todo, desde luego previendo que la
oposición puede hacer un intento por pactar candidato o candidatos y así
desmontar los triunfos municipales del PRI.
Otro argumento que no tiene desperdicio es el que
se refiere a la constancia de mayoría del Candidato a gobernador, y que
defiende bajo el argumento de dar “certidumbre”; pues sostiene que: “(…) la falta de certidumbre sobre el
resultado de la elección alentaba distorsiones mediáticas basadas en la inexistencia
de una resolución judicial definitiva” quizá por ello, Javier Duarte defiende
que: (…) debe facultarse al Consejo
General del Instituto Electoral Veracruzano, para que emita la Constancia de
Mayoría al candidato triunfante en la elección de Gobernador”.
Finalmente el Ciudadano Duarte, pretende amarrar la
integración del Consejo del Instituto Electoral Veracruzano (IEV) al introduce:
“(…) una regulación que evite el
entrampamiento en la designación de los consejeros a la manera en que ocurrió
en el Congreso federal donde durante muchos meses no fue posible designar a los
Consejeros del Instituto Federal Electoral”.
Bajo este fantasma Javier escenifica una catástrofe:
“En virtud de que la mayoría calificada
de dos tercios de los miembros presentes en el Congreso para elegir a los
Consejeros podría teóricamente no alcanzarse nunca (…) se propone (…) la
aplicación del voto alternativo o preferencial (…)”.
Este sistema que se propone, consiste en los
electores (diputados locales) coloquen a los candidatos (a consejeros
electorales) por orden de preferencias, marcando 1 por su primera elección, 2
por su segunda opción, 3 para su tercera opción. Así, el sistema permite que
los votantes expresen sus preferencias entre los candidatos en lugar de
simplemente expresar su primera elección.
Sin embargo, lo que el Ciudadano Duarte parece
desconocer es que este sistema utilizado en la década de los setentas,
principalmente en Oceanía, fue descartado en carios países, pues es inestable y
permite la subordinación de elector (diputado local) a una “propuesta tentadora”
para comprometer su segunda opción en voto.
Así es como ocurren las cosas en Veracruz, ya en
otro momento me ocupare del contenido del Código Electoral del Ciudadano Duarte. Por hoy es
todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.