SAMUEL HERNÁNDEZ
APODACA | @iusfilosofo
El conocimiento es
entendimiento, inteligencia; tener noción, saber algo.
Lo que de suyo lo
vuelve imprescindible en la vida misma. Y cuando este se posee, se adquiere la
responsabilidad de socializarlo, de darlo a conocer para proporcionar esos
componentes a otros para la toma de
decisiones.
Bárbara Cabrera
Resumen: El autor señala que el reto en México, no es
sencillo, pues acabar con un modelo educativo anquilosado y que educó para
callar y replicar no es tarea sencilla. Por eso, en la construcción del
conocimiento, la realidad juega un papel fundamental pues si el pensamiento es
simple, la realidad va a ser simple; si el pensamiento es complejo, entonces la
realidad va a ser compleja.
Afirma que la sociedad del conocimiento actual, es
desarrollar un pensamiento crítico en los educandos, de tal forma que puedan
cambiar y transformando la sociedad en la que viven y hacerla más incluyente
para tod@s. Porque no solo es necesario el conocimiento en sí mismo, sino que
debe ser útil para los demás, y para una sociedad necesitada de comprender y
dimensionar su entorno local o nacional, su vida misma.
Palabras clave: Divulgación, conocimiento, pensamiento
crítico, académico, intelectual.
Sumario: I. Preámbulo, II. Los académicos como
intelectuales, III. Como generadores de conocimiento, IV. Actores sociales, V.
Conclusiones, VI. Fuentes de investigación y consulta.
I. Preámbulo
Cuando se elabora una investigación se produce conocimiento.
Pero aunque este conocimiento puede estar al alcance de todos, solo algunos
están dispuestos a adquirirlo. Esto ocurre porque se prefiere información
básica, de fácil acceso y digerible, y solo pocos asimilan ese conocimiento o
se atreven a generarlo.
Y es que desde el aula, se dota de grandes cantidades de información y en ocasiones se omite, como
señala Bárbara Cabrera, generar pensamiento crítico-analítico-reflexivo, que
conduzca precisamente a esa producción de conocimiento.
Para el modelo educativo, es más fácil dotar de información
porque esta no requiere de análisis crítico, de transversalidad, de
contextualización y responsabilidad al momento de comunicarla. La información
así de simple no funciona de mucho si no la transmitimos y la retroalimentamos,
pues solo así se obtiene una visión más completa de nuestra realidad.
En este contexto debemos entender al conocimiento como un:
“conjunto de representaciones entretejidas basadas en información, con
análisis, síntesis, interpretación y argumentación, de un determinado contexto,
con significación y consciencia de sus interrelaciones” (LARREA, 2012:35)
Publicado originalmente en el número 43 de Revista
Quaestionis: