Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo
En pleno 2019, aún
existen jóvenes que siguen creyendo en el PRI, partido nacido de la
posrevolución, fundado en 1929 por quien tiempo después sería el poder tras el
trono, me refiero a Plutarco Elías Calles, padre del Partido Nacional
Revolucionario (PNR) y que a la postre se convertiría en Partido de la
Revolución Mexicana con la llegada al poder de Lázaro Cárdenas, y que más tarde
terminaría siendo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la era de
Manuel Ávila Camacho,
Ahora que
estamos en la posfecha de un aniversario más del PRI partido político que más
tiempo retuvo el poder en el mundo, más que el de las “dictaduras socialistas
-como ahora suelen decir los priistas desplazados del poder- resulta
entretenido ver las declaraciones de sus cuadros dirigentes, esos que hasta hace
algunos meses, disfrutaban de las mieles del poder y presidían una secretaria
de Estado, son los mismos que ahora exigen al gobierno actual –que no lleva más
de 100 días- que cumpla lo que ellos no pudieron ni quisieron hacer en seis
años, tras su regreso al poder después de recuperarlo de Felipe Calderón.
Ese nonagenario
partido, que cada día pareciera ver su existencia más limitada, el mismo donde
la expresión del vetusto estilo de hacer política dictaba: “el que se mueve no
sale en la foto” -gran clásico emitido por el lechero venido a líder sindical-
vive de los recuerdos de su carro completo y sus aplanadoras legislativas.
El PRI es el
mismo partido del multimillonario normalista del Estado de México que sostuvo:
“un político pobre es un pobre político”. Sí me refiero a Carlos Hank González,
alias “el profe”. Mismo personaje que heredo a los priistas, la forma corrupta
de hacer política, en un partido que puso en práctica por décadas el principio:
“El que no transa no avanza”.
Y en esta misma
dinámica de las prácticas priístas, es necesario volver a mencionar al longevo líder
sindical de la central obrera fundada en la posrevolución, ese que se dormía en
las conferencias de prensa de los lunes, y había que despertarlo ¿Ya
identificaron a quien me refiero? Así es, se trata de Fidel Velázquez Sánchez
el que por años manifestó: “A balazos llegamos al poder y solo con balazos nos
van a sacar; no con votos”.
Nada más
alejado de la realidad, el PRI en 2018 perdió y perdió tan feo, que si Fidel Velázquez
viviera se volvería a morir. Porque ante los ojos de esos personajes obstinados
de poder, no hay sociedad plural, esos priístas de cepa, no entenderían que la
sociedad mexicana ha cambiado y evolucionado, se volverían a morir sin duda, porque
la gran aplanadora priísta que todo lo aprobaba, ha sido reducido a una ridícula
minoría.
Esa ridícula minoría
que se sostiene de gobiernos estatales y municipales y grita en el Poder Legislativo
desde la curules y escaños que llevan consigo una dieta quincenal que hace que
se les olvide que pertenecen a un partido que perdió el poder dos veces, y que
en seis años no dispondrá de recursos ni de línea que les indique que hacer.
Pobre PRI, tan lejos
del poder y de la sociedad. Con tantos jóvenes y con muchos dinosaurios que hoy
anhelan dirigirlo.
Por hoy es
todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.