@iusfilosofo
Mientras nos preparamos a cerrar el 2016, -y redacto esta colaboración-,
no puedo dejar de pensar en los acontecimientos que ocurrieron y que transformaron
la vida política, sociojurídica y económica de millones de mexicanos; estos
casi once meses y medio nos han demostrado que a pesar de las adversidades es
posible cambiar el rumbo no solo del país sino de nuestras vidas.
Por lo pronto el triunfo electoral de la oposición en los estados donde
el PRI había gobernado por décadas, traerá a los habitantes de dichas entidades
una forma diferente de ver el ejercicio del poder. La alternancia tendrá que ir acompañado de la acción
de estos ciudadanos que decidieron decirle “No” al PRI como opción electoral. Pero
que el PRI haya perdido el poder no garantiza nada, no lo es, si los ciudadanos
piensan que la sola derrota del PRI es suficiente. Hay que tener presente las
estructuras y burocracia que eventualmente paralizan el ejercicio de gobierno y
que deben ser cambiadas.
Los ciudadanos siguen escépticos a las promesas de gobierno, de acuerdo
a la Encuesta Nacional de Transparencia y Acceso a la Información, elaborada
por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), más de 75 % de
los ciudadanos desconfían de los datos gubernamentales en materia de seguridad
y narcotráfico. Y tienen razones para serlo cuando se conocen casos en los que
autoridades y delincuencia se coordinan para mantener zonas de confort para sus
ilícitos negocios.
La encuesta del Inegi demuestra que el 80% de los ciudadanos reprueban los
excesivos salarios de los funcionarios públicos. Y sin encuestas en la mano, es
claro que el anuncio de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos y la
Secretaría de Trabajo, de aumento al salario mínimo para 2017 a 80.04 pesos
diarios no alcanza, pues de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social (Coneval), el costo de la canasta alimentaria es
de 88.70 pesos. ¿Les parece suficiente?
Pero que la preocupación por si alcanza o no el salario mínimo no sea
nuestro tema de angustia esta navidad, pues mientras tengamos legisladores
federales que tengan un ingreso mensual de 148 mil 325 pesos, no hay de qué
preocuparse, siempre habrá un mexicanos que llevaran sendas viandas a sus
lujosas mesas este fin de año. Y que con cargo al gasto publico recibirán bonos
para sus regalos navideños.
¿Tendríamos que preocuparnos por el bono de 150 mil pesos que pueden
recibir? Movimiento ciudadano y Morena anunciaron que no lo aceptará, pero al
parecer en el PRI no hay la misma frecuencia, Jesusa Cervantes de la revista Proceso nos recuerda la posición que el
año pasado mantuvo su vicecoordinador sobre el tema: “Trabajo bien aquí, hago
la parte que me corresponde. Lo que la Cámara fije es lo que nos corresponde a
los diputados, lo que no haría es tomar dinero de otra partida que no me
corresponde. (…)”. Y parece que este año la posición no cambiara.
Así, entre la alternancia, la crisis económica en algunos estados, los prófugos
exgobernadores, los salarios que no alcanza y los súper bonos para los
diputados federales, cerramos un año en el que el triunfo de Donald Trump debe
ser lo que menos nos preocupe. Cerremos pues este año recordando que el
conocimiento y la acción ciudadana pueden transformar al país. Y que la
alternancia es posible y debe ser útil.
Por hoy es todo, nos leemos el próximo año, felices fiestas. Carpe diem.