iusfilosofando

martes, 12 de diciembre de 2017

EL AMIGO DEL CANDIDATO



Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo


Tiene 74 años y nació un 17 de enero en Tampico, Tamaulipas. Ha sido 5 veces legislador, todas por representación proporcional, de ellas suman 3 veces Diputado Federal, la primera de 1979 a 1982, la segunda de 1991 a 1994 y la tercera de 2000 a 2003; las otras dos ocasiones ha sido Senador, de 1994 a 2000 y actualmente cubre el periodo de 2012 a 2018.

Ingresó a Petróleos Mexicanos (Pemex) en 1969, y en 1971 comenzó su labor sindical y tras la detención de La Quina en 1993, asumió el máximo cargo del sindicato petrolero en 1996 como interino y en 1997 fue electo secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). El día de ayer en la 24 convención extraordinaria obtuvo de manera anticipada una vez más su relección por unanimidad y aclamación. Así es, fue reelecto por sexta ocasión como líder sindical y se mantendrá hasta 2024.

Sobre este personaje pesan acusaciones penales de corrupción, enriquecimiento ilícito y de complicidad en el robo de gasolina a Pemex. Fue en el año 2000 cuando se conoció el primer escándalo: el Pemexgate, dicho caso se documentó en el Instituto Federal Electoral, registrándose un desvío de 1,500 millones de pesos de los fondos sindicales en apoyo a la campaña presidencial del candidato priista Francisco Labastida Ochoa. En 2003 la Procuraduría General de la República inició un proceso judicial por el delito de peculado electoral. Sin embargo, el dicho proceso fue suspendido en 2006, por falta de pruebas. En 2011 este fue dado por concluido de manera inapelable.

La Gran Alianza Nacional Petrolera cuestiona que dirigentes estatales de las secciones 24, 15 y 40, así como amigos, allegados y socios de Romero Deschamps controlen gasoductos y oleoductos donde ocurre el millonario robo de gasolina a Pemex. Su familia no está exenta de acusaciones. En 2005, su hijo José Carlos Romero Durán pagó casi 8 millones de dólares por dos departamentos de súper lujo en la torre The Bath Club de Miami, y en 2013, apareció con un Enzo Ferrari de edición limitada, cuyo valor es de 2 millones de dólares. 

Su hija Paulina Romero Durán lució en mayo pasado, durante la ceremonia de su matrimonio civil, unas joyas que pertenecen a la colección Love, seis de ellas en oro amarillo de 18 quilates, y la séptima, en oro blanco de 18 quilates, con 216 diamantes, todas con un valor total de 1 millón 934 mil pesos.

A pesar de todo ello, ayer el secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida -Lord relojes- publicó desde su cuenta de Twitter y Facebook mensajes donde celebra la reelección de quien también es senador de su partido al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), una elección que como apunté se adelantó pues el periodo para el que resultó electo el día de ayer, inicia en 2019 y concluye hasta 2024.

Navarrete Prida se desmoronó en elogios al máximo exponente de la corrupción y charrismo sindical, en su cuenta de Twitter escribió: “El #STPRM, pilar del movimiento obrero en México, ha sabido adaptarse a los tiempos y retos que marca la Historia, así como a un mercado cada vez más competitivo y diversificado. #ReformaEnergética @Pemex”, y prácticamente se convirtió en vocero: “por unanimidad, integrantes de todas las secciones del #STPRM aprobó (sic) la continuidad del Senador Carlos Romero Deschamps, como su líder por el periodo del 1 de enero 2019 al 31 de diciembre 2024. Mil felicidades!! (sic) @Pemex”. 

Estamos en tiempos donde hay que cuidar a los aliados, esa donde los cómplices deben ser protegidos, apapachados, no vaya a ser que de cara a la elección se les ocurra apoyar a la oposición. Finalmente el senador es amigo del candidato. El viejo estilo de esa política es así. ¿Los mexicanos estamos dispuestos a mantenerlo? ¿O nos atreveremos a cambiar el establishment?

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.


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martes, 5 de diciembre de 2017

NEOTECNÓCRATA


Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo

Mientras contemplamos el arribo de los neotecnótracas al PRI y el desplazamiento del ala política, acto que hace llorar hasta a Osorio Chong. Mientras observábamos la andanada de críticas contra Andrés Manuel por su propuesta de amnistía. Mientras el PRD cierra filas en torno a Don MAME (Miguel Ángel Mancera Espinosa) para que sea el candidato presidencial y finalmente mientras Doña Margarita avizora que al ritmo que va no alcanzará la cantidad de firmas que requiere para llegar a la boleta y necesitará una ruta diferente para cumplir su capricho. Estamos dejando pasar el discurso oficialista que pinta a Don Meade como un candidato sin partido cuando en realidad es un personaje camaleónico y mezquino.

Don Meade no solo tiene el antecedente familiar de malabarismo político, sino también de un oportunismo grotesco; su persona lleva un pragmatismo ramplón que nos recuerda a los políticos priístas de finales de los años 80. En su papel de neotecnócrata busca priorizar las cifras y hacer a un lado el bienestar general. Su discurso de estabilidad es el mismo que el de Carlos Salinas. Meade es un personaje sin sorpresas, desabrido en su imagen y discurso, lo más cerca que ha estado de la clase trabajadora fue cuando convivió la semana pasada con los integrantes de la CTM.

El discurso del “señoritongo” Meade -como lo llamó Andrés Manuel- es el mismo que el de Ernesto Zedillo en los años 90. Un discurso de miedo, de clasificar como atrasado a todo aquello que no huela a neoliberalismo, de aplastar a toda costa a quienes se opongan al pensamiento único del cual es vocero. Es promovido por los mismos dinosaurios –Manlio Fabio y Emilio Gamboa– que respaldaron a Zedillo Ponce de León cuando ocupó el espacio que dejó el asesinado Luis Donaldo.

Meade es el agorero del neoliberalismo del nuevo siglo. La cuota del establishment contra el que Osorio Chong no pudo; el alfil del libre mercado que prioriza los números y aplasta la dignidad humana. Vivimos ya esos momentos, ahora nos quieren vender a un priista de facto, uno que no necesita credencial, que no se afilió a ese partido porque no era necesario; uno que aporta a la doctrina del neoliberalismo salvaje, esa doctrina que llevó a la ruina a millones de mexicanos a finales del siglo pasado. Ese no es el México que necesitamos, no es el México que merecemos, y créanme no es el país que debemos heredar a las nuevas generaciones.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

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