@iusfilosofo
Nueve días bastaron para que a la Feria Internacional
del Libro (FIL), llegaran 813 mil visitantes, unos 26 mil más que el año
pasado, según presume su presidente- “El
licenciado”- Raúl Padilla. Lo que también tuvo un incremento fue el presupuesto
para realizarla; pues en total, hacer la
FIL 30 costó 107 millones de pesos. Aunque
originalmente se había considerado que la “fiesta de las letras” costaría solo
98 millones de pesos, en realidad la celebración subió una bagatela: 9 millones
de pesos.
El año pasado con 787 mil visitantes, la FIL costó 85 millones de pesos; es decir, 22
millones de pesos menos. Confrontando números observamos que 26 mil visitantes, costaron 22 millones de pesos más.
Para ponerlo en números fríos, esos 26 mil visitantes extra costaron 846.15
pesos por cada uno. Pero los defensores orgánicos de la FIL aludirán que “no todos los
años se cumplen 30 años” así que los gastos extra, no importan.
Y mientras la FIL y sus voceros oficiosos
presumen sus números bajo el hashtag
#SomosLectores, el Programa Internacional para la Evaluación de
Estudiantes (PISA), de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),
los mata con la realidad, pues en el caso de la lectura, el 42 por ciento salió
con bajos niveles, no aprobatorios.
Ahora bien, según
datos de INEGI (Informe Modulo sobre Lectura, 2016) de 100 personas, solo 47
leen 3 libros al año. Aquí vale decir que nos ganan los chilenos que leen 5.4 libros al año, los
argentinos 4.6, los colombianos 4.1 y los brasileños 4. Los voceros
oficiosos de la FIL
podrán decir que respecto de 2013, donde la UNESCO dio a conocer una lista de 108 naciones
sobre el índice de lectura, donde México ocupó el penúltimo lugar, con 2.8
libros al año. Hemos avanzado, pero de 2.8 a 3 libros por año, no resulta un gran
avance.
Así que al
parecer de muy poco sirve que se hayan incrementado los números de ingreso a la FIL , sobre todo si
consideramos que como si fuera mitin político, niños y jóvenes son acarreados a
la Feria , su
“primer contacto con los libros” es hacer día de campo en la FIL , muchos asisten a
regañadientes, otros tantos van porque es preferible estar ahí que tener clases
y no son pocos los que asisten porque su profesor –de licenciatura o
bachillerato-les dijo que al final de la feria preguntaría quien compro al
menos un libro.
Me quedo con
la campaña que en estos días compartió PaideiaMx, “ir a la FIL no te hace lector”, porque
para ser lector no necesitas ir a una feria del libro, ni esperar las ventas
nocturnas, ni mucho menos asistir esperando que alguien te regale un libro, que
al final no será de tu interés.
Lamentable
pero cierto, muchos de los asistentes a la FIL salieron con folletería bajo el brazo,
calcomanías, banderines, y en el mejor de los casos con periódicos de cortesía
que algunos medios entregaron. Así pues, #NoSomosLectores, debemos reconocer
que aún falta mucho para fortalecer este gran hueco en nuestra sociedad, y
desde luego prepararnos para la siguiente prueba, esperando que los resultados
sean más alentadores.
Por hoy es
todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
1 comentario:
Doctor,
Magnífico y contundente texto el que nos presentas esta semana en #Iusfilosofando.
La FIL se ha constituido en un aforo que poco a mucho se ha prostituido, convertido en pasarela política y en acarreo de niños y jóvenes que obligados a asistir seguro desarrollaran animadversión por la lectura.
Coincido plenamente, asistir a este tipo de eventos no te hace lector, quienes lo somos no requerimos hacer pasarela, lo demostramos sin boleto de por medio.
La FIL otra de las obsesiones del el capo y hampón Raúl Padilla.
Un placer leer tu columna.
La comparto en mis redes.
Publicar un comentario