Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo
Mientras
día a día, Andrés Manuel se reúne con los sectores económicos del país para
comentar y compartir su propuesta. Los derrotados en la jornada electoral no
pierden tiempo para criticar acciones que no puede realizar porque no tiene aún
el control de la nación.
Este
tiempo después de la elección, no ha pasado día sin que los recorridos de
Andrés Manuel sean acompañados de una marejada de prensa nacional e
internacional, y de gente que pide fotografías, da cartas, entrega recuerdos,
lucha por verlo de cerca, o simplemente corre atrás de él para presenciar como
el vehículo blanco en el que viaja el presidente electo se pierde entre la nube
de cámaras y motos.
Ha
pasado poco más de una semana en que nos enteramos de que el candidato del PRI,
– ese que se empeñó en decirnos que no era del PRI, pero actuaba como el más
vil de los priístas; cuyo primer acto fue con lo más atrasado del PRI, en el
que pidió “háganme suyo” –salió a aceptar su derrota y con ello fulminó la
esperanza de los dinosaurios de ese partido de llegar al Senado o a la Cámara de Diputados y así
obtener fuero por tres o seis años y así evitar ser investigados por sus
fechorías o negocios turbios.
En
las críticas a Andrés Manuel, se esconde un rencor por verse derrotados, una
impotencia porque no mantendrán sus privilegios; en la reproducción de estos
mensajes se alberga la mezquindad sustentada en la apatía, les es más fácil
criticar al candidato ganador de MORENA, que investigar su propuesta y analizar
la plataforma. El discurso de odio que sostiene que “la mayoría no lo quiere”
tiene sus bases en la ignorancia, pues Andrés ganó con más del 53% de los
votos, y es el candidato más votado de las últimas tres décadas, sostener lo
contrario es querer vivir en la ignorancia.
En
efecto, los mexicanos optaron por decirle adiós al PRI, pero también por aislar
al PRD y al PAN y de paso fulminar a Nueva Alianza y Encuentro Social. Así,
respaldar a Ricardo Anaya le costó muy caro al PRD, o mejor dicho su
obstinación les salió costosa a Los chuchos. En la elección presidencial el
partido del sol azteca obtuvo 1 millón, 602 mil, 715 votos, mientras que la
votación en el senado fue de 2 millones, 984 mil, 861 votos y para diputados
federales 2 millones, 984 mil, 861 votos. El PRI, como partido, obtuvo en la
elección presidencial 7 millones, 677 mil, 180 y el PAN 9 millones, 996 mil,
514 votos. Mientras que MORENA como partido obtuvo 25 millones, 186 mil, 577
votos.
Con
esos resultados no había como no aceptar su derrota, y quizá lo que mejor
aplica son las palabras que Enrique Peña dio a los familiares de los
normalistas de Ayotzinapa: “Quiero convocarles para que con su capacidad, con
su compromiso con su estado, con su comunidad, con sus propias familias, hagamos
realmente un esfuerzo colectivo para que vayamos hacia delante y podamos
realmente superar este momento de dolor”.
Por
hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
1 comentario:
Doctor, gran, GRAN columna la que hoy nos compartes.
Indudablemente vienen tiempos esperanzadores para este país y espero que pronto los ánimos de quienes no resultaron ganadores, se atemperen.
Los priístas deben aprender de su candidato que anda con barba a medio crecer, retozando en las playas de Acapulco con Doña Juana,que dejó las compras del súper para despúes.
De Ricky Riquín Canallín, nada se sabe. De Don Heliodoro, que ya les cayó de nueva cuenta a los neoleoneses ja ja ja ja.
Un gusto leer Iusfilosofando.
La comparto en mis redes.
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