Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo
"A partir de ahora
empezará a funcionar en México
el sistema previsto en la
Constitución:
una república representativa
y democrática"
Porfirio, Muñoz Ledo
Pocos
recuerdan como hace 21 años la hegemonía política en la Cámara de Diputados se perdía,
el partido que había mantenido el control del Congreso de la Unión finalmente
era derrotado, en esas elecciones el PRI obtenía el 39% de los votos y
alcanzaba 239 diputados (47.8%); el PRD ganaba el 25% de los votos y obtenía
125 diputados (25%); el PAN lograba el 24.2% de los votos, y ganaría 121
diputados (24.2%); el PVEM con un 4% de votos, tendría 8 diputados (2%); y el PT
con 3% de los votos, contaba con 7 diputados (1.4%).
Estos
resultados facilitaron a la oposición hacer un frente ante el PRI y obligarlo a
instaurar nuevas reglas, sin antes recibir amenazas de los priístas de no
presentarse a la instalación de la Cámara y así dar de facto un golpe de Estado
Parlamentario. Así la LVII Legislatura tuvo, por primera vez, una mayoría opositora
en la Cámara de Diputados.
En esa
elección, la de 1997 en el Senado, el PRI también perdía la mayoría calificada
necesaria para aprobar reformas a la Constitución, pues obtenía solo 77 de los
128 senadores (60%). Lo mismo ocurría con la elección en la Ciudad de México,
Cuauhtémoc Cárdenas candidato del PRD obtenía el 48.11% de los votos; Alfredo
del Mazo candidato del PRI lograba el
25.59%; y Carlos Castillo Peraza candidato del PAN, alcanzaba apenas el 15.53%
de los votos. Lo mismo ocurría con las gubernaturas de seis que se disputaban
el PAN ganaba dos Querétaro y Nuevo León.
Pero
un dato que marcaba el principio del camino de la derrota priístas en 2000 fue
la pérdida de la mayoría de la población localmente gobernada, es decir, de los
2 mil 378 ayuntamientos del país, el PRI gobernaría en 1 mil 755; el PAN lo haría
en 311 y el PRD en 251. En las capitales el PRI también tendría una pérdida de
las 31 sólo tendría 15, el PAN, 14, el PRD, 1 y el PT, 1.
Porfirio
Muñoz Ledo era elegido como presidente de la Cámara de Diputados, y respondería
el III Informe de Gobierno de Ernesto Zedillo. En su histórica intervención Muñoz
Ledo afirmaba frente a Zedillo: “A partir de hoy esperamos que para siempre en
México ningún poder quedará subordinado a otro.”
Siete
legislaturas y 21 años después Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega,
de 85 años, volverá a presidir la Mesa Directiva de San Lázaro, pero en esta
ocasión forma parte de la mayoría parlamentaria, la de Morena, será quien reciba
el informe de Peña Nieto y quien coloque la banda presidencial a López Obrador.
Con
la designación por parte de sus compañeros diputados, para presidir la Mesa
Directiva, Porfirio será la voz no solo de su fracción parlamentaria, sino la
de millones de mexicanos que votaron por la alternancia política, por la
esperanza en construir un mejor país, por darle a la izquierda representada en
Morena, la oportunidad de dirigir el país y acompañar a López Obrador con un
Congreso de su lado. Este fue el Congreso que ganamos los mexicanos. El mismo
que le da a Morena 246 legisladores, 191 Diputados y 55 senadores.
En 1997
Porfirio iniciaba su discurso: “Este acto encarna sueños y simboliza
aspiraciones democráticas de los mexicanos. Es condensación de historia. Aquí
desembocan y toman nuevo cauce luchas perseverantes y aun sacrificios en contra
del poder absoluto, de sus arrogancias y excesos, y en favor de la libertad y
la dignidad de nuestros compatriotas. Aquí se reafirma la esperanza de un
cambio pacífico y profundo que nos conduzca, por la continuidad del esfuerzo
emancipador, a la instauración de una República justa y soberana”.
¿Qué
sorpresa nos dará el viejo lobo parlamentario en su discurso 21 años después? Estemos
atentos a ello.
Por
hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe
diem.
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