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martes, 28 de agosto de 2018

EL CONGRESO QUE GANAMOS



Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo
"A partir de ahora empezará a funcionar en México
el sistema previsto en la Constitución:
una república representativa y democrática"

Porfirio, Muñoz Ledo

Pocos recuerdan como hace 21 años la hegemonía política en la Cámara de Diputados se perdía, el partido que había mantenido el control del Congreso de la Unión finalmente era derrotado, en esas elecciones el PRI obtenía el 39% de los votos y alcanzaba 239 diputados (47.8%); el PRD ganaba el 25% de los votos y obtenía 125 diputados (25%); el PAN lograba el 24.2% de los votos, y ganaría 121 diputados (24.2%); el PVEM con un 4% de votos, tendría 8 diputados (2%); y el PT con 3% de los votos, contaba con 7 diputados (1.4%).

Estos resultados facilitaron a la oposición hacer un frente ante el PRI y obligarlo a instaurar nuevas reglas, sin antes recibir amenazas de los priístas de no presentarse a la instalación de la Cámara y así dar de facto un golpe de Estado Parlamentario. Así la LVII Legislatura tuvo, por primera vez, una mayoría opositora en la Cámara de Diputados.

En esa elección, la de 1997 en el Senado, el PRI también perdía la mayoría calificada necesaria para aprobar reformas a la Constitución, pues obtenía solo 77 de los 128 senadores (60%). Lo mismo ocurría con la elección en la Ciudad de México, Cuauhtémoc Cárdenas candidato del PRD obtenía el 48.11% de los votos; Alfredo del Mazo  candidato del PRI lograba el 25.59%; y Carlos Castillo Peraza candidato del PAN, alcanzaba apenas el 15.53% de los votos. Lo mismo ocurría con las gubernaturas de seis que se disputaban el PAN ganaba dos Querétaro y Nuevo León.

Pero un dato que marcaba el principio del camino de la derrota priístas en 2000 fue la pérdida de la mayoría de la población localmente gobernada, es decir, de los 2 mil 378 ayuntamientos del país, el PRI gobernaría en 1 mil 755; el PAN lo haría en 311 y el PRD en 251. En las capitales el PRI también tendría una pérdida de las 31 sólo tendría 15, el PAN, 14, el PRD, 1 y el PT, 1.

Porfirio Muñoz Ledo era elegido como presidente de la Cámara de Diputados, y respondería el III Informe de Gobierno de Ernesto Zedillo. En su histórica intervención Muñoz Ledo afirmaba frente a Zedillo: “A partir de hoy esperamos que para siempre en México ningún poder quedará subordinado a otro.”

Siete legislaturas y 21 años después Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega, de 85 años, volverá a presidir la Mesa Directiva de San Lázaro, pero en esta ocasión forma parte de la mayoría parlamentaria, la de Morena, será quien reciba el informe de Peña Nieto y quien coloque la banda presidencial a López Obrador.

Con la designación por parte de sus compañeros diputados, para presidir la Mesa Directiva, Porfirio será la voz no solo de su fracción parlamentaria, sino la de millones de mexicanos que votaron por la alternancia política, por la esperanza en construir un mejor país, por darle a la izquierda representada en Morena, la oportunidad de dirigir el país y acompañar a López Obrador con un Congreso de su lado. Este fue el Congreso que ganamos los mexicanos. El mismo que le da a Morena 246 legisladores, 191 Diputados y 55 senadores.

En 1997 Porfirio iniciaba su discurso: “Este acto encarna sueños y simboliza aspiraciones democráticas de los mexicanos. Es condensación de historia. Aquí desembocan y toman nuevo cauce luchas perseverantes y aun sacrificios en contra del poder absoluto, de sus arrogancias y excesos, y en favor de la libertad y la dignidad de nuestros compatriotas. Aquí se reafirma la esperanza de un cambio pacífico y profundo que nos conduzca, por la continuidad del esfuerzo emancipador, a la instauración de una República justa y soberana”.

¿Qué sorpresa nos dará el viejo lobo parlamentario en su discurso 21 años después? Estemos atentos a ello.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

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