La
Constitución en su artículo 89 establece las facultades y obligaciones del
Ejecutivo. Lo que no dice la Constitución, es que los acuerdos firmados en un
pintarrón por un candidato de "medio pelo" tengan valor legal
-independientemente de que haya estado presente un notario- y deban de ser
incluidos en el programa de gobierno. Cuando un candidato firma ante notario un
compromiso, siempre hay que sospechar, pretende engañar a sus electores o no va
a cumplir su palabra.
Uno de los
compromisos del señor Enrique Peña era presentar su declaración patrimonial como un
ejercicio de “transparentar” su actividad, pero tal acción no resulto más que
una burda tomadura de pelo, pues de acuerdo Al documento presentado registra
cuatro terrenos, cuatro casas-habitación y un departamento, el punto es que es
el mismo patrimonio declarada al inicio de su campaña en 2011.
Lo que no nos dice Peña, es a
cuánto asciende la totalidad de sus bienes inmuebles, es decir ¿Cuánto cuesta
lo que posee? Tampoco declaró poseer vehículo alguno, omite sus estados
bancarios y sus deudas, pero incluye obras de arte y joyas.
Algo raro hay en esta declaración, veamos. Enrique Peña inició como funcionario público en el gobierno de Chuayffet -donde fue
secretario particular del secretario de Desarrollo Económico del gobierno del
Edomex- en 1993, para luego saltar a
subsecretario de Gobierno del Estado de México de 1999-2000; y de ahí a
secretario de Administración del Gobierno del 2000 al 2002. Fue también diputado local y coordinador de su fracción
de 2003 a 2004 y en septiembre de 2005 tomo posesión como gobernador del Edomex,
cargo que ocupó hasta 2011.
Lo que sorprende es que durante
estos 20 años de funcionario público y representante popular Peña solo compró
una casa, el 27 de diciembre de 2005 cuando acababa de tomar posesión como
gobernador. Más extraño es que la primera casa la haya comprado a los 16 años
de edad, el 25 de octubre de 1982. Es más Peña no compró nada durante los primeros años de su primer matrimonio,
sino hasta dos años antes de que enviudara.
Por ello resulta cómico que el 88% de sus bienes inmuebles los haya
adquirido por herencia y donación. Si esto es cierto, tiene una muy abultada
cuenta bancaria, puesto que tampoco reporta deudas.
Con su
opaca declaración patrimonial, tal parece que el ocupante de Los Pinos una vez más pretende engañar a
los mexicanos con una cortina de humo y fingir transparencia; ya que de nada
sirve su oficiosa conducta cuando los datos que nos comparte no constituyen de
forma completa una declaración patrimonial.
Así las
cosas, por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
1 comentario:
Maestro:
Magnífico texto el que hoy nos presenta. Me sumo a su opinión, ya basta de actos de simulación como la firma de "promesas" que sabemos bien no se llevarán a cabo.
Un placer leerlo e intercambiar puntos de vista.
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