iusfilosofando

martes, 31 de enero de 2017

AMENAZAS NACIONALES





Samuel Hernandez Apodaca
@iusfilosofo

Mientras nos entretenemos con las declaraciones de Donald Trump –el perturbado presidente de Estados Unidos que en junio cumplirá 70 años– estamos dejando de lado asuntos domésticos de gran importancia que afectan directamente nuestra seguridad y estabilidad económica y social.
Un dato relevante: a pesar de que en los últimos 18 años los gobiernos neoliberales del PRI y luego del PAN, hicieron campañas inmensas prometiéndonos ataque frontal y despiadado contra las desigualdad y la pobreza, de acuerdo con datos de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza en México hay 64 millones de habitantes en  pobreza, es decir 53% de la población, esto representa el mismo porcentaje que hace 25 años.
Es decir, de nada han servido los programas contra la pobreza que implementaron los gobiernos neoliberales y que utilizaron a los afectados, manipulando necesidades, administrando apoyos y usando como carne de cañón a los pobres para mantenerse en el poder.
Y mientras eso ocurre, estamos a días de un nuevo golpe a la economía familiar –los días 3 y 10 de febrero– por un gasolinazo más que parece inevitable pese a que el retador dirigente del PRI, Enrique Ochoa – moreliano de 44 años– pidió al señor de Los Pinos “encuentre todas las medidas técnicas y responsables para que no aumente el precio de los combustibles”.
Esto pese a que el alto burócrata y presidente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), –chico ITAM, donde estudio economía–Guillermo García Alcocer, señaló que el ajuste en el precio de las gasolinas de febrero es un factor necesario para detonar las inversiones en el sector.
Y la información la administran muy bien, pues de acuerdo con indicadores de Pemex en 2016 hubo una producción de 2.154 millones de barriles por día (bpd), 5 % menos que en 2015. Y sobre los datos de importación no son alentadores pues importó en promedio 505 mil barriles diarios de gasolina, un 18 % más en relación con los 427 mil barriles diarios de gasolina que compró en 2015.
Lo cierto es que todo parece indicar que los datos de preferencia electoral no le están favoreciendo al PRI, de cara a las próximas contiendas electorales que se avecinan, pues incluso el excalderonista José Antonio Meade, hoy titular de Hacienda con Peña, dejó abierta la posibilidad de “suavizar y minimizar” el impacto del incremento en los precios de las gasolinas.
Nuestras amenazas nacionales siguen vigentes, vale la pena no distraernos, aquí les comento el del incremento a la gasolina, veamos si la sensatez y sensibilidad cabe en la neoliberal burocracia de este país y enfrenta de manera inteligente el gasolinazo. Faltan pocos días.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
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martes, 24 de enero de 2017

LOS DUARTE Y LAS ALIANZAS FALLIDAS






Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen;
los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a dónde van.
José Ingenieros


Mientras algunos crean escenarios con la llegada de Donald Trump -Neoyorquino  que en junio cumplirá 71 años- otros no quitaremos el dedo del renglón para decir que en nuestro país existen muchísimos más problemas que debemos enfrentar como para abrir otro frente; por ejemplo, los corruptos Duarte, el de Chihuahua y el de Veracruz, a quienes no les basto endeudar a sus estados, saquear arcas públicas, sino que además pusieron en peligro la vida de cientos de personas víctimas de cáncer.

Como si no bastara con Duarte de Ochoa, en el Chihuahua de Duarte Jáquez se suministraron medicamentos oncológicos falsos dañando la salud de los pacientes enfermos de cáncer al no recibir el tratamiento adecuado. Ya desde 2014 se habían denunciado estos hechos incluso ante  la Auditoría Superior de la Federación (ASF), pero en el país donde no pasa nada, estas prácticas siguieron.

Mientras tanto en Veracruz nos enteramos que se facturaron 109 millones de pesos entre 2006 y 2013, por la compra de medicamentos falsos, estos años corresponden a los sexenios de Fidel Herrera quien ya –según él, se desmarco afirmando- “(…) del listado de los trescientos y tantos proveedores de los sistemas de salud, en ningún caso el que era el titular del Ejecutivo, que era yo, participa en la cadena de decisiones”. Y Javier Duarte quien sigue prófugo de la justicia y por quien aún ofrecen recompensa por dar informes sobre su paradero.

Sobre este último sexenio, hay otros personajes que tiene que dar respuestas, uno de ellos es Juan Antonio Nemi Dib, ex secretario de Salud con Javier Duarte y el otro es Antonio Tarek Abdalá Zaad, uno de los extesoreros de la administración de Duarte de Ochoa involucrado en el caso de las “empresas fantasma” que animal político descubrió.

Y para continuar con las “buenas noticias” –al menos para el PRI-  esas que al señor Peña le gusta, se supo que en el Estado de México los militantes del PRD votaron en contra de ir en alianza con el PAN y esto trajo como consecuencia que en Coahuila tampoco haya alianza entre estas fuerzas políticas. Lo cual da amplio margen para que en el caso del Estado de México la disputa sea entre PRI y Morena y para que en Coahuila el PRI compita sin problema.

¿Cuánto dudara la impunidad de los Duarte? A veces pareciera un proceso largo y cansado que la sociedad no alcanza comprender. ¿Pero como comprenderla cuando la mayoría está harta de la corrupción y esta trae la muerte de inocentes? ¿Hacia dónde queremos ir? A veces parece que nos faltan tomates.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.


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martes, 17 de enero de 2017

ENOJO CHIQUITO


Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo

Desde que se anunció la liberalización del precio de la gasolina y un nuevo incremento, se sabía que la inconformidad ciudadana estaría presente, lo que no se sabía era el nivel de la protesta social, su presencia, alcances, límites y consecuencias. Tampoco imaginábamos la respuesta que desde Los Pinos vendría ante este rechazo generalizado.
Van tres semanas de protesta contra las medidas tomadas por el señor Peña Nieto y sus operadores; la ciudadanía ha salido a manifestar su inconformidad porque sabe que aun cuando no tenga auto, la vida costará más, porque la luz, los alimentos, los servicios, la vestimenta e incluso los accesorios tendrán un nuevo costo que sin duda disminuirá su patrimonio y empobrecerá aún más las condiciones de vida de millones de mexicanos.
Lo irónico de las escenas que hemos visto, es que muchos de los que hoy se manifiestan en las calles contra el gasolinazo fueron los que apoyaron con su voto al señor Peña; quienes lo defendieron a capa y espada hoy le gritan corrupto; las que le mientan la madre hoy, ayer le gritaban “hazme un hijo”; quienes se pusieron el copete de Peña en plena campaña, hoy se transportan en microbús hasta la fábrica donde trabajan largas jornadas y no a la prepa o universidad, porque la beca nunca llego.
Las guajolotas que rodeaban y adulaban a Enrique en la campaña de 2012, hoy le ponen más agua a los frijoles y han retirado la leche y carne de su canasta básica. Los que financiaron su campaña ahora se niegan a sumarse a las medidas económicas que "el presidente" ha determinado y acusan que ese acuerdo “carece de metas claras, objetivos puntuales, métricas que sirvan para evaluar los avances”.
Las medidas tomadas por Peña y su equipo representan un golpe al corazón económico de millones de familias que viven, sobreviven, se endeudan y se  estresan por enfrentar una realidad que bien parece una pesadilla. Pero lo que pareciera una torpeza más del peñismo -liberar y aumentar gasolina en previo escenario electoral- no es más que poner a prueba la capacidad de resistencia de una sociedad que se dice harta de mal gobierno.
Ellos saben de la poca memoria ciudadana, del enojo chiquito, conocen el ya basta momentáneo, que “el Peña renuncia” se diluye con un partido de futbol; están ciertos que la inconformidad social no ira más allá de enero y que si ocurre lo contrario siempre estará el cajón de las pandemias que amortiguará los ataques al gobierno. Y que en todo caso tiene de aliados a los partidos que en otro momento lo acompañaron para “mover a México”.
La pregunta siempre será ¿Cuánto aguantara la sociedad mexicana el yugo de un gobierno neoliberal y las medidas que implementa? ¿Seremos capaces de cobrarles en las urnas esta andanada o sencillamente nuestro enojo es chiquito? Mucho me temo que la respuesta es la segunda. ¿Ustedes que opinan?


Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
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