Samuel Hernández Apodaca
@iusfilosofo
Ha pasado una semana desde que la nota del The New York Times, firmada por Azam Ahmed y Nicole Perlroth,
confirmara que desde el gobierno se espía a los activistas y periodistas,
además de abogados defensores de ciertas causas. A partir de ello, las
respuestas no se hicieron esperar y desde la denuncia pública hasta la
presencia en redes sociales la bandera del #GobiernoEspía se hizo presente.
La respuesta del señor de Los Pinos y sus muchachos fue cínica y
provocadora: denunciar ante la instancia que está acusada de espiar, es decir la PGR. Ahora sabemos -por
información de Proceso- que para que el Pegasus pudiera llegar a
México hubo un personaje involucrado, Rodrigo Ruiz Treviño, a través de la
empresa Balam Seguridad Privada, una de las intermediarias que vendió el malware al gobierno mexicano.
Después de una semana, ni el director del CISEN, ni el procurador, ni
el secretario de gobernación han presentado su renuncia. Seguimos viviendo en
el país de las maravillas. Donde quien tiene pruebas que las presente y que
acuda ante las autoridades. El discurso del viejo priista que se sabe impune, y
por ello llama y reta a que se presenten pruebas, es más, se indigna por el
simple señalamiento. De ese que pertenece a la generación de priístas que se
niegan a morir.
Y sí, en el país de las maravillas, basta con la expedición de la Ley General para
Prevenir, Investigar y Sancionar la
Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes –que hoy entra en vigor-; en este país de las maravillas, basta con
desaforar a la flamante Eva Cadena para calmar las aguas.
En este país de las maravillas, que aparezcan los restos del periodista
Salvador Adame Pardo, -director de Canal 4Tv- de Nueva Italia, municipio de
Múgica en Michoacán es producto de nuestra imaginación. También es producto de
nuestra imaginación que ayer en Sinaloa, en el restaurante Mar and Sea,
propiedad del ex gobernador de Sinaloa Juan Sigfrido Millán Lizárraga
(1998-2004), un comando armado haya secuestrado a un número aún no determinado
de hombres.
En el país de las maravillas es irrelevante el dolor de la madre de un
normalista desaparecido quien afirma que “Mil días representan un largo caminar
de dolor y de incertidumbre para nosotros”. En este país de las maravillas, es
posible la unión del PAN y PRD de cara a la elección presidencial de 2018. Una
alianza pragmática que tiene buenas intenciones, pero que en la realidad no se
concretará.
Este es el país de las maravillas que Peña nos quiere seguir vendiendo,
el del respeto a los derechos humanos, el de la libertad de prensa, el de la
estabilidad social, el del crecimiento económico, el del estado Democrático de
Derecho, el de las alternancias pírricas y las alianzas artificiales. ¿En qué
parte de este país de las maravillas viven ustedes?
Por hoy es todo nos leemos la próxima. Carpe diem.
1 comentario:
Doctor, sin duda estamos en una época aciaga. Tremendos desafíos los que tenemos frente a nosotros. Importante saber decidir para desterrar a sátrapas como peñita y secuaces que como bien dices nos pintan un país de las maravillas.
Continuemos pugnando por un cambio, la máxima es NO RENDIRSE.
Un gusto leer iusfilosofando.
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