Samuel
Hernández Apodaca
@iusfilosofo
Hace algunos años un grupo
amigos constituimos un corriente de opinión que llamamos Corriente de Acción
Ciudadana, desde ahí pretendíamos y de alguna forma lo logramos, ser un espacio
de acción política con posición acerca de los acontecimientos que se vivían en la
ciudad y el país; y con acción local para contribuir a las transformaciones
necesarias.
Aunque no era una expresión
numerosa, logramos llamar la atención sobre diversos temas. Hoy, considero necesario
que más ejercicios como esos se reproduzcan en los diferentes espacios del
quehacer social, político y cultural donde nos encontremos. Organizarnos, alzar
la voz, actuar para transformar; son acciones ciudadanas que debemos tener como
práctica cívica.
La naturaleza y los
políticos nos han hecho vivir tiempos difíciles. A los desastres naturales se
suma el oportunismo político y las operaciones que desde el gobierno federal,
estatal e incluso municipal se orquesta para beneficiar a empresas -de amigos o
financiadores de campañas- en la reconstrucción de los espacios afectados por
los sismos del pasado mes de septiembre.
Las campañas se acercan, y
desde todas las esquinas no se pierde tiempo para buscar candidaturas, ya sea
por los partidos que conocemos o como “candidatos independientes”, que luego
sabemos de independientes tienen solo el registro. Y aunque se cansen de
gritarlo, descubrimos muy pronto, que tiene más autonomía un recién nacido que
sus candidaturas.
En fin, los ciudadanos
estamos ahí, y en todos los momentos se ha demostrado que no es necesario
pertenecer a partido político alguno o formar parte de algún organismo no
gubernamental para participar de la transformación de nuestro entorno, un
ejemplo muy claro fue la solidaria acción de los rescatistas sin nombre pero
con rostro que se sumaron a la lucha por recuperar vidas minutos después de los
sismos del 7 y 19 de septiembre.
La acción ciudadana es y será
muy importante para la reconstrucción de las ciudades afectadas, por las
inclemencias naturales, acciones de observación, de seguimiento, incluso de
intervención, allí donde las manos del gobierno burocraticen los apoyos, será ineludible
ciudadanizarlos; allí donde se canalicen los recursos, será fundamental exigir
transparencia y rendición de cuentas para evitar oscurantismo y que alguien o
algunos cuantos enquistados en el poder, se beneficien con los apoyos sin
merecerlo.
Un ejemplo, lo encontramos la
semana pasada, cuando vía Twitter el gobierno de Canadá anunció que entregaba
al mexicano 1,500 casas de campaña, pero el SAT en su cuenta solo reportaba
750. Fue gracias a esta acción ciudadana que se confrontó la información y se
supo lo que realmente se había donado. Ese pequeño ejemplo demuestra lo que
enfrentará la reconstrucción y la necesaria acción ciudadana.
Por hoy es todo, nos leemos
la próxima. Carpe diem.
1 comentario:
En efecto Doctor, la acción ciudadana es el punto neurálgico a partir del cual podemos rescatar lo que nos queda de país.
Importante, ahora que tomamos a México en nuestras manos, derivado de los lamentables sismos, no lo soltemos; pugnemos porque esa solidaridad, unión y fuerza hagan posible mantenernos observantes, ser más exigentes en la rendición de cuentas y en consecuencia en 2018, todos salgamos y votemos para botarlos.
¡Sí se puede! Gran texto, lo comparto en mis redes.
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