Un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo
todo, termina por hundirse en el abismo.
Sófocles
Pusilánime, cínico, hipócrita, manipulador,
lánguido, opaco, mustio, vulnerable, atrapado, y finalmente vulnerador de la
Constitución, así termina Felipe Calderón el último año de su sexenio; y es que
la resolución del IFE que concluyó que Calderón Hinojosa vulneró el marco
constitucional mexicano al distribuir cartas donde aparece su firma y en las
que agradece la contribución al pagar impuestos, en la carta no sólo aparece la
firma de Calderón, sino que existe una redacción individualizada (personal) enumera
logros y menciona que las obras se han podido construir con los recursos
recaudados.
Parte del texto de la calderonista carta
promocional dice:
“Gracias al cumplimiento de tus obligaciones, estamos transformando a
México en una nación más desarrollada. Con tu contribución, construimos más
obras como carreteras, hospitales y escuelas que mejoran tu calidad de vida y
la de muchos mexicanos. También, con tu contribución fortalecemos los programas
sociales como Oportunidades, Estancias Infantiles y Becas Escolares para ayudar
a las familias que menos tienen para salir adelante”.
Con la difusión de dicha epístola, el
michoacano vulnera el artículo 134 constitucional en su penúltimo párrafo, pues
omite respetarlo o actualiza dolosamente la hipótesis que dicho texto refiere
de la siguiente forma:
“La propaganda, bajo cualquier modalidad de comunicación social, que
difundan como tales, los poderes públicos, los órganos autónomos, las
dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de
los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines informativos,
educativos o de orientación social. En ningún caso esta propaganda incluirá
nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de
cualquier servidor público.”
Esta no es la primera vez que el sr. Calderón
hace gala de su impunidad, basta recordar que en 2010 su gobierno transmitió spots
en estados donde se realizarían procesos electorales locales, sumado a una
transmisión de cadena nacional donde habla de la inseguridad, sus acciones y su
convocatoria para que los gobiernos estatales sigan su ejemplo.
No obstante que se ha comprobado que el señor
del desempleo, la inseguridad y la mísera vulneró la Constitución; éste no será
sancionado, pues la misma Constitución –creada para fortalecer al presidente-
cuya redacción data de 1917, señala en su artículo 108 segundo párrafo lo
siguiente: “El Presidente de la
República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición
a la patria y delitos graves del orden común.”
Así Calderón mantendrá vigente al símbolo de su sexenio: la
impunidad. Y los mexicanos nos seguiremos preguntando ¿Hasta cuando llegaran las
reformas necesarias que hagan enjuiciables al Ejecutivo federal? A mi me parece
que ya es tiempo de acabar con el añejo presidencialismo, que sólo creo
impunidad por casi un siglo. ¿Ustedes que piensan?
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
3 comentarios:
Maestro,
Un gran texto el que hoy nos presenta.
Coincido con su percepción y anhelo que esa impunidad cese y muy pronto llegue el cambio verdadero.
¡Excelente Columna!
Un fortísimo abrazo.
Maestro: Es indudable que el sexenio que todos llevamos en cuenta regresiva, ha sido debastador para muchas, miles, de familias. Pero volteamos la mirada hacia la esperanza de un país mejor para nuestros hijos, en cada uno de nosotros está la oportunidad de lograrlo. Animados en que el cambio verdadero está en nuestras manos! Saludos.
Pues que lleguen esas reformas y que tengan efecto retroactivo, aunque sé que eso no es posible. Pero cualquier violación a la ley proveniente de alguien con una responsabilidad tan alta debería ser severamente sancionada. Un artículo brillante, Samuel.
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