Estamos a menos de un mes de la elección y el discurso
que los partidos políticos tienen no terminan de convencer, ellos son –en
parte- responsables de que los ciudadanos decidan o no participar en la jornada
electoral del 7 de junio. En este
tiempo, hemos sido víctimas de los spots
sin contenido, los del PRI que presumen “logros” de sus reformas estructurales,
huecas, pobres y que lastiman a la mayoría.
Por otra parte están los spots del PAN, el PAN de Madero, esos que piden otra oportunidad,
prometiendo que en esta ocasión no se alejarán de la gente y que son cercanos a
los ciudadanos. Los spots del
PRD-chuchista que presume logros en el DF como si fueran extensivos a todo el
país; los falsos e hipócritas spots
del PVEM, partido que debió haber perdido el registro, pero que lo mantiene
gracias al silencio cómplice del INE y su presidente.
Están también los spots
de Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo, Morena, Partido Humanista y los
de Encuentro Social. Los primeros con mucho movimiento y convocatoria, los
otros en la retórica de la soberanía, unos más teniendo como eje de su campaña
la imagen de una persona, otro más desarticulados en su discurso y hasta los
que recurren a los actores para intentar acercarse a los “no-políticos”.
Ante este escenario algunos grupos y personajes han
convocado a no participar en la elección, a salir y anular el voto; otros más a
poner su nombre, desde luego los más torpes a romper la boleta. Todos discursos
de desesperanza, aderezados de rencor e ignorancia. Discursos que ingenuamente
pretenden “dar una lección” a la clase política de este país, cuando en
realidad lo que lograran con esta actitud, es fortalecer a la clase política
que dirige este país desde Los Pinos.
Esos convocantes, hacen a un lado su responsabilidad cívica
de informarse y buscar propuestas entre las 10 ofertas políticas que se
disputan la elección; pare ellos es más cómodo llamar a no votar que invitar a
escudriñar plataformas y exigir propuestas sobre temas específicos. Esa es una
irresponsabilidad que en el fondo tendrá como resultado mantener al PRI y al PVEM
con el control en la Cámara de Diputados.
No participar, anular el voto, destruir la boleta, es
exactamente lo que los señores del neoliberalismo engominado esperan de la
próxima elección; ciudadanos torpes, ignorantes, apáticos. Ciudadanos que
maldicen a la política y a los políticos, pero que se constituyen en la base
perfecta del statu quo que los empobrece,
que los humilla, y que los mantendrá así por los sexenios de los sexenios si se
les permite que lo hagan.
No participar, anular el voto, destruir la boleta, es
el ejercicio más torpe de entender la responsabilidad cívica; en este país no
hay garantías legales para que estas acciones tengan valor alguno. Al PRI y al
PVEM les excita este tipo de convocatorias, ese desprecio omiso que les permite
mantenerse en el poder. Ese odio callado que se mantiene inmutable ante las
peores atrocidades que ocurren en la nación.
Debe quedar claro que la única forma de darle una
lección a la clase política de Los Pinos,
es fraccionando el poder absoluto que se les entrego en 2012. Mientras no haya
revocación de mandato en este país, la única forma de limitarles el poder es
quitarle el Congreso a Peña. Equilibrar las relaciones de poder y limitar sus
abusos. Esa es la tarea del 7 de junio, de ahí que la convocatoria que he hecho
desde hace meses sea #QuítaleElCongresoAPeña.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
3 comentarios:
Doctor,
Una columna imprescindible en esta época electoral. De manera recurrente solemos encontrarnos a quien “piensa” que su abstencionismo, anular su voto o romper una boleta va a dar una lección a la clase política ¡nada más alejado de la realidad! Como lo he manifestado en mi #Nornilandia sólo pasarán a formar parte de una lamentable estadística, pero de ninguna manera cimbrarán al sistema.
Sigamos generando conciencia para desde la palestra ciudadana provocar un cambio. Me uno a tu llamado de #QuítaleElCongresoAPeña
Magnífico texto, un placer leer #Iusfilosofando
Estimado doctor, excelente columna. Una reflexión clara y profunda sobre las implicaciones de anular el voto o no votar, hecho que comparto; pues es ingenuo suponer, que el amañado sistema político existente en el país, desconozca como capitalizar tales circunstancias o escenarios. Por ello, (y como bien señala) es ejerciendo la responsabilidad ciudadana a través del voto que podrán establecerse las bases del cambio que tanta falta hace en este México herido.
En cuanto a quienes llaman a no votar o inutilizar su voto, padecen una extraña percepción de la realidad pues pretenden "ingerir el veneno y esperar que se muera el otro".
Muchas gracias por su labor la concientizante, reciba mi admiración y respeto.
Dr. Excelente aportacion, hagamos extensiva la informacion a gente que esta a estas alturas indecido e ignorante con la erronea idea de abstenerce a votar, Mexico nos necesita y tenemos que participar para el cambio. Un abrazo.
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