@iusfilosofo
Vivimos
tiempos en los que nuestra capacidad de indignación se agota, la realidad
sobrepasa nuestro nivel de asombro, nos enfrentamos al cruento día a día que
nos demuestra que no, no lo hemos visto todo. Que a los políticos corruptos aún
les sobran palabras para excusarse de sus fechorías. Y también, que no acabamos
de ver todas sus pillerías; que su capacidad de saqueo al erario público no
tiene límite.
Para
estimular nuestra capacidad de asombro se legisla de forma chimuela, como en
Jalisco donde se “eliminan” el fuero y esta noticia solo sirven de vanagloria a
los diputados locales de Jalisco Ismael y José Pedro, uno de movimiento
ciudadano y el otro “independiente”. ¿Sensatamente estos diputados creen que el
ciudadano promedio de Jalisco tiene como prioridad de vida que se elimine el
fuero en su Estado, cuando hay temas más importantes que ese?
Del
otro lado está el “Acepto y reconozco que cometí un error” El lamento de Peña
que justifica: “Este error afectó a mi familia, lastimó la investidura
presidencial y dañó la confianza de la sociedad”, pregona sin empacho: “En
carne propia sentí la indignación de los mexicanos, por eso, con toda humildad,
les pido perdón”. Estas líneas parecen sacadas de un guion digno de una sátira
política al estilo de Luis Estrada.
Ayer
el señor de Los Pinos, se vanaglorió al promulgar las leyes del Sistema
Nacional Anticorrupción (SNA) que según él, “es innovador pues crea una
fiscalía especializada anticorrupción, salas especializas en el Tribunal de
Justicia Administrativa, fortalece la Auditoría Superior de la Federación y a
la Secretaría de la Función Pública”, pero la realidad es que esa secretaria siempre
ha querido atrapar peces grandes y no captura ni a charales.
En
este contexto “anticorrupción” el exsecretario de la Función Pública Virgilio
Andrade Martínez –chilango de 49 años- renuncio a su cargo después de cumplir poco
más de un año, el que fuera representante del PRI ante el Consejo General del
IFE y luego consejero electoral del Instituto Federal Electoral (ahora
Instituto Nacional Electoral) de 2003 a 2010, se fue sin pena ni gloria, y
argumentando que se va porque tiene “la convicción de que el Sistema Nacional
Anticorrupción requiere que todas sus instituciones funcionen con la plenitud
constitucional que sus normas dictan para consolidar su confianza". ¿En
serio Virgilio cree su propio cuento? Ese que ayudo a construir, donde no se
toca a los poderosos y a los amigos del Ejecutivo.
Y
para seguir con esta vanagloria, porque no recordar a Héctor Astudillo –quien actualmente
ostenta el poder Ejecutivo en Guerrero-
y su flamante declaración sobre la inseguridad en ese Estado: “la
mayoría de las bajas de los asesinatos dolosos recaen en muchas personas que no
son, diríamos, personas que se conozca que andaban de turistas o personas que
sencillamente sean muy conocidas”. Así que no nos preocupemos por ir a Acapulco
en calidad de turista que nada nos pasara.
Finalmente
y para no excluirlo, en Veracruz Javier Duarte esta incontenible, apenas la
semana pasada, su mayoría legislativa aprobó la basificación a burócratas,
condenando con esa aprobación las finanzas públicas del Estado, y ahora el tema
es la advertencia de Duarte de Ochoa, de que se utilizará el impuesto a la
nómina para crear dos nuevos fideicomisos que garanticen el pago a proveedores.
El tema con esta salida no solo es comprometer las finanzas públicas, sino que
ese dinero sea utilizado para beneficiar a los cómplices de sus pillerías, esas
empresas fantasmas creadas por la pandilla de Duarte que han servido para
llenar sus bolsillos, aunque este personaje diga que es para entregar una administración
sin deudas.
Así
nuestro statu quo social, con
perdones, beneplácitos y vanaglorias en la mente de los hombres del poder, pero
con pobreza, inseguridad, desempleo y muchas otras cosas más para millones de
mexicanos. A esta cruda realidad y en respuesta a los hombres del poder y a
Peña, sigue vigente el “ni perdón, ni
olvido”.
Por
hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe
diem.
1 comentario:
Sin duda Doctor, estamos en México [otras partes del mundo, no son la excepción] en una política de absurdos que poco aportan para el bien estar y el bien ser de los ciudadanos.
Peña ha llegado a esquemas propios, como bien lo dices, a ser un guión de algo, muy bizarro por cierto.
Muy buen texto, altamente reflexivo.
Un placer leer Iusfilosofando.
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