“El abogado simplemente esta después de Dios”
He debatido por años,
con ilustres y otros nos tanto, personajes, sobre el contexto en el que los
profesionales del derechos nos desenvolvemos y la diferencia entre Abogado y Licenciado en derecho.
El día de ayer y por
mucho tiempo he escuchado los chistes más divertidos y las bromas más pesadas
que se refieren a los abogados, algunas con razón, otras con ignorante
sumisión.
Y es que
primariamente la gente confunde al abogado del latín advocatus, y que es el que aboga o defiende; y el Licenciado en
derecho, el que está legalmente autorizado para ejercer la profesión de la
ciencia jurídica.
Para ser advocatus no es necesario haber cursado
la licenciatura, ni tener el permiso; lo puede ser cualquiera, en el latu sensu de la idea; de ahí la
expresión común de “abogado defensor”.
No obstante, la gente
ha utilizado indistintamente el término “abogado” para referirse a los que
tienen la licencia para ejercer la profesión
y a quienes la ejercen como oficio.
Fue a petición del Diario de México, que en 1960 Adolfo
López Mateos declaró Día del Abogado, el 12 de julio, fecha con
significación relevante pues es en esta, que en 1553 se impartió la primera
cátedra de derecho en América, por Bartolomé de Frías y Albornoz, en la Real y
Pontificia Universidad de México, hoy UNAM.
Es observable que común de la gente, sin conocimientos mínimos
de la ciencia jurídica, suele descalificar prima
facie, la profesión; y lo hacen más inspirados en las leyendas construidas
por los abogados, (que sin tener la licencia
para ejercer la profesión se ostentan como tal); que por acercarse a quien de
manera metódica estudia, analiza y defiende un caso.
Las críticas que se hacen a los abogados, tienen su
inspiración en la condición económica, miseria humana o tacañes del individuo;
pues prefiere consultar a aquellos que podemos ver a fuera de las prisiones,
los juzgados, las agencias del ministerio público, en las oficinas de trámites
burocráticos, que ir de manera directa donde hay un establecimiento de abogados
(de licencia).
Advierto que no es mi pretensión defender aquellos que se
quedaron en el campo de egresados, los que nunca iban, los que sólo salieron, y
muchos menos a quienes creen que teniendo un código en mano los hace abogados.
Las críticas que se hacen pueden ser merecidas, pero su origen está en la
sociedad que permite y mantiene a los “abogados” de banqueta.
Cuando se quiere
descalificar a los abogados (de licencia) se hace inspirado en las acciones que
los abogados (de oficio) han hecho o dejado de hacer, al que sobornó, al que
estafó, al que huyó o perdió un caso.
Pero se olvida de
manera lamentable a los otros abogados (de licencia), a los que están en el
aula de las primarias marginadas de este país y que optaron por seguir la
carrera magisterial para luchar desde ahí por mejores condiciones educativas, para
los lugares apartados de México
Se olvida también a los
que están en la educación superior y media superior y que desde ahí forman y
creen que es asequible cambiar a este país a partir de construir mejores
instituciones para la nación.
Se quiere olvidar
también a los burócratas que hacen bien y de buenas su trabajo (que pueden ser
pocos) pero que cumplen en sentido estricto su papel. No se menciona desde
luego a los jueces honestos que no declinan su compromiso con la justicia y el derecho.
Se pasa de largo, de
igual forma que existen también quienes se dedican a la protección de los
derechos humanos y que defienden incluso a costa de su propia vida una causa.
Se olvida por
supuesto, a los que se dedican a la investigación jurídica y que desde ahí
promueven el pensamiento crítico que tanto necesita nuestro país; a ellos que investigan
y promueven los cambios necesarios en las normas, instituciones y practicas jurídicas.
Se olvida a los que están
formando desde el posgrado a los futuros científicos del derecho que hacen teoría
y construyen derecho.
Y aunque parezca cómico,
se olvida que se recurre a ellos para todo, desde el discurso de la
quinceañera, hasta la carta romántica, pasando por las confesiones de alcoba.
Se olvida también,
(el actual es la excepción) que parece que al país le iba mejor con un
Licenciado en derecho en la presidencia, que con un economista.
En fin, no olvidemos
que la profesión del Licenciado en derecho es una profesión peligro, no solo
porque haya quienes piense en la carrera como la mejor forma de obtener un
beneficio económico inmediato; sino porque hay personajes que desprestigian la
profesión; es una profesión peligro porque día a día se abren espacios que
ofertan la licenciatura y que no tienen los estándares necesarios para formar
en conciencia.
La del derecho es una
profesión peligro, porque a los defensores de derechos humanos que son abogados
(de licencia) les ha ido muy mal, (aunque no solo a ellos aclaro) han sido
amenazados, torturados y desparecidos y nadie dice nada.
Es una profesión
peligro, porque mientras se le vea de forma pragmática para enriquecerse y no
con vocación seguiremos conociendo de casos en los cuales no hay finales
felices.
Pero no todo es trágico,
la resolución de ayer de la Suprema Corte para restringir el fuero militar y
que estos puedan ser juzgados en tribunales civiles, fue tarea impulsada por
abogados (de licencia) defensores y promotores de derechos humanos desde hace
años; y fue cosa resuelta por otros abogados, los Ministros de la Corte. Fue un
buen 12 de julio.
Así que la próxima vez
que se piense en hablar mal de los abogados (de licencia) cuidado!!! Nunca se
sabe cuándo se necesitará de uno de ellos, uno de verdad.
Por hoy es todo nos
leemos la próxima. Carpe diem.
5 comentarios:
Maestro,
Esta columna Iusfilosofando pondrá a varios en su lugar. Sobre todo a aquellos que vituperan a quienes ejercemos la ciencia jurídica y que somos licenciados en derecho. Los abogados son una parte de ese bagaje.
Y a través de este comentario hago un llamado para que no se olviden que somos varios los que habiendo estudiado la licenciatura en derecho, seguimos con estudios de posgrado (maestría y doctorado) y nos dedicamos con un gusto impresionante a la academia y a la investigación científica y ahí estamos tú y yo.
Un placer leerte.
Un fuerte abrazo.
Maestro:
Le felicito por su reflexión el día de hoy, en efecto no nos detenemos a pensar en los otros abogados que usted menciona y que en efecto hacen falta en el país, que yo creo son la mayoría desafortunadamente quienes la mancha son los menos.
Saludos y gracias por compartir.
Luis
Estimado Maestro.
Totalmente de acuerdo en su reflexión, y estoy incluido en la lucha de la nueva filosofía de los Licenciados en Derecho o Abogados de título o licencia (como es mi caso), para pretender mediante las acciones profesionales basadas en la probidad y compromiso, siempre respetando una Deontología Jurídica que cada día debe ser más exigente.
Asimismo me incluyo en la generación de quienes como usted y la Maestra Bárbara cree que la investigación y formación de los nuevos profesionales del derecho debe ser cuidadosamente llevada de la mano, espero comenzar pronto con esa parte.
Un abrazo.
gran carrera la de las ciencias jurídicas, todas las ciencias son importantes y en algún momento los abogados necesitamos de otras ciencias,,, como las matemáticas,,, conocimientos,, conocimientos ,,malo cuando estos conocimientos se usan para pisotear al pueblo bueno cuando los conocimientos ,,, en este caso los jurídicos se usan para beneficiar al pueblo,,, a veces también se da la apariencia de beneficiarlo.. y en realidad lo perjudican,,
Como siempre es un gran placer disfrutar de su lectura.
Es usted maestro, toda una inspiración para todos aquellos jóvenes abogados (de licencia) que hemos decidido ejercer tan noble profesión.
Total y completamente de acuerdo con usted en cada una de sus palabras.
Me sumo a los abogados de ésta nueva generación (dejando a un lado cualquier brecha generacional entre los que formamos parte de ella), en la cual la ideología del Abogado ha cambiado, se ha convertido en una posición proactiva y propositiva, además de generadora de cambios. Creo fielmente que a través del estudio y de la investigación, se puede llegar a cabo una reforma en nuestra legislación e instituciones que permitan subsanar el daño actual a tan hermosa nación.
¡Saludos!
@DonJasso
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