En su resolución 49/214 del 23 de diciembre de 1994, la Asamblea General de
la Organización
de las Naciones Unidas decidió que el 9 de agosto de cada año se celebre el Día
Internacional de las Poblaciones Indígenas, durante
el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo.
En dicho
documento la Asamblea
señala estar “Consciente de la necesidad de mejorar la situación económica, social y
cultural de las poblaciones indígenas respetando plenamente sus características
distintivas y sus propias iniciativas” (http://bit.ly/1nJo7A5);
así mismo señala: “Reconociendo que las poblaciones indígenas, por medio de los
mecanismos apropiados, pueden y deben estar en condiciones de hacer su propia
aportación a la humanidad”.
Así, año tras año,
se conmemora el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, en todo el mundo, con discursos reconocimientos y retos que aún
existen. En esta anualidad el Secretario General de la ONU sostuvo en sus discurso
“En este Día Internacional estamos centrando la atención en la salud y el
bienestar de los pueblos indígenas del mundo. En la Declaración se afirma
el derecho de los pueblos indígenas a mantener sus prácticas sanitarias y a
tener acceso a todos los servicios sociales y de salud para disfrutar del nivel
más alto posible de salud física y mental.” (http://bit.ly/1Mf2vIN).
De
acuerdo con Alcides Reissner, es en 1600 cuando el “vocablo indio aparece por
primera vez como entrada de un diccionario bilingüe”. 1600 (?): Viridarium Linguae Latine. Indio, Indus. [El indio en los diccionarios, México, INI, 1983]. Pero quizá para nuestro contexto nacional dos son los
momentos en que los indios tomaron importancia como actores, la primera fue a
la llegada de los españoles; y la segunda con el movimiento de independencia,
acontecimiento en el que por segunda ocasión fueron vulnerados.
Félix Báez
recuerda que “en el siglo XIX políticos e intelectuales criollos y mestizos configuran
una visión ambivalente respecto a los indios en México (…) por una parte se
reconoce su grandeza prehispánica que antecede y otorga nombre a la nación (el
indio muerto); simultáneamente al indio vivo se le estigmatiza racialmente en
función de los principios liberales que orientan la configuración nacional y el
proceso civilizatorio de la matriz europea”. [“Los signos etnocidad de…”, en memoria
del etnocidio, U.V., Xalapa, Veracruz, 1996]
Hace algunos días, el ministro presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación
(SCJN), Luis María Aguilar Morales recordó en un acto, como su abuela una
indígena maya “se contrató como nana y sirvienta en la casa de otras personas
en Mérida, tuvo a cambio la oportunidad de poder estudiar y superarse”. Lo que
la llevo a ser “una persona destacada, directora de una escuela de Mérida y
formó parte de la
Asociación de Mujeres Socialistas de Yucatán que siempre
abogó por los derechos de todas las mujeres”.
Del lado del Señor de Los Pinos,
no ha cambiado nada el estilo priísta de hacer política, el acarreo, las porras
prefabricadas, el engaño y la manipulación de los asistentes, fueron chispas
que dieron vida a un acto que se realizó también para recordar este día. En esta
celebración, Peña Nieto admitió los resultados de la reciente medición del
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que
documentó el incremento en la pobreza y el fracaso de programas sociales como la Cruzada contra el Hambre,
y contrario al tema central de este año que la ONU impulsa “salud y el
bienestar” Peña optó en su discurso por la retórica del compromiso y de los
grandes esfuerzos que hará.
Así
una vez más la imagen del indio, fue usada como estampa para apuntalar la
presencia de un personaje que cada día cae más en la popularidad de los
mexicanos; en el acto de Peña, para celebrar el Día
Internacional de las Poblaciones Indígenas no estuvieron
presentes los indios incómodos, los yaquis que en
estos meses demandan conservar el agua de sus territorios, tampoco se consideró
a los de la Sierra Norte
de Puebla, quienes se oponen a los megaproyectos mineros y energéticos. Mucho
menos los guarijíos de Sonora, tenek de la Huasteca , nahuas de Ostula, huicholes de Nayarit
y Jalisco, nahuas de Colima, mixtecos y tlapanecos de Guerrero, considerados
como “minoría incomoda” para algunos
gobernadores.
Repensar el papel del indio en los próximos años será una tarea que debe
estar en la agenda de la próxima legislatura federal, ahora que son tiempos de
mirar hacia el origen. Y dejar de utilizar a los nativos de nuestro territorio
como simple símbolo de estampa.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
1 comentario:
Doctor,
Una columna Iusfilosofando obligada para estos tiempos. Hemos llegado a un punto donde es necesario repensar –como bien lo dices- el trato y toda aquella política pública que tiene que ver con la población indígena; necesario dignificarla y darle el privilegiado lugar que merece.
Muy buen texto, lo compartiré en mis redes.
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