Muy al estilo del quehacer político
en nuestro país, los tres principales partidos políticos en México atraviesan
por un proceso de renovación de sus dirigencias; unos, por sus tiempos propios;
otros, por necesidad ante los pobres resultados electorales.
En el PRI, Manlio Fabio Beltrones
–sonorense de 62 años y graduado en economía por la UNAM – y Carolina Monroy Del Mazo –licenciada en
Derecho por la Universidad
del Valle de Toluca, y cuya labor se ha desarrollado fundamentalmente en el Estado
de México– fueron “electos” al no tener competencia. El próximo jueves ambos
personajes tomarán posesión de su encargo y en palabras de Manlio, llevará las
reformas impulsadas por Peña Nieto, “hasta sus últimas consecuencias”.
Las palabras de Manlio suenan más a
amenaza neoliberal que a proyecto de gobierno para el bienestar general. Sobre
todo si observamos que los resultados de las reformas estructurales pasadas no
han servido de nada en el mejoramiento de las condiciones de vida de la
población.
Del lado de PAN, Ricardo Anaya ganó
la contienda interna con el 81.91 por ciento de los votos emitidos en la
jornada del pasado domingo. El mexiquense, cuya carrera política la ha desarrollo
en Querétaro y por ello se piensa que es originario de ese Estado, echó abajo
la posibilidad de la “rebelión de las bases” que su contrincante Javier Corral Jurado
impulsaba.
Los resultados de Anaya le permiten
un control absoluto de la dirigencia nacional y consecuentemente de las
fracciones parlamantarias en la cámara de Diputados y la de Senadores, pero la
aplanadora de Anaya no ha terminado con los señalamiento de Corral quien
reaccionó a los resultados y sostuvo que el triunfo del mexiquense
"está trazado por la simulación, corrupción, inequidad y un padrón
inflado", por lo que no está dispuesto a integrarse a la dirigencia
encabezará el protegido de Madero.
Del lado del PRD las cosas no
son mejores, los resultados de la elección pasada, cimbraron la recién llegada
de Carlos Navarrete quien tendrá que irse de la dirigencia en un tiempo que
nunca pensó que ocurriría; contradictoriamente parte de la derrota del PRD fue
por el posicionamiento de MORENA en la pasada elección.
La del PRD es quizá la tarea
más difícil de los partidos que renuevan sus dirigencias, pues aun cuando los
“chuchos” mantienen el control de las estructuras dirigentes se enfrentan a la
falta de credibilidad por parte de sus militantes, quienes han perdido
esperanza de que ese partido represente alternativa de cambio.
Con este escenario, los
ciudadanos son los que llevan la peor parte de cara a la integración de la
próxima legislatura en la
Cámara de Diputados; pero el reto también es que haremos los
ciudadanos para construir una agenda sobre temas fundamentales que a la nación
le afectan. Periodistas, pobreza, educación, salud, vivienda, corrupción, trabajo
y reformas estructurales, son temas que deberán tratarse desde la perspectiva
de quienes no militan en partido político alguno pero deben ser escuchados en
el Congreso de la Unión.
Tarea no sencilla, pero tampoco imposible, ¿Ustedes en que se
involucrarán?
Por hoy es todo, nos leemos la
próxima. Carpe diem.
1 comentario:
Doctor,
Indudablemente, estamos ante una época de descomposición de los partidos políticos que se han alejado de su misión. Hoy, son cotos de poder que albergan las peores prácticas; mientras que los ciudadanos urgimos cambios, en los que, como bien apuntas, debemos involucrarnos.
Yo desde hace tiempo he tomado las armas [así puede constatarse en mi columna #Nornilandia] y no pienso rendirme. Todavía creo que podemos rescatar lo que nos queda de país y dejar a las generaciones venideras, un mundo más llevadero.
Un gusto leer #Iusfilosofando
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