@iusfilosofo
Mientras en
varios estados de la república se realizan campañas para elegir gobernador,
presidentes municipales y diputados locales, los ciudadanos atestiguamos
noticias que parecen agotar nuestra capacidad de indignación.
Algunas de
estas noticias tienen relación directa con la elección como en el caso de
Tamaulipas, donde la semana pasada el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM)
presentó un acuerdo para informar que más de 60 candidatos a diputados, presidentes,
y regidores, presentaron su renuncia por “cuestiones personales”. En total ya
son 70 los candidatos renunciados.
Las razones
de estas renuncias son diversas pero tienen relación, el argumento es fueron
intimidados por el crimen organizado, pero la mayoría de las renuncias se
debieron a que los candidatos abandonaron su partido para cambiarse a otro,
ahora son señalados de tener relaciones con el narco.
Aunque el
tema parece local, la Arquidiócesis de México se ha involucrado también en este
tema, desde su medio Desde la Fe, en su
editorial que titula “El tufo del narco” señala: “Las elecciones del 5 de junio
se desarrollarán en condiciones delicadas con el mayor de los cuestionamientos
sobre efectivos blindajes que, (…) pues parece ser que el narco nuevamente ha
tomado las riendas en algunos estados, patrocinando candidatos de elección
popular que actúan en nombre de esa realidad arraigada para conseguir espacios
políticos”
En más de
este proceso electoral, pero ahora en la ciudad de México, el Instituto
Nacional Electoral (INE) -organismo que dirige el ex becario del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM- volvió a mostrar una vez más su
incapacidad y fue nuevamente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF) quien corrigió, pues al no poder dotar de certeza jurídica la
verificación de las firmas de apoyo a los candidatos independientes a la
Asamblea Constituyente, el TEPJF ordenó la inclusión de 10 aspirantes.
Otro de los
estados es Veracruz, la elección por la gubernatura no será fácil, intereses
económicos, políticos y hasta familiares se disputan, pero sobre todo, se
disputa el futuro de los veracruzanos. La guerra sucia mezclada con verdades a
medias se da todos los días y los ciudadanos tienen que luchar contra ella. El
perfil de los candidatos debería de ser para el elector un referente de
decisión, pero el inmediatismo político los orilla a otras decisiones.
En Veracruz,
se juega más que la gubernatura, se juega el honor político de los candidatos que
la disputan; las revanchas, las estrategias, el capital político de cara al
2018, y si alcanza el presente de los veracruzanos. Es cierto, hay candidatos
al Congreso local que buscan desde su distrito contribuir a la transformación
del Estado, pero sin duda esta aspiración tendrá que venir aparejadas de políticas
públicas desde el Ejecutivo.
Falta menos
para el 5 de junio, los ciudadanos tienen nuevamente en sus manos la
oportunidad de cambiar el rumbo de sus vidas, aunque a veces es difícil hacerlo,
cuando las condiciones de amenaza, manipulación, pobreza, desdibujamiento ideológico
y pragmatismo mordaz, dictan las planas.
Sigamos observantes.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe
diem.
1 comentario:
Ese Doctor es el México que día a día vivimos [padecemos] es increíble que pese a ello aún existan tantos rastreros y complacientes de un sistema que ya no funciona.
Buen texto el de esta semana.
¡Saludos cordiales!
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