@iusfilosofo
Contrario a los escenarios que habían construido y
encargado de divulgar los agoreros del continuismo, el PRI no solo perdió la
joya de la corona electoral –Veracruz– no recupero Puebla, otro que sufrió
bajas fue el PRD, en su alianza de cogobierno en Oaxaca perdieron la
gubernatura, mismo caso el de Sinaloa y fracturada la izquierda en Zacatecas no
pudieron recuperar el gobierno en ese Estado.
Una cosa ha quedado demostrada, la oposición en alianza
puede desmontar la estructura ancestral de la corrupción, esa de los
corrompidos gobiernos donde el PRI gobernó por casi 90 años, esos Estados donde
no había existido la alternancia partidista, entidades donde la hegemonía
política era garantía de impunidad: Durango, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz.
Aunque Morena no ganó una gubernatura como lo anunciaban
propios y extraños, cierto es que de cara a la elección de 2018, Andrés sigue
siendo el rival más fuerte. Dosis de realidad y pequeñas rebeliones tribales en
su partido, lo pueden hacer un candidato estrictamente viable.
El pasillo de ganadores y perdedores esta en Veracruz;
Andrés Manuel demostró que su espaldarazo infla fuertemente a cualquier
candidato, como el caso de Cuitláhuac, quien se posesiono en tercer lugar, aprovechando
la inconformidad de los veracruzanos y el hartazgo del gobierno duartista. En
ese mismo Estado el gran perdedor es Héctor Yunes, quien – al igual que
Labastida- pasará a la historia como el
candidato derrotado, el que entregó la gubernatura a la oposición, aunque sea a
su propio primo.
Quizá el caso más emblemático donde haya que detenerse
por su importancia histórica y electoral sea Veracruz, la derrota del PRI en
ese Estado no es producto de la casualidad, tampoco de la alianza de agua y
aceite como se decía en los noventa, entre PRD y PAN, ni siquiera es producto
de la inconformidad social – aunque sin duda ayudo- la derrota de ese partido
tiene su antecedente en los dirigentes regionales de oposición, en las causas
que la izquierda ha empujado, en las históricas luchas de los líderes sociales
como el caso de Uriel Flores Aguayo en el centro o Amado Cruz Malpica en el
sur.
Hay que reconocer también, la inalcanzable lucha de miles
de activistas veracruzanos, esos que promovieron desde abajo el cambio, ellas y
ellos, los sin micrófono; veracruzanos que por años esperaron ver la caída del
dinosaurio. Muchos de ellos amigos que iniciaron esta lucha desde el aula
universitaria, la fábrica, el campo, el mercado y el hogar.
Bienvenida la alternancia en Veracruz, pero esa solo es
una parte para el cambio que se tiene que dar en aquella entidad, los tiempos
en el que voto era suficiente ya pasaron, toca ahora exigir a los que llegan
cumplan, solo así funcionara la alternancia.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
3 comentarios:
En efecto Doctor, bienvenida la alternancia, que constituye un pequeño paso al largo camino que tenemos que andar para cambiar las cosas.
Algo que debemos hacer es dar marcaje personal a quienes obtuvieron el triunfo, ser más exigentes y utilizar los mecanismos para participar. No olvidemos de que están hechos los partidos y los políticos que van tras el poder.
Un gusto leer Iusfilosofando.
Pensé que la mayoría de los veracruzanos darían un giro de 360 grados y con su voto favorecerian al candidato de MORENA. Tal parece que ni asesinatos en contra de la sociedad civil,de periodista, secuestros, violaciones, ley mordaza, desfalco a su Universidad, etc. no se vieron reflejadas en las urnas. Eso es preocupante y me deja un sabor amargo. No se que más se necesite para que los mexicanos pierdan el miedo y se revelen aunque sea cada 3 o 6 años. Si bien la alternancia funcionó para derrotar al PRI, no es garantía que haya sido su mejor opción. El tiempo nos lo dirá. Saludos!
Pensé que la mayoría de los veracruzanos darían un giro de 360 grados y con su voto favorecerian al candidato de MORENA. Tal parece que ni asesinatos en contra de la sociedad civil,de periodista, secuestros, violaciones, ley mordaza, desfalco a su Universidad, etc. no se vieron reflejadas en las urnas. Eso es preocupante y me deja un sabor amargo. No se que más se necesite para que los mexicanos pierdan el miedo y se revelen aunque sea cada 3 o 6 años. Si bien la alternancia funcionó para derrotar al PRI, no es garantía que haya sido su mejor opción. El tiempo nos lo dirá. Saludos!
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