@iusfilosofo
La
alternancia -Del latín alternāre,
derivado de alternus alterno- ,
entendida como la forma de alternar el poder político de forma pacífica a
través de elecciones, es propia de la democracia representativa, dicha forma
permite conocer –si los ciudadanos lo permiten- una oferta política de
gobierno, distinta a la que ostentaba el poder político. La alternancia es el
oxígeno del sistema democrático de un país.
Tras la
elección del pasado domingo 5 de junio en 12 Estados del país, los ciudadanos
optaron por la alternancia, y derrotaron al PRI quitándole la gubernatura en
Chihuahua, Durango, Tamaulipas, Quintana Roo y Veracruz; este último la joya de
la corona electoral. También hubo alternancia en los Congresos Estatales de
Veracruz, Tamaulipas, Aguascalientes, Chihuahua, y Baja California. Pues el PRI
perdió la mayoría.
Ahora que ya
ha pasado la jornada y entregado la constancia de mayoría a los ganadores, los
ciudadanos se sienten en su mayoría satisfechos por “echar” a quienes han ostentado
y abusado del poder político; y quienes no solo les fallaron, sino que
desfalcaron las arcas públicas. Pero quizá lo que estos ciudadanos que
acudieron a elegir a sus representantes y gobernantes aquel domingo 5 de junio,
no se han preguntado ¿Alternancia para qué?
¿De que le
sirve al ciudadano que se haya ido un gobierno y llegue otro con colores
diferentes? ¿En qué le ayuda al elector que el gobierno entrante le prometa lo
mismo que aquel que se va? ¿Cómo verán reflejadas mejoras en su vida diaria los
habitantes donde hubo alternancia?
Quizá lo que
tengamos que entender es que la alternancia debe permitir no solo que lleguen
nuevas burocracias, sino que se consigan nuevas formas del quehacer político,
de diálogo público, de atención ciudadana. De políticas públicas, pero también y
sobre todo de participación ciudadana.
Una demanda
generalizada de los ciudadanos que optaron por la alternancia, fue el de clamar
“justicia” trasladada al ámbito de investigar y deslindar responsabilidades; como
por ejemplo, el caso de desvío de recursos públicos y el incremento
desproporcional de deuda pública. Así sucede con el gran adeudo económico a
instituciones como la Universidad
Veracruzana.
Es un hecho,
la alternancia solo es funcional si lo ciudadanos no se quedan con el voto en
la urna; si transitan de su asistencia a la jornada electoral a la utilización
de instrumentos de participación ciudadana; solo es útil si en lugar de omitir
su comentario alzan la voz y demandan el cumplimiento de lo ofrecido en
campaña. La alternancia fue posible y solo los ciudadanos sabrán si continúan
con ella.
Por hoy es
todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
1 comentario:
Doctor, gracias por compartir este texto enriquecedor para alentar la participación ciudadana.
Vivimos en un mundo, en un país, donde votar no es ni será nunca suficiente. Es tiempo de actuar, de involucrarse en la res pública, a través de los mecanismos existentes y optimizando la tecnología.
Saludos cordiales.
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