Los vicios vienen como pasajeros, nos
visitan
como huéspedes y se quedan como amos.
Confucio
Cinco años después de aquel mandato
lamentable, nos encontramos en otro no menos funesto; sexenio que está a punto
de concluir y que se ha empeñado en hacer de sus vicios virtudes sexenales. La
ley, la libertad y la justicia han sido
presentadas como virtudes de este mandato. Paso a explicarlas.
Las leyes, son normas cuyo objetivo
primordial es regular la convivencia entre los individuos, para que ésta se desarrolle
de manera pacífica. Se erigen como derroteros que permiten y promueven la
convivencia de los hombres, no sólo como individuos aislados, sino como
miembros de una sociedad.
Las relaciones que se dan entre los
particulares y el Estado son normadas por el derecho público y en ellas el
Estado tiene una influencia determinante. Ahora bien, la vigencia de las leyes
como normas públicas requieren la existencia de un poder político que cuando no
sean respetadas, las haga valer mediante la coerción. Como dice Norberto
Bobbio:
la relación entre derecho y política
se hace tan estrecha, que el derecho se considera como el principal instrumento
mediante el cual las fuerzas políticas que detentan el poder dominante en una
determinada sociedad ejercen su dominio. (BOBBIO: Diccionario de
política: 2002)
Desde luego la opinión de Bobbio, es
determinante si recordamos que en América Latina, la ley ha sido la herramienta
utilizada por los tiranos, déspotas o dictadores para realizar sus proyectos,
materializar sus caprichos e instrumentalizar el andamiaje jurídico a su favor.
“Mano firme” solía esgrimirse en los
discursos políticos y spots
publicitarios en 2006, quien hoy ostenta
la silla presidencial. El punto es que no clarificó contra quien tendría esa
mano firme de la que tanto se ufanaba aplicaría, en caso de llegar al lugar que
hoy ocupa.
A este respecto dice Raymond Aron:
la esencia de la coerción es la amenaza
de infligir a otro, sino se somete a nuestra voluntad, una sanción. El coercido
pierde la capacidad de utilizar la inteligencia para elegir sus medios y sus
fines se convierte en instrumento de quien impone su voluntad. (ARON: Ensayo sobre las
libertades: 1991)
La afirmación anterior la encontramos en las
declaraciones contradictorias entre Hank Rhon y su esposa; que si tenía o no
las armas, que si eran o no eran de él. O en el caso de Pablo Salazar al
recurrir a la huelga de hambre como medio para llamar la atención de su
encarcelamiento que él llama injusto.
Ahora bien, si el Estado tiene el monopolio
de la coerción, es decir, el poder de la fuerza ¿No existe libertad? El mismo
Aron sostiene que “la libertad real, la que los individuos sienten como tal, no
depende menos de las costumbres que de las leyes”.
Pero esta afirmación sólo puede hacerse en un
Estado democrático, en el cual las leyes responden a los intereses de los
gobernados, ya que en un Estado que no lo es, resulta sumamente difícil afirmar
que las libertades deben estar sujetas a las leyes.
Ahí tenemos una más de las virtudes sexenales,
el de la libertad; pero el de la libertad para actuar con impunidad; para
someter a los que disientes del sexenio; para no garantizar que los defensores
de los derechos humanos puedan ejercer dicha actividad sin perder la vida; para
que los ciudadanos se puedan desplazar por el territorio nacional sin que sean
robados, golpeados, violados o muertos. Una perla de esta virtud el asesinato
de Marisela Escobar cuyo pecado fue convertirse en
una activista que buscaba justicia para su hija Rubí Marisol.
De la justicia se puede decir que a lo largo
de la historia ha tenido varias interpretaciones, dependiendo de la época y de
las ideologías que la han definido, pero quizá la más citada es la que afirma
que justicia es dar a cada cual lo que le
corresponde. Desde luego es una aproximación
básica que puede ser poco útil.
La justicia hará de
la sociedad a la cual se le aplica, una sociedad justa y en ésta, como afirma
Rawls:
(…) cada cual ha de tener la libertad para elegir la forma de vida que
más le convenga. No en vano estamos hablando de seres racionales, y la
racionalidad consiste en proponerse y postular fines e instrumentalizar los
medios adecuados para alcanzarlos.
Empero, la justicia
no sólo es darle a cada cual lo que le corresponde, sino también una forma de
comportamiento. Comportarse justamente, es actuar conforme al principio
expresado con anterioridad. Dice Thomas de Aquino: “la justicia tiene como característica, entre otras virtudes, el
ordenar al hombre en todo aquello que se refiere a los demás”. Consecuentemente si una ley es justa, tendrá
como objetivo el establecimiento de la buena relación entre los hombres.
Tengamos presente de
un caso de justicia sexenal; el de Onésimo Cepeda uno de los ángeles de cara sucia (#Iusfilosofando http://bit. ly/mPoxlD Y #ArcadeLeer http://bit.ly/ lopfa0 ) quien no sólo no explica de
donde saco 130 millones de dólares que prestó a una empresaria para quedarse
con una colección de 24 obras de arte que incluye cuadros de Diego Rivera,
Frida Khalo, Rufino Tamayo, Marc Chagall, José Clemente Orozco, Amedeo
Modigliani, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Goya y El Greco. Sino que ahora fue exculpado por el Octavo Tribunal
Colegiado en Materia Penal del DF que revocó el amparo que había sido otorgado
a la empresa Arthinia Internacional, para que la Procuraduría capitalina girara
orden de aprehensión contra el prelado por fraude.
Así
pues, estas son las virtudes sexenales, si tienen más agréguenlas. Por hoy es
todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
9 comentarios:
Esta Columna Iusfilosofando representa magistralmente datos actuales, que es importante no olvidar y tener presentes como ciudadanos; sobre todo porque estamos en una etapa previa rumbo a ese 2012 tan expectante.
México necesita más de estos ejercicios de crítica del poder entrelazados con información teórica que demuestra tu buen nivel como investigador especialista en filosofía del derecho.
Un abrazo.
Maestro
Su opinión no deja duda, las características de este sexenio han sido la utilización de los medios para hacer creer que esos vicios de origen, como usted los llama, son virtudes de este sexenio.
Excelente reflexión para este día un abrazo.
Luis
Buen documento con bases filosóficas de las leyes, Gramsci decía que el Estado es una ideología y un aparato de coerción, felicidades
Juan Nelson Enríquez
Gran txt.. haciendo caso a tu llamado, Carpe diem, Saludos
Laksman
un abrazo, Leída, vaya virtudes, hoy mas que nunca hay una crisis institucional y la justicia es talón de Aquiles
Oscar Sanchez.
interesante como siempre tu columna, gracias por compartir!!!!
Vidal Rivera
Aqui no aplica el vicio de la virtud sino la virtud de los vicios. Muy buen análisis. Gracias!
Laura López Vazquéz
gracias muy acertado el comentario.
francisco chacón
La ley, la libertad y la justicia; tres términos de los que bien caben aquellas palabras introductorias de Lenin cuando se refirió al "ESTAD es una de esas palabras donde los eruditos burgueses han sembrado demasiada confusión”, casi que sí se define una de estas palabras se definen al mismo tiempo el resto de las demás... ¿qué puedo decir por la ley?... viene a mi mente la canción del uruguayo Alfredo Zitarrosa "la Ley es tela de araña" (síntesis de la canción, la ley solo ayuda al rico, y al pobre lo perjudica). Libertad.. depende de la boca de quién salga esta palabra,,, Bush dijo "vamos a liberar a los iraquíes" y ahí están los resultados; hay unos tratados que se llaman de "libre Comercio" ¿lindo nombre no?... seguro ha de coincidir con la realidad,,, ¡y vaya qué coincide! ¡libertad para chingar a la humanidad!... Justicia... pregúntenles a los habitantes de ATENCO,OAXACA, a los Padres de niños de la Guardería ABC... a Lidia Cacho a los del SME a los Mineros de Cananea Pasta de Conchos,,, Aguas Blancas Acteal....el anatocismo
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