La
desmemoria es tan cruel, que te va matando lentamente como la enfermedad más
letal
Los hombres en estado de naturaleza no
pueden disfrutar en paz y con seguridad de su derecho a la vida, a la libertad
y a la propiedad porque en el estado de naturaleza falta: una ley fija,
ordenada, reconocida y aceptada por todos mediante acuerdo general para decidir
en controversias entre ellos.
Si ese fue un debate que
teóricamente ya rebasamos ¿Por qué los últimos acontecimientos en Coahuila con
robo en poblado de Moreira se repiten? ¿Por qué a pesar de las pruebas irrefutables
de actos de represión y corrupción de Ulises Ruiz en Oaxaca no irá a prisión?
¿Por qué se agotan los recursos públicos en el Congreso de Jalisco y no hay
para agua, jabón o papel higiénico en los baños, mucho menos para pagar el
salario a tiempo a sus empleados y no caen los responsables? ¿Por qué el
derecho a pedir acceso a la educación y a manifestarse libremente termina en
asesinato en Guerrero? ¿Por qué a pesar de la brutal represión en San Salvador
Atenco, de los golpes, violaciones y feminicidios en el Estado de México, su
exgobernador ahora pretender ser presidente? ¿Por qué quien habita en Los Pinos
quiso colocar a su hermana como gobernadora de su estado natal?
Dice
Kersting que:
La filosofía política del contrato social estaba
caracterizada originalmente por el planteamiento de la legitimación del
dominio. El contractualismo de los siglos XVII y XVIII es un contractualismo
filosófico-estatal que emplea el contrato para la justificación incondicionada
y, en el tiempo posterior a Hobbes, para la justificación o legitimación
cualificada del dominio estatal. (Filosofía
política del contractualismo moderno)
Si bien es cierto que este
contrato cualifica el dominio estatal, también es cierto que este dominio
transformado en legitimación, no le da -a quienes detentan el poder político-
la capacidad de actuar de forma canalla contra sus gobernados.
El contractualismo parte de la
presuposición de que las figuras jurídicas bastan para bosquejar el modelo de
legitimación de una sociedad bien ordenada. El contrato ofrece la única
posibilidad de la constitución de dominio que concuerda con el derecho de
libertad de cada cual.
En
su contrato social el individuo está totalmente integrado en la comunidad, no
sólo debe respetar las leyes sino pedir que se cumplan; es este el gran alcance
de la alienación del contrato social.
Por
ello, desdén por el derecho y los intereses de los individuos, resultan una
burla que debe castigarse con ley, pero también con la memoria del voto. No es
perdonable, ni se puede excusar a quienes detentando el poder político que los
ciudadanos le entregaron abusaron no solo de él sino quienes reprimieron a los
disidentes.
No
es perdonable que quienes construyeron inmensos patrimonios personales, e
hicieron el cochinito para la campaña presidencial, ahora busquen justificar su
ignorancia arrogante; oculten su miseria humana disfrazado de discurso de
cambio, aludan que van .ahora sí- por la construcción de un México mejor, y que
a su vez pretendan darle a la mujer un papel secundario, etiquetarla y
guardarla hasta la jornada electoral o cuando haga falta.
Es
reprobable también que se pretenda etiquetar a los jóvenes y a los estudiantes
en el papel de revoltosos, violentos; discurso propio de los peores tiempos que
este país vivió.
¿Quién que ostente uso de la razón, puede impedir
que los hijos de campesinos se
manifiesten por los derechos de los campesinos? ¿Quién puede impedir que las
mujeres busquen condiciones mejores para vivir, cuando todos los días se les
administra a discreción, con el salario, con los espacios públicos, con la
educación, en el hogar, en la vida sexual, en los programas de salud, en los
discursos políticos?
¿Quién puede reprimir que los
mexicanos opinen que necesitamos construir un país mejor donde se respeten las
leyes, se fortalezcan las instituciones, se desechen de plano las que no sirven
y se creen las necesarias? ¿Quién pueden pensar, -después de más 70 años de hegemonía política- que el México
de la visión y voz de uno fue beneficio para este país? ¿Quién piensa que el
futuro está en el pasado? Yo no!
Por eso es necesario que no
compremos el discurso de siempre, que no caigamos a la seducción de las mismas
promesas, que no nos enganchemos de la mass
media para definir nuestro voto. Que no tengamos el olvido como eje rector
de nuestra vida y que pensemos ingenuamente que ahora si nos cumplirán. El
olvido y perdón ya no deben ser compatibles para el México que hoy requerimos.
Por hoy es todo, nos leemos la
próxima. Carpe diem.
1 comentario:
Maestro:
Altamente reflexiva y recomendable su Iusfilosofando de este día.
Vivimos tiempos que día con día se complican y lo que falta sobre todo porque se avecinan las campañas electorales.
En efecto, ya basta del perdón y olvido; es imperativo que los ciudadanos actuemos a la de ya, México lindo y herido nos requiere a gritos silenciosos.
Difundamos esta Columna Iusfilosofando por todos los medios posibles.
Excelente Columna.
Un abrazo.
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