Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre
frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por
frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
Samuel Johnson
Mientras el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador -
dos veces candidato presidencial- presenta su libro número once, No decir adiós a la esperanza, en el que
describe sus últimas experiencias políticas y traza su eje discursivo en “asimilar
derrotas, resistir, avanzar, caer y levantarse”. El secretario de gobernación
Alejandro Poiré define la herencia foxista en una microfábula: “Es como si (en
2006) hubiéramos entrado a una casa y nos hubiéramos dado cuenta de que
teníamos los cimientos verdaderamente infestados de ratas…”
Mientras Andrés advierte las diferencias entre las
elecciones de 2006 y 2012 y justifica: “La culpa no cae en quien por necesidad
vende su voto sino en el que se aprovecha en la miseria del pueblo”. Poiré
defiende la guerra que no es guerra que su jefe Calderón inicio y mantuvo durante seis años, y atina a decir”
la violencia no es exclusivo de México, ni porque el gobierno de México haya
hecho lo que hizo (…) ¡Bueno, hombre! Nos tardamos en hacerlo y creo que se
está haciendo ese aprendizaje.”.
Mientras López Obrador – a partir de la realidad que
todos vemos- sostiene que “Calderón perdió la oportunidad de llevar acabo una
transformación, un cambio”. Poiré defiende que Calderón “ha hecho una tarea muy
importante en México y ha ejercido un liderazgo a escala internacional. Hay que
reconocerlo”.
Así, mientras Poiré habla y define
como ratas a sus antecesores, Andrés habla de esperanza, una esperanza que le
cae muy bien a esta país que esta a punto de despedir a un michoacano que dejo
en seis años más de 80 mil muertos.
Mientras Andrés convoca “asimilar
derrotas, resistir, avanzar, caer y levantarse”. Poiré construye un discurso de
las ratas que nos regresa al pasado, crea en nosotros una concepción visual
grotesca, nos remonta a Montiel y su
spot “Los derechos humanos son para los humanos y no para las ratas”.
Así esta el país que nos heredan
los “humanistas albiazules” los del “bien común” con desempleo, pobreza, inseguridad
y muertos. Yo por eso sigo manteniendo la esperanza en un país mejor.
Por hoy es todo, nos leemos la
próxima. Carpe diem.
9 comentarios:
Maestro:
Sin duda alguna, ni titubeos me uno al llamado de esperanza. Necesitamos seguir trabajando de manera constante para construir un futuro optimista.
¡Excelente Iusfilosofando!
Un placer leerme.
Samuel, sería risible la aseveración de Puaré si las acciones del espuriato no hubiera dejado semejante estela de muertos y de miserables. ¿Cuáles son las ratas? ¿Las mafias del narcotráfico? ¿Los funcionarios corruptos? Los cárteles siguen operando sin mayores problemas, los empresarios lavando dinero y los neomillonarios del PAN dejando una deuda exorbitante. Sí, no nos queda más que la esperanza, pero no una esperanza quieta sino una acompañada de acciones.
Siempre aleccionadoras tus columnas.
@iusfilosofo buenisimo el titulo!
lorena jannet
Muy amable Samuel @iusfilosofo @Arcadeleer grax
rafael ortiz
@iusfilosofo Lo leeré ;) seria un honor saber mas en tu prefesion :)
Daft Garzón
Lean se vale comentar
€H@N£K¥TH@
Un placer poder leerte!!! Abrazos
Rosaura Herrera A
@iusfilosofo LA PERDIO FOX, LA PERDIO CALDERON Y LO MAS LAMENTABLE EL PAN CON PARTIDO Y COMO IDEOLOGIA PQ NO SUPIERON GOBRNR DE PASO UN PRD Q NO SUPO ANTEPONER LOS ESTATUTOS Y VISION DE PARTIDO DE IZQUIERDA, QUE SE MIMETIZO EN EL CAMBIO POR ELLO AMLO A PESAR DE LO QUE DIGAN CONSOLIDO UN LIDERAZGO QUE IZQUIERDAD Y DERACHA QUISIERAN
Guillermo Camargo R
Gracias por tu columna enviada vía twitter, como siempre, es un privilegio leerte, sí, tal pareciera que en el mundo al reves (México), los violentos hablan de amor y esperanza, los radicales, hablamos de caer y levantarnos, aun cuando el pueblo (no es Andres, no es el movimiento progresista) ha sido victima dos veces del fraude 88 y 2006, y en 2012, parte de ese pueblo fue canibal y verdugo del mismo pueblo, habemos quienes en una corriente de pensamiento, seguimos obstinados y empecinados en no cejar, en que aceptar y justificar seria convalidar y llegar a la complicidad, así como tu refieres en tu columna, yo tambien decido mantenerme en la esperanza, con los radicales, con los violentos, con los humanistas.
Oscar Sánchez
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