iusfilosofando

martes, 12 de marzo de 2013

EL OTRO PEZ GRANDE: “NAPITO”




Emocionados los unos por la detención de Elba, sospechosistas los otros sobre su futuro en prisión, y dirigidas las baterías de otros más contra Romero Deschamps, hemos olvidado a Napoleón Gómez Urrutia –“Napito”- el autoexiliado líder sindical de los mineros quien es acusado en México de haber desviado recursos de los sindicalizados a sus cuentas personales hasta por 55 millones de pesos, motivo por el cual se refugió en Vancouver, Canadá, desde 2006.
Este personaje arribó como líder del sindicato de mineros y trabajadores de la industria del acero en 2002, tras la muerte de su padre -Napoleón Gómez Sada- quien murió en octubre de 2001 a los 87 años.
Pero la familia de “Napito” tiene historia de impunidad, su padre fue líder de esa organización sindical durante cuatro décadas. Es decir, desde su fundación en 1961, el oriundo de Nuevo León, aun tuvo posibilidad de militar en el PNR, al cual pertenecía desde 1934. Por el PRI, Napoleón Gómez Sada –padre de “Napito”- fue senador suplente por Nuevo León de 1958 a 1964; senador propietario por el mismo Estado en los periodos de 1964 a 1970 y de 1976 a 1982, y  diputado propietario durante la LIV Legislatura (1988-1991).
Pero la historia de “Napito” –como líder sindical- inicia de la manera más vulgar y poco ortodoxa y al más viejo estilo priísta. Tras agravarse la salud del viejo líder -Gómez Sada-  nombra como sucesor suplente al orgullo de su nepotismo y se lo hace saber en mayo de 2000 a Ernesto Zedillo durante la celebración de la 31 convención ordinaria del sindicato.
Pese a ello la Secretaria del Trabajo y Previsión Social negó el reconocimiento de “Napito” como secretario general, pues no cumplía con los requisitos estatutarios, entre ellos el principal: ser trabajador, ya que no aparecía en el padrón. Gómez Urrutia busco el amparo, pero fue sobreseído en octubre de 2000.
Gómez Urrutia -“Napito”- es un líder poco común, quizá una perversión o una parodia de la dictadura del proletariado, pues el líder minero vivió la mayor parte de su vida en la colonia Del Valle en San Pedro Garza García, Nuevo León. Estudió economía en el Tecnológico de Monterrey, y luego se fue a la Universidad de Oxford, en Inglaterra. Solía darse los lujos más extravagantes como líder sindical, convocando a reuniones sindicales en hoteles de lujo.
Pero también está la cara del otro “Napito”, la del represor, la del negociante, la del traidor. “Napito” persiguió y corrió a los disidentes. Generó un discurso antiprivatización minera, pero es acusado de haber recibido dinero de Grupo Minero México, por la privatización de las empresas Cananea y Mexicana de Cobre, en Sonora. Aprendió el oficio de sobornar para silenciar y creó un grupo de choque para amedrentar.
¿Qué ocurrirá con Napoleón Gómez Urrutia? ¿La llegada del PRI le permitirá regresar y ser reconocido? ¿O por el contrario será extraditado para ser enjuiciado en territorio nacional? Ahí están las preguntas.
Mientras esto ocurre “Napito” busca ampliar su influencia en los gremios mineros de Estados Unidos y Canadá. En días pasados “Napito” firmó una “alianza solidaria” con el mayor sindicato de la industria minera en Estados Unidos y Canadá, la United Steelworkers (USW). Con esta alianza, se creó un frente común para defender los intereses de los trabajadores de la industria minera en América del Norte.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

3 comentarios:

@BarbaraCabrera dijo...

Un texto magnífico y contundente el que hoy nos presenta Maestro.
“Napito” es una estrella más de la estela de corrupción e impunidad que pocas trazas tiene de ser medianamente -no digamos erradicada-, sino por lo menos controlada.
Son tan voraces y cínicos que a plena luz ciudadana nos roban, estafan, suben impuestos, frenan el desarrollo, simulan y la mayor parte de los ciudadanos agusto en su sillón de status quo.
Un placer leerlo en sus provocaciones de cambio, crítica al poder y una buena manera de rescatar este #MéxicoLindoyHerido.

Gonzalo J. Suárez P. dijo...

¿Irá a terminar como Hoffa, perdido para siempre, o como Don Fidel, en el poder hasta su último aliento? Veremos, veremos... Saludos.

Unknown dijo...

Excelente texto, desafortunadamente como este personaje hay muchos en México que sólo buscan "llevar agua a su molino", esperemos que si la política es mano firme, pues que sea parejo aunque la mano firme parece que aplica para aquellos que no se alineen con el partido o con el presidente. Saludos