Mientras
unos se autoproclaman también ganadores del premio Oscar por el sólo hecho de
compartir la nacionalidad mexicana y se dicen “cuarones”; mientras otros
rehúyen a su estatus de ciudadano y prefieren limitar su participación a ser
audiencia en un partido de futbol; otros tantos no dudan en pagar 700 pesos y
regalar tamales y atoles para promover una manifestación “espontanea” que pide
la liberación de un delincuente claramente cansado en términos físicos y
desgastado en términos mediáticos.
Más
allá de ser o no ser quien nos dice la autoridad que es; más allá de la
probable entrega pactada en un escenario austero para el personaje que nos
dijeron que significa; separando el análisis del manejo mediático que televisa
sabe explotar muy bien cuando de alimentar el morbo social se trata; saltando
el comentario de lo importante que es la detención del mexicano más buscado en
el mundo. Parece que lo importante es quedarnos con la credibilidad.
Sí, se
trata de credibilidad, nada más ni nada menos. La mañana de la supuesta
detención de Archivaldo Guzmán Padre, mientras desayunaba, escuché los
comentarios de comensales que se nutren de la información que las televisoras
le dan. “dicen que lo detuvieron”, “Yo creo que no es”, “Que no fue en su
casa”, “Que va a ser” “que no opuso resistencia”, “definitivo no es el mismo”.
La
constante en los comentarios paralelos era la credibilidad de que el
delincuente detenido, era quien decía la autoridad que era. El común en las
opiniones se refería a dudar de la versión del gobierno. ¿Cómo creerle a un
gobierno que ha mentido y engañado una y otra vez? ¿Cómo no dudar cuando no
hubo una sola baja en su detención? ¿Por qué creer que el delincuente más
buscado del mundo estaba escoltado por una sola persona?
La
credibilidad, la falta de confianza en un sexenio que lleva poco más de un año,
es un tema que el habitante de Los Pinos y su equipo debería analizar, pues de
acuerdo con una encuesta de Reforma, de julio a diciembre de 2013 la aprobación
de Peña Nieto cayó ocho puntos entre los ciudadanos; y 27 puntos entre líderes
de opinión, para ubicarse entre 44 y 40 puntos, respectivamente. La encuesta
arrojó la desaprobación que le dieron ciudadanos con 5.5 y líderes con 5.2.
Pero la
imagen del señor Peña y su credibilidad no están como quisieran estar a pesar
de que su vocero en materia económica Luis Videgaray Caso, anunció que no habrá
más impuestos durante todo el sexenio, salvo que las condiciones
internacionales de estabilidad económica obliguen a lo contrario.
Sí, la
imagen y aprobación del habitante de Los Pinos, va en retroceso, de acuerdo con
una encuesta de Consulta (http://bit.ly/1onhmAc) “La evaluación que los
mexicanos hacen de su presidente muestra su tercera disminución trimestral, 48%
de los ciudadanos se manifiesten de acuerdo a su gestión y 51% en desacuerdo”.
Algo
está mal cuando los ciudadanos no le creen a su gobierno; cuando las
instituciones de transparencia y las que organizan las elecciones son
cuestionadas por su falta de calidad. Cuando la iglesia, los partidos, el
ejército y hasta la selección de futbol es cuestionada por su credibilidad. De
nada ha servido el millonario gasto en medios del gobierno federal, de poco ha
funcionado su asociación y exclusividad con las televisoras. Pero esta falta de
credibilidad en el gobierno, no está asociada a la movilización social, a la
supervisión del trabajo gubernamental, ni al papel activo de los ciudadanos
para cuidarle las manos a sus gobernantes. Si así fuera, el país sería otro.
¿Ustedes que piensan?
Por hoy
es todo, nos leemos la próxima. Carpe
diem.
2 comentarios:
Doctor, sin duda la credibilidad desde hace varios sexenios se ha ido diluyendo, la razón es esa cerrazón gubernamental que tiene como slogan “no los veo, no los escucho y sí los reprimo”
Sigamos trabajando en el rescate de este aún #MéxicoLindoyHerido y que sean los políticos quienes se esfuercen en recuperar la credibilidad y legitimación perdida.
Un placer leerlo e intercambiar puntos de vista.
muy atinado tu articulo y sobre todo muy cierto. con el tiempo LVC le va hacer daño a una imagen de por si que no va a sostener televisa por inconveniente cuando el sexenio este por teminar. saludos
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