El PRD tuvo el
pasado fin de semana su domingo 7, la jornada electoral interna que tuvo un
padrón de 4.5 millones de militantes; en la que 52,670 fueron los
cargos disputados; entre ellos 1,200 de congresistas nacionales, 320 consejeros
nacionales, 3,450 consejeros estatales y 47,700 consejeros municipales,
de los cuales más de la mitad son mujeres.
A esta numeralia
hay que sumar que, por primera ocasión, -desde su nacimiento- el Instituto
Nacional Electoral (INE) fue el responsable de organizar unas elecciones para
una contienda interna de un partido político: con estructura, logística y
sistema propio de una elección constitucional.
De acuerdo al
Sistema de Publicación de Datos de Actas que puso en operación el INE, el PRD
superó las expectativas esperadas, que eran de 30%, y obtuvo una participación
del 41.1 % de participación de sus afiliados. Pero este no es un dato que
debiera vanagloriar a sus dirigentes -a quienes les interesa no haya escándalos
postelectorales- pues un importante sector de sus militantes, dirigentes y
representantes populares, saben que no fue una elección pura.
Durante la jornada
electoral hubo robo de boletas, reparto de despensas, operación carrusel,
presencia de grupos armados y hasta tarjetas prepagadas muy al estilo
peñanietista de 2012, pero con el sello particular de los chuchos.
Fue una jornada electoral que se convirtió en una “chuchinada”. A pesar de eso,
esta corriente interna se empeña en insistir que fue una “elección ejemplar”,
“que fortalecerá al partido” y que “los preparara de cara a la elección de
2015”.
En entrevistas,
declaraciones y redes sociales, los chuchos buscan evitar mayor escándalo –para
ofertarse mejor- y mantener la hegemonía interna que controle –aunque sea con
fraude- al partido que nació como consecuencia de un fraude electoral.
En toda esta
travesía electoral, a quien le interesa más que la elección no se siga
cuestionando, es al señor de Los Pinos, pues fue claro que sus
gobernadores, dieron un empujoncito, a los aliados del “señor presidente”.
Quedó demostrado, tras el pacto por México, que es muy rentable y conveniente
tener a una oposición ad hoc, que defienda el pactismo como arte
del quehacer político.
Después de este
domingo 07, el PRD tiene poco atractivo electoral. Para los chuchos,
su concepción de “oposición responsable” se remite al utilitarismo político; a
ser los nuevos vasallos del Ejecutivo en turno, una política que han ejercido
muy bien en esta última década en que han dirigido al PRD.
Este domingo quedo
claro también, la incapacidad de las demás corrientes internas de frenar el
avance de Nueva Izquierda –los chuchos- y sus aliados. Permitieron
ir a una elección con un padrón artificial, consintieron una elección donde
sabían que habría mano de los gobiernos estatales; por ende, callarán ante los
resultados que conoceremos esta semana, resultados que harán de Carlos Navarrete
el próximo dirigente nacional.
Los chuchos, han hecho del PRD un instrumento al servicio del establishment,
dejando de lado el principio que dio vida a este partido, el de ser instrumento
de la sociedad. Ha decepcionado a ciudadanos y militantes, pero eso a los chuchos no
les importa. Lo realmente relevante aquí es controlar a los órganos que
decidirán las candidaturas del próximo año, para mantener en la nómina a la
burocracia política y abrir paso a la nueva generación de chuchos.
Por hoy es todo,
nos leemos la próxima. Carpe diem.
2 comentarios:
Doctor, todo se resume en lo que bien apunta en esta Iusfilosofando: un cuchinero.
Es lamentable como en esta época de desafección de los ciudadanos hacia la política, aquellos partidos que pudiendo ser una oposición digna se vendan a la menor prebenda.
Muy buen texto.
Bueno, era d esperar del partido, realmente el sol azteca esta cayendo de la gracia de muchos desde ya hace algun tiempo y puesquien no se va a retirar al ver como son sus elecciones internas cuando son vivas las mismas mañas que las del PRI, por cireto ¿que es Operacion Carrusel y oposicion ad hoc? Buen dia Dr.
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