Han pasado 3 sexenios desde que Carlos Salinas (Chilango, de 66
años) abandonó Los Pinos y tras el inolvidable mote de “El innombrable”.
Salinas de Gortari que se empeñó en construir una imagen mítica, oscura,
perversa y que a la postre terminó siendo el más nombrado y repudiado por la
oposición en México.
El burotecnócrata neoliberal y mayor impulsor de las reformas
estructurales, y tras quien pesa el misterioso asesinato de la niña Manuela una
trabajadora doméstica de 12 años, -historia de sus años mozos que siempre
intentó ocultar- que llegó a Palacio Nacional tras las elecciones federales más
cuestionadas del siglo pasado; vuelve hacer nota, no solo porque Hipólito
Gerard, hermano de Ana Paula Gerard, esposa de Salinas, es dueño de
Constructora y Edificadora GIA+A (GIA) y socio del consorcio China Railway
quien ganó la desaparecida licitación del Tren México-Querétaro.
Sino porque el viernes de la semana pasada y antes de irse de
vacaciones, Fermín Cotero encargado del Tercer Tribunal Unitario Penal del DF,
-que lleva un mes sin titular- consideró que la PGR no acreditó que el
incremento de la riqueza de Raúl Salinas sea producto de actos de corrupción
como funcionario.
Con este fallo, el hermano mayor de Carlos Salinas cierra el
expediente tras 19 años de acusaciones penales, que lo absuelve en forma
definitiva e inapelable de un enriquecimiento ilícito estimado en 224 millones
de pesos.
Así, 20 años después de abandonar el poder constitucional, -que
tuvo por ocupar el cargo de titular del Poder Ejecutivo- Salinas de Gortari
sigue presente en la vida pública del México contemporáneo. Tanto así que ha
reaparecido hace algunos días con un texto que El Financiero le publica para
justificar la privatización de Telmex hace 25 años.
En su texto, Telmex, una privatización exitosa que
terminó cuestionada, deshace mitos que él mismo crea y los etiqueta
como falsos. En esta primera de dos partes, El pervertidor del concepto
“Solidaridad” señala: Conviene recordar que
en México la telefonía estuvo casi un siglo en manos privadas. Telmex sólo
perteneció al Estado 18 años, entre 1972 y 1990. Al momento de la privatización
el gobierno tenía 56% de las acciones y 44% ya era propiedad de particulares
(los usuarios principalmente). Al privatizarse se le destacó internacionalmente
como ejemplo de una privatización exitosa.
En su segunda parte, el hombre que fraseara sus discursos
con “Para nosotros, para nuestros hijos y los hijos de nuestros
hijos” pretende despegar su política neoliberal y de reformas
estructurales del neoliberalismo mismo. Al afirmar: “Los hechos duros
comprueban que el deterioro actual de Telmex proviene de la ausencia de
regulación durante el neoliberalismo, y no de la privatización bajo el
Liberalismo Social. Después de la privatización y durante la instrumentación de
esta reforma, el régimen neoliberal permitió durante casi 20 años que Telmex
abusara de su posición dominante de mercado.”
Es evidente que el hombre de las prominentes orejas, -que se
maximizaron por su prematura calvicie- no defiende del todo a Slim, sino
que aprovecha la coyuntura del momento para reaparecer en este fin de año. Será
que ¿Ahí vienen los Salinas? ¿Me refiero de regreso al poder público?
Espero que no.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
2 comentarios:
Doctor, ésta es una #Iusfilosofando oportuna. Es increíble como la corrupción e impunidad se reciclan y para muestra los personajes en mención de su texto.
Por el bien de este adolorido y herido país, también espero que no sea el retorno de los Salinas.
Un placer leerlo.
Dr. Es una desgracia para nuestro pais que haya este tipo de gente que cubrea corruptos como los salinas, desafortunadamente no se ha podido vencer este tipo de actitudes pero no debemos de cansarnos como ciudadanos por manifestar nuestras inquietudes, un abrazo.
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