A dos años de la ocupación de Los
Pinos por parte del señor Peña Nieto, México no es el que los
apóstoles del retorno de los dinos prometieron a sus electores. La economía no
crece, el empleo no es estable ni lo suficientemente remuneratorio, las
oportunidades de acceso a la educación se desvanecen, el acceso a los servicios
de salud se niega, la inseguridad pública se incrementa y expande a más Estados
y las reformas estructurales no crean la suficiente expectativa a los capitales
extranjeros.
Y como hacerlo si han pasado más de
dos meses de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y las
versiones oficiales acerca de lo que sucedió no termina por convencer, no solo
a los familiares, sino a la sociedad entera. ¿Cómo creerle a un gobierno que
miente profesionalmente? ¿Cómo confiar en un personaje que utiliza a su esposa
para deshacerse de temas escandalosos como la adquisición de una casa de
más de 7 millones de dólares?
Peña y su equipo están reprobados,
dos encuestas de popularidad reflejaron un rechazo del que no se tiene registro
para quien ocupa el cargo del poder Ejecutivo en los dos primeros años de su
mandato. Y las manifestaciones del #1DMX son una muestra clara de un rechazo generalizado
que empieza a crecer, ahora no solo en el DF, y en otras ciudades importantes
sino en ciudades medias y manifestaciones en el extranjero (Estados Unidos,
Costa Rica, Alemania, Argentina, Gran Bretaña, Bélgica, Canadá, Tokio, Japón,
entre otras) rechazando la política del señor de Los Pinos.
Al igual que las semanas anteriores,
las calles se vieron cubiertas por las voces de dignidad, que esta vez gritaron
“Ya basta” “Peña, tú no eres Ayotzinapa”. Las y los ciudadanos organizados y
agrupados o no, salieron de forma espontánea a ocupar los espacios públicos
para manifestar su rechazo a visión del establishment que peña
representa.
Jóvenes, mujeres y hombres,
profesionistas, académicos, obreros, campesinos, se sumaron a las voces de
justicia por Ayotzinapa, una herida que se ha convertido para Peña y su equipo
en su declive y para la sociedad en el detonante consiente de la necesidad de
construir un mejor país, donde la voz de todos se escuche y lo más importante
se tome en cuenta.
Las movilizaciones sociales que
hemos contemplado en estas últimas semanas, han estado por encima de los
partidos políticos que Peña utilizó para embaucar con el Pacto por México. Ese
pacto que se creó exprofeso y que se deshecho cuando ya no servía más a los
intereses del establishment, hoy quiere
recuperarse bajo otro nombre.
El mismo guión, los mismos personajes
pero una sociedad diferente, con medios alternos de información donde las redes
sociales han sido la mejor herramienta para compartir, informar y difundir posiciones,
hechos y acciones. En estas semanas se ha demostrado que la sociedad es solo
tan grande como la incapacidad de su gobierno para darle bienestar. Esta
sociedad está demostrado algo que ayer escuchamos en varias calles del país “no
nos vamos a cansar”. De ahí que yo mantenga mi propuesta: En 2015, quítale el
Congreso a Peña.
Por hoy es todo, nos leemos la
próxima. Carpe diem.
2 comentarios:
Muy buena columna Doctor, definitivamente no nos vamos a cansar. Los movimientos y movilizaciones no darán un paso atrás. Por fortuna cada vez somos más los ciudadanos que ejercemos como tales y que todos los días trabajamos para rescatar lo que nos queda de país, de este aún #MéxicoLindoyHerido
Me sumo a su llamado ¡este 2015 quitémosle el Congreso a Peña!
Un placer leerlo.
Buen dia Dr. Importante invitacion nos hace al mantenernos de pie y sobre todo la accion ciudadana para las proximas elecciones, pues el pueblo tiene el control y poder en su eleccion.
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