Mientras en campaña Felipe Calderón y su equipo decidieron
definirse como el “presidente del empleo” las cifras de su sexenio mostraron
todo lo contrario.
Aferrado a autodenominarse así: “el presidente del empleo” contrató
al expriísta poblano Javier Lozano Alarcón -quien el 21 de noviembre cumplirá 50
años- para encargarse de la Secretaria del Trabajo y previsión Social.
No obstante, resulto evidente que el papel de Lozano fue más
el de un porro a cargo y con apoyo de una secretaria de Estado, que el de
generador de empleo. Un caso que ilustra la afirmación es la desaparición de
Luz y Fuerza del Centro; el cierre de Mexicana; el impulso de una Ley laboral
que buscaba vulnerar derechos laborales, entre otros.
En esta tesitura, de acuerdo con el Observatorio del Salario de la Universidad Iberoamericana campus
Puebla, el precio de la gasolina se incremento un 86 %; las tortillas 270 %; el
frijol 167 %; el arroz 140 %; el jitomate 115 %; la leche el 73 %; el
transporte público el 14%. En suma durante el tiempo que lleva Calderón en Los
Pinos el poder adquisitivo de los trabajadores cayó un 32 por ciento.
Los pocos empleos que se generaron durante estos años fueron
en el sector informal y no gracias a Calderón sino a la iniciativa de
ciudadanos que buscan generar unos cuantos pesos para sus familias. Así, entre
el 2006 y el 2011, México pasó de ser una economía generadora de empleo formal
a una gestada por la informalidad.
Basta confrontar los últimos datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que muestran a casi 14
millones de mexicanos que laboran en la informalidad, 649 mil más que los 13.32
millones que tienen empleo formal.
Para el Director del Departamento de Economía y Finanzas del ITESM
Campus Estado de México, José Luis de la Cruz: “en el último cuarto del año
pasado el empleo formal creció un 3.4% respecto al cuarto trimestre del 2010,
mientras que en el mismo lapso el empleo informal aumento un 13.4%.”
Por otra parte, según el reporte
de Perspectivas de empleo 2011 de la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE) cerca de 31 millones de trabajadores mexicanos
enfrentan condiciones laborales precarias, es decir no cuentan con prestaciones
ni seguridad social, lo cual equivale al 64% de la población ocupada al cierre
del año pasado.
Pero lo
que raya en el sexenio de lo absurdo, es que el “presidente del empleo” busque
empleo. Y que utilice la infraestructura del poder Ejecutivo para buscar empleo
en instituciones educativas de Estados Unidos como: Harvard, Georgetown,
Stanford y Austin.
De acuerdo con The Dallas
Morning News “La oficina de Calderón está haciendo los trabajos preliminares
para encontrarle una posible casa para él y su esposa Margarita, y escuelas
para sus tres hijos, dijeron dos fuentes familiarizadas con las negociaciones”.
¿A que le teme Calderón? ¿A no encontrar empleo por sus
incapacidades? ¿O a ser una cifra más de los daños colaterales de una guerra
que no es guerra, que él inicio y que aun no termina? ¿O quizá no confía en el
pacto de impunidad que hizo con los priístas?
Cualquiera de las explicaciones que podamos encontrar, lo cierto
es que para Calderón México no es un territorio seguro, ni siquiera para él o
su familia, que contarán con la seguridad del Estado Mayor Presidencial.
En fin, a mi no me culpen, yo no voté por él. Por hoy es todo, nos
leemos la próxima Carpe diem.
1 comentario:
Maestro:
Magnífico texto el de este día, el que suscribo en su totalidad.
Calderón culminará el sexenio tal como lo inició: con fracasos.
Me uno a la afirmación: "a mi no me culpen, yo no vote por él"
Saludos y un placer leerle.
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