La sociedad de finales de los ochenta y
principios de los noventa, necesitaba un espacio de acción que fuera la
consecuencia de la rebelión cívica en aquella jornada electoral del 6 de julio
de 1988 y el llamado de Cuauhtémoc Cárdenas para la constitución de un nuevo
partido era la respuesta a ello.
Fundado el 5 de mayo de 1989 como condición y
necesidad del México del posfraude y como esperanza de mantener por las vías
institucionales la lucha por el poder, el Partido de la Revolución Democrática
se asumió como instrumento de la sociedad.
Así el PRD fue la conjunción de experiencias
políticas que provenían del PMS, PRT, PMT, PSUM, PST, algunos expriístas y una
cantidad incalculable de ciudadanos que sin pertenencia a partido político
alguno decidieron sumarse a este gran esfuerzo.
Las figuras de Cuauhtémoc Cárdenas, Heberto
Castillo, Porfirio Muñoz e Efigenia Martínez, fueron claves para dar cuerpo
ideológico a este partido. A ella se sumaron otros académicos e intelectuales
que desde la trinchera societal aportaron otra visión del quehacer político.
Muchas cosas han pasado desde el surgimiento del
partido que nació tras el fraude electoral; entre ellas, la llegada de
expanistas y expriistas a este partido; así como la muerte de un excandidato
presidencial de aquella jornada histórica, Manuel Clouthier; el asesinato de un
candidato del partido hegemónico Luis Donaldo Colosio y el secuestro de otro,
Diego Fernández.
El PRD ha sido el único partido cuya existencia
política es verdaderamente complicada, sobre todo por resistir el ataque
mediático, político y violento durante el sexenio de Carlos Salinas, y sumar
desde su nacimiento hasta estos días, más de mil militantes asesinados por
razones políticas y sociales.
Su transitar ha sido fundamental para entender
garantías sociales, reformas políticas y legislativas progresistas y gobiernos
ejemplares. No obstante, el éxito electoral siempre viene acompañado de
políticos pragmáticos unos y utilitaristas otros que vieron en él la posibilidad
de extender su presencia en la política y el poder.
Y es que a pesar de que los años noventa fueron los
más difíciles para el PRD, cierto que es que a fínales de esta década empezaron
sus mejores tiempos, cuando hubo posibilidad de pasar de oposición a gobierno y
demostrar su ejercicio de gobierno.
Y hablando de poder y de gobierno, este partido ha
gobernado Zacatecas, Tlaxcala, Baja California sur, Michoacán, Guerrero y desde
luego el Distrito Federal; pero su boom político también le ha
traído problemas de identidad, pues el ala pragmática del PRD entendió la
“política de alianzas” e “instrumento de la sociedad” como facilidad para
franquiciarlo y entregar al mejor postor candidaturas y dirigencias.
Es innegable que el PRD de hoy, en muchos Estados
del país, no sirve de nada. Su existencia se remite a una burocracia vieja,
anquilosada, inamovible, y sin representación. Ser dirigente, en muchas
entidades es el premio a jóvenes expriístas o a hijos de dirigentes que se
sienten con el derecho de pedir “ya me toca”.
Ser un partido plural y contar con corrientes de
opinión, no solo ha sido fortaleza sino también debilidad, las disputas
abiertas por las dirigencias han llevado a estas corrientes a reproducir las
prácticas más atrasadas del PRI a sus filas.
Quizá lo que más ha dañado a este partido
internamente y degradado su presencia pública como partido de alternancia, es
la llegada a la dirección nacional y a las propias de los Estados de la
corriente Nueva Izquierda, liderada por Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Carlos
Navarrete. Estos actores, sus cuadros y sus aliados parecen tener en su ADN
el síndrome de la pizza, es decir entregarse en menos de media hora
a cambio de espacios o reflectores bajo el discurso de la izquierda moderna.
Esta dirigencia, bajo el discurso de la izquierda
moderna, ha dado borrón a los principios que le dieron origen y hasta se han
permitido tener un affaire, con quien evidentemente hizo trampa en
las elecciones del año pasado. Sabedores que vivir fuera de la burocracia
partidista es un error, no tienen empacho en empeñarse para mantener su
dirigencia.
Ahora con la caricatura hecha pacto por
México, la burocracia de los partidos está más vigente que nunca, el
protagonismo de los hombres del traje gris no tiene límites y
pocos han sido los críticos de partidocracia que se han tomado el tiempo para
analizar el tema.
México necesita un PRD nuevo, pero no un partido de
izquierda que sea patiño del gobierno en turno; nuestro país necesita un
partido activo, representante de las necesidades sociales, que escuche a los
ciudadanos y a sus militantes; que priorice el bienestar social en su
plataforma política y no alianzas electorales de vergüenza.
24 años después de su fundación, el PRD no vive su
mejor momento; paso de ser el partido de la esperanza al partido de la
decepción; de ahí que la opción de los otros partidos de izquierda -en
diferentes estados del país- sea una alternativa más seria que el propio PRD. ¿Ustedes que piensan?
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe
diem.
12 comentarios:
Un texto sumamente reflexivo y crítico, lo aplaudo.
Vemos como los partidos políticos que surgen como opción, al final del día se presentan como unos simuladores más y como bien dice Doctor, tienen el síndrome de la pizza.
¡Magnífica columna!
Un placer leerlo.
Valiosos datos en vuestro blog.. En nuestra actual "democracia" ya no existe el llamado partido de izquierda, hoy urge como en las comunicaciones, en la educación y demás ámbitos una competencia real y leal, para que en verdad haya competitividad. El México que vi al través de documentales, ese exitoso, competitivo y patriota que lucho la famosa batalla del 5 de mayo, hoy no existe!
muy cierto, se nos murió la izquierda, se nos murió México ¿Qué políticos respetables de izquierda nos quedan en tu opinión?
Carlos Chalico
como siempre atinado, hoy a casi 5 lustros el @PRDmexico es el partido del entreguismo, de la claudicación, se divorció de la sociedad en su afán de obtener "El poder a costa de lo que sea", sólo queda el recuerdo, esta muerto, esta partido.
Óscar Sánchez
#ESPERANZA Y DECEPCIÓN Y traición
Yesenia Guzmán
Cierto! y lo doloroso es q el #PRD se fundó con la sangre y corazón de mexicanos que dieron su vida en ese empeño.
Ana Paola
muy bueno, aunque este PRD apesta
Claudia
Abrazote
Fernández Noroña
Si no se ponen vivos los que le están metiendo enjundia a #morena va a terminar igual que el prd: distractor pacificador.
Ett pop
Como siempre, atinada reflexión del Maestro @iusfilosofo
Isaías Gaddiel Peralta
@iusfilosofo la izquierda que construyó al PRD progresista que logró una transformación cívica nacional tiene la obligación de no claudicar.
Trota Ranchos
Tiro de precisión de @iusfilosofo con su columna sobre los 24 años del @PRD!!!!!!!
Jorge Palacios
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