EL FARAÓN

Quién lo diría, los débiles de veras nunca se rinden.

Mario Benedetti

Lo que ayer se esperaba nunca llegó, la autocrítica, la mesura, parecía no ser una virtud del personaje. Todo lo contrario, su actuar de ayer fue un ejemplo de lo que le espera a México si su partido triunfa, así, sin más se hizo desplante de las estructuras de poder. De besamanos local, de concentración de medios, de invitaciones desmedidas a los poderosos económica, política y religiosamente. Todos estuvieron allí .

Era la fiesta del Faraón, nada podía salir mal; a los invitados, a los medios chiqueados, a la blanda oposición, a la comparsa disfrazada, era necesario tratarla bien, nada podía salir mal. Otros faraones acudirían a la fiesta, vendrían de: Torres, Ortega, Duarte, Olvera, Medina, Moreno, Borge, Toranzo, Granier y Alonso.

El reto era mayor,  parecía necesario demostrar que en su reinado todo estaba tranquilo y en paz. Tras los resultados de sus batallas -casi todas perdidas- era necesario fingir, y hacer un reconocimiento a la dedicación, trabajo y lealtad del Ejército.

Contrario a la autocrítica que bien pudo fortalecerle, se concentró en mantener la cortina que construyó -casi desde su ascenso al reinado- “todo está bien”. “no pasa nada”.

Por eso al hacer el balance de su reinado, el Faraón no quiso dejar a un lado su poderío,  por eso llevo su fiesta al templo, ahí donde la cultura, donde el honor a las raíces de su pueblo se encuentran.

Ante su debilidad intelectual, hablo de unidad como confusión discursiva. Unidad para superar los retos y para aprovechar el enorme potencial. Aludió a los “cambios trascendentes” que no han llegado por supuesto; de su compromiso de acercar su reinado a los gobernados, aunque sea para reprimirlos; celebró que el orden, la eficacia y la transparencia guíen su reinado.

Pero pocos saben que en un cateo efectuado en Argentina, a las oficinas de Jaime Durán Barba, Rodrigo Lugones y José Garat, a quienes se las ha señalado como los presuntos autores de una campaña ilegal de desprestigio a través de las empresas Tag Continental, Connectic SRL y NNS contra Daniel Filmus candidato del  Partido Justicialista a la alcandía de Buenos Aires, se  policía encontró documentos sobre el uso de tácticas de desprestigio –guerra sucia- usadas en la elección de 2010 en el hoy reinado del Faraón.

Eufórico refirió la violencia de grupos de criminales y de cómo “combatimos al crimen de frente”; agradeció la “respuesta ágil, firme y solidaria del Gobierno” del Faraón de Faraones. Se descargó de “Gracias” a los uniformados y en particular de la reciente baja del hombre fuerte del Faraón de Faraones, el señor Blake.

Aunque sostuvo que “el desarrollo humano es el instrumento esencial de la transformación de” su reinado; omitió decir que en la sierra de su reinado la población sigue enfrentando problemas de salud, alimentación, educación y seguridad. Habló de finanzas públicas sanas, pero omitió referir la aprobación fast track  de la “reestructuración de la deuda pública vigente” teniendo como garantía de pago las participaciones federales hasta por 30 años.

El faraón reconoció al otro poder, el que hace las leyes, por “su trabajo responsable y comprometido”. Habló de la gobernabilidad pero como concepto, pues la realidad es que no ha logrado consolidar un estado donde la ley no sea instrumento para castigar a los disidentes. Por ello quizá agradeció la presencia de la mass media, esos cortesanos que viajan de una ciudad a otra para cubrir un evento al cual están obligados a asistir, pues es su obligación, por el papel que desempeñan.

Así fue la fiesta del Faraón el día de ayer, ejemplo de lo que le espera a México si la opción política que lo respalda gana las elecciones el próximo año.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.